Assange podrá recurrir su extradición a EE UU ante el Supremo británico
Un tribunal de Londres abrió la puerta en diciembre a la entrega del fundador de Wikileaks a la justicia estadounidense
El fundador de Wikileaks, Julian Assange, ha logrado este lunes una victoria en el proceso judicial sobre su extradición a Estados Unidos. El Alto Tribunal británico ha concedido al editor australiano el derecho a apelar contra esta posible extradición ante el Supremo de Reino Unido. Sin embargo, Assange no ha recibido el permiso para presentar una apelación directa, lo que implica que el Supremo tendrá que pronunciarse sobre si acepta escuchar la apelación, tal y como ha informado la cadena de televisión británica Sky News.
Estados Unidos reclama a Assange por 18 cargos, que incluyen presuntos delitos de conspiración y espionaje, y que pueden acarrear hasta 175 años de cárcel.
En caso de haber perdido el derecho a apelar, el caso habría ido directamente a manos de la ministra del Interior, Priti Patel, para una decisión final sobre su extradición. Sin embargo, el derecho ha sido garantizado debido a que se trata de un asunto de “importancia pública general”.
La decisión ha sido dada a conocer más de un año después de que un tribunal británico rechazara por primera vez y por motivos de salud la petición de Estados Unidos para extraditar al fundador de Wikileaks, acusado de espionaje por las autoridades norteamericanas por difundir miles de documentos oficiales y secretos a través de su portal.
El pasado 10 de diciembre, la justicia británica revirtió el fallo de la magistrada Vanessa Baraitser y, tras aceptar la apelación de Estados Unidos, abrió la puerta a la extradición de Assange contemplando cuatro condiciones presentadas por los abogados de Washington. Ahora, el equipo legal del australiano podrá presentar una apelación contra su entrega a la justicia estadounidense.
Assange se encuentra detenido actualmente en la prisión de máxima seguridad de Belmarsh, en el sureste de Londres, “casi en total aislamiento”. La defensa del australiano ha advertido que su salud se ha deteriorado gravemente en los últimos años, víctima de una concatenación de acusaciones que tienen como origen los documentos filtrados en 2010.
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