La esposa de Bolsonaro celebra y reza tras la llegada de un conservador al Supremo Tribunal de Brasil

En las redes sociales de Brasil se difunde un video en el que la primera dama Michelle Bolsonaro celebra la aprobación del abogado y pastor André Mendonça como nuevo juez del Supremo Tribunal Federal (STF) de Brasil, el pasado lunes, 29 de noviembre. Al lado de Mendonça y de otras figuras vinculadas al Gobierno de Jair Bolsonaro, Michelle celebra emocionada la confirmación de su nombre en el Senado. A los gritos de “gloria a Dios” y “aleluya”, la primera dama brinca, ora y llora al abrazar el exabogado y otras personas presentes en la sala donde aguardaban el final de la votación en el Senado.

Mendonça fue escogido en julio por Bolsonaro para ser su hombre “terriblemente evangélico” en el Supremo. Pero la aprobación del pastor presbiteriano se arrastró por cinco meses en el Senado, porque el presidente de la comisión encargada de examinarlo boicoteó la indicación. La confirmación de Mendonça en votación secreta, por 47 votos favorables y 32 contrarios – necesitaba por lo menos 41 de un total de 81 – fue recibida como una victoria del bloque parlamentario evangélico, que hizo una fuerte articulación junto a los senadores para aprobarlo.

La celebración de Michelle recibió críticas en las redes sociales de aquellos que la ven como un síntoma de la interferencia de la religión en la vida pública brasileña. Algunos también demostraron su espanto y su inconformidad con las imágenes. Eso porque, al confirmarse su indicación para tomar el testigo del jubilado juez Marco Aurélio Mello en el STF, el mismo Mendonça describió el momento como “un paso para un hombre, un salto para los evangélicos”. En su etapa como ministro de la Justicia, Mendonça utilizó la Ley de Seguridad Nacional, una herencia del régimen militar (1964-85), para perseguir opositores del Gobierno.

El nuevo vocal del STF vivirá una prueba de fuego ya en sus primeros meses como parte del tribunal supremo, cuando tenga que dar el voto de desempate en un juicio que analiza si presas transexuales y travestis deben tener el derecho a elegir si desean cumplir sus condenas en cárceles masculinas o femeninas. Durante el debate sobre su indicación en el Senado, él se comprometió a defender los derechos conquistados por la comunidad LGTBQIA+ y aseguró que dejaría a un lado sus principios religiosos para, por ejemplo, votar a favor de la unión civil igualitaria.

Pero tanto seguidores de Bolsonaro como religiosos e incluso sectores progresistas vieron en las críticas al video una evidencia de prejuicios e intolerancia religiosa contra los evangélicos – a menudo vistos como una población que piensa y actúa de manera homogénea en cuestiones de política y comportamiento. Algunas publicaciones en la internet también ridiculizaron la celebración de la primera dama. Una de las autoridades que se pronunció sobre el asunto fue el alcalde de Río de Janeiro, el socialdemócrata Eduardo Paes. Aunque no sea aliado político del presidente, Paes lamentó la cantidad de publicaciones en las redes sociales “escupiendo prejuicio contra la fe ajena. Son los mismos que viven quejándose de discriminación. Mi solidaridad a la primera dama. Que ella pueda siempre manifestar su fe con libertad”, señaló el alcalde carioca.

Las imágenes también muestran que la indicación de Mendonça fue relevante para el círculo íntimo del presidente, incluyendo a sus familiares. La cuestión sobrepasa el factor religioso, una vez que Bolsonaro es investigado por la suprema Corte en el ámbito de un expediente sobre el uso político de noticias falsas, y hace pocas semanas una comisión del Congreso le atribuyó nueve delitos y pidió que sea juzgado por el STF. Tener un aliado fiel en el Supremo es importante para el clan Bolsonaro. Además de los 2.000 expedientes que Mendonça heredará de Marco Aurélio Mello, algunas cuestiones son sensibles al presidente. Entre ellas está un pedido de averiguación contra Michelle Bolsonaro por los cheques ingresados a su nombre por Fabricio Queiroz, un antiguo asesor de la familia presidencial que fue apuntado por la fiscalía de Río de Janeiro como operador de un esquema de reparto de sueldos de funcionarios del despacho del entonces diputado estatal Flávio Bolsonaro, hijo del presidente y hoy senador por Río de Janeiro.

Suscríbase aquí a la newsletter de EL PAÍS América y reciba todas las claves informativas de la actualidad de la región