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Kast y Boric, 28 días para lograr el objetivo en Chile: aglutinar el centro político

Con miras a la segunda vuelta del 19 de diciembre, los candidatos apuntan al 46% de los electores que este domingo prefirieron a otros candidatos

Rocío Montes
José Antonio Kast, con su mujer, tras la difusión de los resultados.
José Antonio Kast, con su mujer, tras la difusión de los resultados.IVAN ALVARADO (Reuters)

Este domingo ha comenzado la carrera contrarreloj para los candidatos a la presidencia de Chile que han pasado a la segunda vuelta del 19 de diciembre: el ultraconservador José Antonio Kast y el izquierdista Gabriel Boric. Con menos de 2,3 puntos de diferencia –27,95% para el líder del Partido Republicano y 25,73% para el diputado del Frente Amplio en alianza con el Partido Comunista–, ambos arrancan 28 días cruciales para conquistar al 46% de los electores que optaron por otras de las cinco candidaturas a La Moneda. Es la primera vez en democracia que Chile elegirá a su presidente en una elección de segunda vuelta donde ninguno de los candidatos está en las posiciones moderadas, porque tanto el oficialista de derecha Sebastián Sichel y la democristiana de centroizquierda Yasna Provoste –con 12,69% y 11,66%– quedaron en cuarto y quinto lugar, respectivamente. La sorpresa de la noche fue el economista Franco Parisi, que con un discurso populista y antipolíticos se instaló en el tercer lugar, con un 12,9%, en una campaña inédita donde ni siquiera llegó a pisar Chile, porque está radicado en Estados Unidos.

Kast aventaja a Boric por unos 150.000 votos y, si la elección fuera como las que Chile ha celebrado desde 1990, probablemente se daría por ganador al derechista: en las presidenciales donde se han celebrado segundas vueltas –en todas desde 1999, cuando se midió Ricardo Lagos y Joaquín Lavín– nunca ha ganado el postulante que ha llegado segundo en primera vuelta. Pero no será una definición tradicional, justamente porque tendrán especial relevancia las alianzas que los candidatos deberán conformar con miras al 19 de diciembre. Ambos lo saben y lo han explicitado la noche del domingo en sus primeros discursos después de conocerse los resultados. El primero en hablar fue Kast, fuera de su comando de campaña, en el municipio capitalino de Las Condes. Junto con asegurar que tiene “vocación de mayoría”, convocó al oficialismo de la alianza Chile Podemos Más: “Vamos a elegir entre libertad y comunismo”, los invitó el candidato que, en señal de apertura, renunció a la presidencia del Partido Republicano que lidera y que no forma parte de la coalición que gobierna.

Acompañado de su esposa, Kast aseguró que en este mes le espera demostrar a la ciudadanía que no lo respaldó este domingo “por qué es importante que este proyecto político siga creciendo”. “Chile merece paz, merece libertad y eso es lo que nosotros le vamos a dar”, indicó en su discurso el candidato que basa su propuesta en el orden público, la seguridad, el crecimiento económico y el control de la inmigración. Hizo gestos al electorado de Parisi y de Provoste, al igual que al candidato Sichel, que esta tarde abrió la puerta a las conversaciones. Lo mismo hicieron partidos de Gobierno, como RN y la UDI, cuyos dirigentes llegaron a felicitar a Kast personalmente por los resultados. Parece evidente que el repliegue no será dificultoso para la derecha, pese a sus dos almas, la liberal y la ultraconservadora.

En la oposición comenzaron pronto los movimientos de las placas tectónicas para la segunda vuelta. El primero en reaccionar fue el presidente del Partido Socialista, el senador Álvaro Elizalde, incluso antes que su candidata Provoste. “Queremos llamar a todos los chilenos y chilenas a votar en la segunda vuelta en favor del candidato Gabriel Boric, sin ambigüedades”, aseguró el líder de los socialistas. Era altamente previsible. El socialismo chileno hace unos meses estuvo a centímetros de una alianza presidencial con el Frente Amplio y el Partido Comunista, que se frustró porque la izquierda puso condiciones de última hora. En esta campaña de primera vuelta, aunque la candidata oficial del partido era Provoste, una parte importante de la militancia socialista trabajó por Boric, al igual que algunos de sus dirigentes, como la nieta de Salvador Allende, la diputada Maya Fernández.

Pero la Democracia Cristiana, parte de la columna vertebral de la extinta Concertación en conjunto con los socialistas, tomó un camino diferente al de sus antiguos aliados políticos, con lo que se quiebra una trenza histórica que siempre juntó fuerzas para llegar a La Moneda. La candidata Provoste informó que cualquiera que gane en la segunda vuelta, su partido se mantendrá en la oposición, con lo que evita un quiebre en sus filas. La presidenta de la formación, Carmen Frei, agregó que cualquier decisión se tomará institucionalmente en la junta nacional del partido: “No estamos por apoyar a sectores de derecha, pero tampoco daremos un cheque en blanco”, aseguró en referencia a Boric.

El misterio sigue siendo Parisi, el economista que se presentó por primera vez a La Moneda en 2013, cuando obtuvo un 10% de respaldo. No se inscribió presencialmente como candidato a La Moneda y ha hecho campaña sin pisar Chile. Prácticamente no participó de los debates –solo en los que permitieron su participación en línea– y no llegó a votar este domingo. Su ausencia total durante la campaña se ha interpretado como consecuencia de sus asuntos pendientes con la justicia: una orden de arraigo por una millonaria deuda de pensión alimenticia y su declaración pendiente por la investigación penal en su contra. Sus explicaciones para no estar en el país han pasado desde sus compromisos laborales en Estados Unidos y, al final, un contagio de la covid-19 que le impide viajar. Es una gran rareza de esta presidencial que se explica, en parte, porque las leyes electorales chilenas no regulan este tipo de situaciones. “Es un juego que está al borde la legalidad”, ha explicado la abogada y académica Valeria Lübbert, directora de Democracia y Anticorrupción del centro de estudios Espacio Público.

En Chile, nadie sabe a ciencia cierta la forma en que se comportará su electorado frente a Kast y Boric. Juan Pardo, sociólogo de la encuestadora Feedback, asegura que “el voto de Parisi no pertenece a nadie”. Para el experto electoral Mauricio Morales, “se trata de un voto ideológicamente difícil de clasificar en el eje izquierda-derecha, por su pragmatismo”. “Pero tiendo a pensar que a su electorado le hace mucho más sentido el orden que la revolución, por lo que parece más cercano a la plataforma programática de Kast que a la de Boric”, explica el académico de la Universidad de Talca.

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Sobre la firma

Rocío Montes
Es jefa de información de EL PAÍS en Chile. Empezó a trabajar en 2011 como corresponsal en Santiago. Especializada en información política, es coautora del libro 'La historia oculta de la década socialista', sobre los gobiernos de Ricardo Lagos y Michelle Bachelet. La Academia Chilena de la Lengua la ha premiado por su buen uso del castellano.

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