“Venezuela ha bajado la velocidad en su camino a la autodestrucción”
Enrique Márquez, el opositor integrado en el órgano electoral, considera que las elecciones ayudarán a reconstruir la institucionalidad pese a todos los inconvenientes a los que se enfrentan los adversarios del régimen
Enrique Márquez está sentado detrás de su escritorio de madera en una oficina corriente, de funcionario medio, en la que se ha estropeado la puerta del baño. “Sería más sexy estar en la calle celebrando la caída de un dictador, pero esta es la vía que tenemos”, explica Márquez, uno de los dos opositores que ha integrado el chavismo en el Comité Nacional Electoral (CNE) y al que ha otorgado la vicepresidencia. El organismo ha organizado las elecciones regionales de este domingo, una prueba de fuego para comprobar si el presidente Nicolás Maduro está dispuesto a abrazar la vía electoral como salida a la crisis del país. Márquez, como una parte de la oposición, cree que Venezuela debe reconstruir las instituciones que posibilitan la democracia y devolver a la ciudadanía la confianza en el voto, ahora mismo inexistente. Aunque eso, insiste Márquez, no sea tan heroico como una revolución.
Pregunta. ¿Con las elecciones regionales el Gobierno venezolano ensaya una apertura política para descomprimir la presión?
Respuesta. Sin duda, es así. La misión técnicamente está muy robusta, luce muy difícil de alterar ningún resultado. Hace poco hubo una auditoría muy importante que no fue hecha por personal del CNE, sino por un conjunto de académicos. Duró un mes y se hizo una inspección completa de la máquina de votación y de todo el sistema, transmitida en streaming. Fue muy exitosa. Hablan de un sistema fiable, robusto, seguro. Hemos hecho antes otras 18 auditorías, entre ellas el sistema biométrico y creamos el banco de huellas dactilares del CNE. No es posible el voto múltiple. El sistema protege el voto.
P. La credibilidad de la institución electoral de la que usted es vicepresidente está muy lastimada en Venezuela.
R. Por eso nos hemos empeñado en que la auditoría sea transparente. Que la gente pueda ver el sistema. No se puede hacer trampas.
P. La crítica ha estado enfocada a las decisiones políticas que comprenden el proceso, que todas parecen buscar favorecer al chavismo.
R. La otra decisión que se tomó fue la observación internacional (La UE, ONU y centro Carter). No existía misión de observación electoral en el país desde 2006. El CNE no la solicitó. En 2012, incluso, denegó la solicitud. Ese cambio es positivo. Eso no quiere decir que todo esté bien, hay muchas cosas que están mal. También se auditó de nuevo el Registro Electoral, que todavía tiene fallas, claro que sí.
P. ¿Cuáles son las materias pendientes más importantes por resolver?
R. Hay algunos temas que se le achacan al CNE, pero que de momento no podemos arreglar. El tema de los partidos y su judicialización por parte del Tribunal Superior de Justicia, que ha intervenido a los partidos y sus directivas, cosa en la cual yo estoy en total desacuerdo. Además de los de la Oposición –AD, Primero Justicia, Voluntad Popular—hay 11 partidos aliados del chavismo intervenidos por el TSJ. Los partidos venezolanos no son democráticos, no tienen elecciones internas. Tiene que haber un acuerdo institucional para promover eso con el TSJ. La otra mancha de la institucionalidad actual son las inhabilitaciones por la vía administrativa. Nuestra Constitución prevé la inhabilitación política como pena accesoria en una sentencia judicial, pero en este momento la contraloría no otorga a los candidatos señalados el derecho a la defensa. Hace falta voluntad política del Estado. Está planeado resolver este problema en la mesa de negociaciones en México (careo entre Gobierno y oposición).
P. ¿Defender un escenario electoral tan dominado por el chavismo no es un riesgo para un dirigente político como usted, un opositor de toda la vida?
R. Claro que sí, aunque en Venezuela soplan vientos de cambio en la sociedad, que se ha descubierto casi en un camino suicida y ha bajado la velocidad hacia la autodestrucción. Reivindico el papel que han decidido jugar los empresarios (menos politizados y más pragmáticos). También la Iglesia Católica y el giro de los partidos opositores más importantes, volviendo a una ruta muy difícil, pero indispensable como es la ruta política. Menos sexy, claro. Cuando tomé la decisión de estar acá coloqué todo mi capital político en el cultivo de un camino que considero es el único que tiene el país: tolerarnos, convivir en democracia. Para que haya una democracia tenemos que reconstruir las instituciones que permiten que exista la democracia.
P.¿Una parte de la oposición opina que con estas concesiones usted está contribuyendo a lavarle la cara a un Gobierno ilegítimo.
R. A mí se me ha dicho de todo. Nunca he formado parte de ningún Gobierno, ni antes ni ahora. Eso no quiere decir que todos los que nos oponemos al gobierno debemos tener una mentalidad revolucionaria. Mi mentalidad es reformista. Creo absolutamente que es posible construir un camino de reformas que nos lleven a una zona más estable, más feliz, más próspera. Lo que nos tiene acá han sido los errores de la clase política; toda, chavista y opositora.
P. ¿Qué aspira usted como rector del CNE de las próximas elecciones?
R. El mutuo reconocimiento de los factores políticos. Que la elección sea tan transparente y que el perdedor la acepte. El perdedor es el que construye la democracia cuando reconoce.
P. ¿Ha pensado usted que puede haber facciones en el chavismo con mucho más poder decididos a impedir esas reformas de las que usted habla?
R. Nuestra democracia es muy débil y quizá una de las menos perfectas.
P. ¿No será que no es una democracia?
R. Hay posibilidades de rescatar nuestra democracia, aún en esta situación. Percibo que hay disposición en avanzar en acuerdos. Es un deseo, para eso trabajo todos los días, que todos acepten los resultados electorales que se aproximan en estas elecciones. Esperaría una buena participación; en este tipo de consultas el promedio de la participación en el país es históricamente 55 o 60 por ciento.
P. La campaña es muy desigual. Los chavistas tienen todo el aparato y los opositores, no. Por ejemplo, el estado de La Guaira está llena de publicidad de los candidatos oficialistas, no existen los otros.
R. No hay recursos. Hay un tema de fondos que también es otra cosa que no se pudo hacer y que es deuda de la democracia también. La financiación pública es fundamental porque es la que genera algunos equilibrios. Por ejemplo, en otros países la contratación de las cuñas a los canales de televisión o a las emisoras de radio las hace el poder electoral, y las paga para garantizar que todos tengan cuñas. En Venezuela ese un problema importante que hay que resolver también en el futuro. Es un país con un déficit democrático importante.
P. ¿Ha habido trampa del chavismo durante la campaña?
R. Sí hay y hay muchas investigaciones abiertas. Ayer por ejemplo me tocó denunciar al presidente de la República (Maduro), le abrimos investigación a él y a su candidata en Caracas, la señora Meléndez, porque el presidente hace un acto político de Estado, de Gobierno, inaugurando un tanque de agua. El CNE debería tener un poder para sancionar de manera inmediata, pero no lo tiene. No es un pecado solo del chavismo. Ayer pasé por Chacao porque fui a comerme un pescadito y estaba el alcalde de allá (municipio de Caracas) con un poco de patrullas, inaugurando unas motos. Miras el color de las patrullas y es el color de Fuerza Vecinal (su partido). Yo lo llamé y le dije: “alcalde, ¿qué es esa vaina?” El abuso es cultural. ¿Qué tiene que ocurrir para que no siga eso? Tiene que haber una ley que regule la reelección. Primero, yo la eliminaría, estas tierras no están hechas para eso. Si no la puedo eliminar, la regulo.
P. ¿Qué más se tiene que resolver en la mesa de negociación de México?
R. El tema de los partidos, de las inhabilitaciones y el tema del Tribunal Supremo de Justicia. Entonces, el CNE se ocupará de cosas interesantísimas. Tengo tres mil elecciones por hacer, sindicales. No es solo hacer la elección presidencial, es que la sociedad ha ido perdiendo cultura democrática, no cree en el voto. Es culpa de la clase política. Y además quiero hacer las elecciones internas de los partidos, que no existen ahora mismo.
P. ¿Qué espera de positivo de estas elecciones regionales?
R. En términos generales la elección va a dejar un buen saldo. Si la Unión Europea y los expertos de la ONU puedan presentar su informe, puedan hacerlo público y que todo lo bueno y malo pueda ser dicho y conocido por el mundo, es un saldo excelente. Será algo positivo para la política venezolana porque en Venezuela pareciera que no hay política.
Sigue toda la información internacional en Facebook y Twitter, o en nuestra newsletter semanal.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.