Los coletazos de la tormenta tropical ‘Ida’ dejan al menos 43 muertos en la costa este de EE UU
Biden asegura que el fenómeno, que causa estragos en Nueva York y Nueva Jersey, alerta de la amenaza del cambio climático
Los coletazos de la tormenta tropical Ida se dejaron sentir con furia la noche del miércoles en la costa este de Estados Unidos, con un balance de al menos 43 muertos, 23 de ellos en Nueva Jersey, y una estela de estupor y destrucción. Trombas de agua en medio de una tormenta con fuerte aparato eléctrico, así como varios tornados, hicieron estragos en los Estados de Nueva York y Nueva Jersey, provocando la interrupción del transporte público y la actividad del aeropuerto de Newark, en Nueva Jersey, así como la inundación de numerosos domicilios (. La catástrofe es la primera prueba de fuego para la gobernadora de Nueva York, Kathy Hochul, 10 días después de tomar posesión.
En un mensaje, el presidente del país, Joe Biden, consideró la gravedad de lo sucedido como una seria advertencia de las amenazas que plantea el cambio climático. “Las tormentas extremas y el cambio climático ya están aquí”, avisó. La “nueva normalidad” meteorológica, la definió Hochul. El Gobierno federal ha ofrecido ayuda de emergencia para evaluar los daños.
Tras la evacuación de los pasajeros, toda la red del metro de la ciudad de Nueva York quedó interrumpida el miércoles mientras trombas de agua entraban con furia por la boca de las estaciones para anegar pasillos y vías. Parte del trazado seguía fuera de servicio este jueves, mientras el balance de víctimas mortales del Estado se elevaba, según fuentes policiales, a 15 personas, en su mayoría ahogadas en sótanos y bajos residenciales de la Gran Manzana, algunos de ellos sin cédulas de habitabilidad. Miles de personas debieron ser evacuadas de zonas de Nueva York, Nueva Jersey y Connecticut y al menos 150.000 hogares se quedaron sin electricidad. En Pensilvania, donde murieron al menos cuatro personas, un tornado destruyó una hilera de una decena de casas.
Vídeos de pasajeros mostraban las estaciones de metro de Nueva York inundadas, con todo tipo de inmundicias flotando en el agua. Los autobuses se volvieron vehículos anfibios mientras imágenes de repartidores de comida, obligados a trabajar con el agua a la altura de la cintura, provocaban numerosas críticas en las redes sociales, como las de la congresista Alexandria Ocasio-Cortez, que denunció el egoísmo y la falta consideración de los clientes en tan adversas circunstancias.
No hacía ni siquiera dos semanas que el paso de la tormenta tropical Henri, contemporánea del huracán Grace en el golfo de México, había dejado en la ciudad de Nueva York imágenes que, en comparación con las del miércoles, ahora resultan anecdóticas. Las bocas de metro de Lower Manhattan se convierten cuando llueve en una ratonera ―nunca mejor dicho, por la habitual presencia de roedores en las instalaciones―, pero el miércoles fueron una trampa potencialmente mortal. El concejal del distrito 7 de Manhattan Shaun Abreu explicaba las causas del desastre en su cuenta de Twitter: basura amontonada en las rejillas y respiradores que supuestamente deben servir de drenaje; infraestructuras obsoletas “desde hace décadas, que han llegado al límite de su capacidad” y el efecto creciente del cambio climático, con manifestaciones cada vez más extremas de los habituales fenómenos meteorológicos. “La responsabilidad de cada una de las causas se diluye entre los diferentes niveles de la Administración (local, estatal y federal)”, criticaba.
Ítem más, el calamitoso estado financiero de la agencia municipal de transporte de Nueva York (MTA, en sus siglas inglesas) incide en la falta de mantenimiento de las instalaciones y la insuficiente calidad del servicio. A finales de 2019, inmediatamente antes de la pandemia, la MTA probaba un sistema de compuertas flexibles para impedir que las vías se inundasen en caso de fuertes lluvias. Sin resultado conocido por el momento, recordaba el miércoles el concejal.
Statement from @NYCMayor: https://t.co/TSxySVWEev
— City of New York (@nycgov) September 2, 2021
El alcalde de Nueva York, Bill de Blasio, justificó la declaración del estado de emergencia, inédita hasta ahora por un fenómeno meteorológico, al describir las lluvias torrenciales como un “acontecimiento climático histórico”. La declaración, vigente aún a mediodía de este jueves, afecta a unos 20 millones de personas, entre la megalópolis (ocho millones) y sus condados adyacentes. Según el Servicio Meteorológico Nacional, es la primera vez que se declara una medida semejante por inundaciones repetidas en la Gran Manzana, a pesar de que, en 2012, el potente huracán Sandy se abatió también sobre la ciudad.
De Blasio instó a la población a quedarse en casa. “Por favor, no salgan a la calle esta noche y dejen que los servicios de emergencias hagan su trabajo. Si están pensando en salir, no lo hagan. No conduzcan en medio de aguas tan violentas. Permanezcan dentro [de las casas]”, dijo en Twitter. Los residentes en la ciudad recibieron varias veces a lo largo de la noche ruidosas alertas en sus teléfonos móviles, previniendo del “peligro de inundación repentina” y de “condiciones que suponen un riesgo vital”.
Las inundaciones afectaron a una amplia zona que comprende desde el oeste de Filadelfia hasta el norte de Nueva Jersey. En este último Estado, en la localidad de Elizabeth, murieron cuatro personas en el mismo complejo de apartamentos, mientras que en la de Passaic se registraron al menos otros dos fallecidos. Uno de ellos fue un hombre de 70 años, cuyo vehículo fue arrastrado por la corriente. El camión de bomberos que trató de rescatar el cadáver corrió la misma suerte. La policía de Nueva York confirmó la muerte de al menos ocho personas, una de ellas un niño de dos años, entre Brooklyn y Queens; la víctima de más edad fue una mujer de 86 años. Un joven de 22 y su madre murieron ahogados en un bajo de Queens.
[En Nueva York se ha informado de al menos doce víctimas mortales que se concentran en el barrio de Queens, tres en Philadelphia (Pensilvania), tres más en el condado neoyorquino de Westchester y una en Connecticut, según los últimos datos de medios y autoridades. En Nueva York, la mayoría de las muertes, entre ellas la del niño de 2 años, se han producido “en hogares y sótanos residenciales” debido a las inundaciones, ha informado el jefe de la Policía, Dermot Shea, informa Efe].
Los sótanos son la alternativa más asequible en una ciudad donde el acceso a la vivienda resulta prohibitivo para amplias capas de la población, y muchos en distritos populares se usan como alojamiento aun sin permiso de habitabilidad. La novena víctima mortal se produjo en un accidente de tráfico en una de las vías que atraviesan Central Park. Junto con la evaluación de los daños, el rescate de los cuerpos era este jueves la prioridad de los equipos de emergencia.
El huracán Ida, degradado después a tormenta tropical, había provocado ya en la costa este del país la muerte de seis personas, y este jueves debía seguir hacia Nueva Inglaterra. Pese a las alertas emitidas por las autoridades durante el fin de semana en Luisiana, donde tomó tierra el domingo, la escala de la destrucción en Nueva York y Nueva Jersey resulta incomparable; también la escasez de las alertas, difundidas cuando la horrísona lluvia ya golpeaba la ciudad. El presidente Biden tenía previsto viajar este viernes a Luisiana. Ida ha sido uno de los huracanes más potentes registrado en los últimos años y el quinto más grave en EE UU desde que se tienen registros.
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