Cuba quita los aranceles a alimentos y medicinas después de las protestas
La isla vuelve poco a poco a la normalidad aunque sigue el despliegue de la policía
Cuba vuelve poco a poco a la normalidad tras la conmoción política provocada por las protestas del pasado domingo en La Habana y varias ciudades del país. El control de las calles por la policía y grupos afines al Gobierno continúa, y es apabullante, pero la vida vuelve a ser lo que era, con la gente haciendo colas en las tiendas para adquirir productos de primera necesidad, desabastecimiento en los comercios y apagones programados en diversas localidades. Los cortes de electricidad se han ido reduciendo, mientras que la epidemia de coronavirus está alcanzando su pico de contagios y fallecimientos —este jueves se batió un nuevo récord de decesos, 67 en un solo día, y 6.479 casos positivos—.
Un conjunto de factores que explica algunas de las causas que provocan malestar y descontento entre la población y que están detrás de las recientes manifestaciones, algo que no va a mejorar a corto plazo. Las autoridades lo saben, y muestra de ello es que el miércoles los principales dirigentes del Gobierno comparecieron otra vez en televisión y anunciaron que, desde ya, se permitirá “de forma excepcional” y hasta fin de año la importación libre de aranceles de alimentos y medicinas a los viajeros que ingresen a la isla.
Es una primera medida, limitada, pero que demuestra hasta qué punto lo sucedido en los últimos días ha removido a las cosas en la calle y en las alturas, y ha obligado al régimen a tomar medidas. Diversos economistas aseguran que, si se quiere de verdad aliviar la situación crítica del país y dar oxígeno a la economía, el Gobierno deberá acelerar la introducción de reformas y que estas sean estructurales y no simples parches. Y para que la gente de verdad pueda ganarse la vida los expertos consideran de capital importancia la eliminación de multitud de trabas a la iniciativa privada y la muy esperada autorización de las pymes, algo de lo que se habló el miércoles en la intervención especial en televisión, pero una medida que no acaba de llegar. Al mencionar la liberalización de la importación de alimentos y medicinas, el primer ministro, Manuel Marrero, indicó que era una demostración de que el Gobierno “está buscando soluciones al pueblo”.
Junto a Marrero comparecieron los titulares de Economía, Alejandro Gil, y el de Energías y Minas, Liván Arronte, que dieron explicaciones sobre las dificultades que afronta el país “agravadas por el recrudecimiento del bloqueo estadounidense”, pero tratando de transmitir a la población el mensaje de que hay luz al final del túnel, en especial en lo que al servicio eléctrico se refiere. Los analistas coinciden en que el descontento por el incremento de los apagones es lo que generó que, en la pequeña población de San Antonio de los Baños, la gente se echara a la calle el pasado domingo, la chispa que, por simpatía, encendió horas después las protestas en otros pueblos y ciudades del país.
El presidente cubano, Miguel Díaz-Canel, se refirió de nuevo a las manifestaciones de ese día, esta vez con un cierto tono autocrítico. Dijo que junto a los “elementos contrarrevolucionarios”, “anexionistas que participan en un plan extranjero” y “delincuentes”, se manifestaron gente con demandas legítimas y también jóvenes y sectores empobrecidos de la población a los que la revolución no ha logrado satisfacer sus necesidades. Reconoció que la policía pudo cometer excesos, pero que “sin la respuesta de las fuerzas del orden hubiera primado la violencia y el caos” y ahora la situación sería peor. “Igual hay que pedir disculpas a quien en medio de la confusión fue maltratado”, admitió.
Sin embargo, quedó claro que las autoridades aplicarán todo el rigor a los que consideren “instigadores y organizadores de los disturbios”, un aviso claro para navegantes y para desactivar futuros incidentes.
No, no queremos migajas. Queremos libertad. La sangre no se derramó en las calles cubanas para poder importar unas maletas de más. La mayoría de los heridos o detenidos ni siquiera tiene a nadie que le traiga algo en su equipaje. #SOSCuba #11JCuba #CorredorHumanitario pic.twitter.com/yiZPsG629e
— Yoani Sánchez 🇨🇺 (@yoanisanchez) July 14, 2021
Sin datos de detenciones
Altos funcionarios del Ministerio del Interior y de la Fiscalía ofrecieron después declaraciones, sin dar una cifra oficial de detenidos —que algunas organizaciones opositoras cifran en centenares—. La televisión ofreció imágenes de disturbios graves en algunas barriadas de La Habana y otras ciudades del país, donde los manifestantes se enfrentaron a la policía incluso con lanzamiento de cócteles molotov y saqueos en tiendas de dólares. Los funcionarios advirtieron que los responsables de esos actos serán juzgados por delitos graves y pueden ser condenados a varios años de cárcel.
Internet y el acceso a los datos móviles en los teléfonos siguen cortados o funcionando con dificultades para los que no se han agenciado una aplicación VPN, por la que ya es posible acceder a la red. Pero muchos cubanos empiezan a conectarse a la red y a ver imágenes de lo sucedido estos días. Entre ellas, las fotografías de antidisturbios vestidos con toda la parafernalia de rigor, escudos protectores, cascos, uniformes blindados, porras y armas largas, algo absolutamente inédito en la isla. Cada vez son más los artistas que han salido a expresar públicamente su consternación por la violencia policial vista en los últimos días, aunque otros, como el famoso cantautor Silvio Rodríguez, han puesto el acento en la manipulación desde el exterior. “Han hecho creer a muchos que la revolución es violencia. Hay que ser cínicos, con la cantidad de mensajes incitando a la violencia que han desplegado”.
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