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Macron disuelve el grupo ultra que actuó en enero contra inmigrantes en los Pirineos

El Gobierno de Francia acusa a la organización Génération Identitaire de incitar al odio hacia los musulmanes y de actuar como una milicia

Manifestación en París el 20 de febrero contra la disolución de Génération Identitaire.
Manifestación en París el 20 de febrero contra la disolución de Génération Identitaire.Europa Press
Marc Bassets

Génération Identitaire, un grupúsculo de ultraderecha que organizaba acciones espectaculares contra inmigrantes y musulmanes, quedó disuelto este miércoles por decisión del Gobierno francés. El Consejo de Ministros, presidido por Emmanuel Macron, decretó la ilegalización de esta asociación que contaba con unos pocos miles de militantes y que en enero había organizado una operación en un paso fronterizo de los Pirineos para interceptar extranjeros. El decreto justifica la decisión, similar a las que recientemente se han adoptado contra asociaciones islamistas, porque el grupo incita al odio y actúa como una milicia, según el Gobierno.

El proceso de disolución de Génération Identitaire (Generación Identitaria) empezó después de la última acción en el paso del Portillon entre Francia y España. Una treintena de activistas uniformados de azul, con pancartas que decían “defender Europa” y equipados con drones de vigilancia, se dedicaron a patrullar en busca de inmigrantes. No encontraron ni uno. Pero los activistas obtuvieron un enorme impacto mediático. Sus líderes se identifican con un “Greenpeace de derechas” por sus acciones espectaculares. Tras aquella acción, el ministro del Interior, Gérald Darmanin, anunció que estudiaría su ilegalización. Y ha cumplido.

La decisión se fundamenta en dos argumentos. El primero es que Génération Identitaire “promueve (...) una ideología que incita al odio, a la violencia o a la discriminación de individuos en razón de su origen, de su raza o de su religión”. El Gobierno acusa a Génération Identitaire de “presentar la inmigración y el islam como amenazas que los franceses deben combatir” y “contribuye a atizar los antagonismos en la comunidad nacional, así como el pasaje al acto violento”. Señala también que miembros vinculados al grupúsculo “están en el origen de acciones o tentativas de acciones violentas contra extranjeros, más específicamente musulmanes”. El decreto recuerda que Génération Identitaire recibió donativos de miembros de organizaciones racistas y supremacistas, incluido el terrorista Brenton Tarrant, autor del atentado de los atentados contra musulmanes en Christchurch (Nueva Zelanda) en 2019.

El segundo argumento para la disolución es que Génération Identitaire aparece en sus símbolos, uniformes, retórica y organización como una “formación paramilitar”. Y subraya que acciones como la de los Pirineos, u otra anterior en la frontera entre Francia e Italia en la que usaron helicópteros, “demuestran la voluntad como una milicia privada” que “adopta la apariencia de la fuerza pública”.

Géneration Identitaire, fundada en 2012, tiene su origen en Unidad Radical, disuelta después de que uno de sus miembros intentase atentar contra el entonces presidente Jacques Chirac en 2002. La nueva organización intentó practicar un estilo de activismo ultra alejado de la estética neonazi o la dialéctica fascista de grupos anteriores. Sus militares tenían menos de 30 años y el medio de acción predilecto no era la violencia ni los altercados, aunque algunos militantes se vieran envueltos en peleas, sino la agit-prop o la agitación propagandística.

Eran acciones a la luz del día con el objetivo era alcanzar el máximo de eco en los medios de comunicación y difundir un mensaje contrario a la inmigración árabe-musulmana. En el verano de 2017, por ejemplo, alquilaron un barco para impedir el rescate de inmigrantes en el Mediterráneo.

La disolución de Génération Identitaire llega después de que el Gobierno, también a instancias de Darmanin, disolviese las asociaciones islamistas Colectivo contra la islamofobia en Francia, Baraka City y Colectivo Jefe Yasín. Estas decisiones ocurrieron después del asesinato, el 16 de octubre de 2020, del profesor Samuel Paty por un yihadista que se había inspirado en mensajes de odio de militantes islamistas.

Más información
El asesinato del profesor Samuel Paty: un golpe al núcleo de la República francesa

La ilegalización, el miércoles, del grupúsculo de extrema derecha, entre otros motivos por incitar al odio a los musulmanes, envía el mensaje de que el Gobierno francés no ilegaliza solo asociaciones islamistas sino también antimusulmanas. También señala a un movimiento del que han salido militantes y un miembro de la dirección del Reagrupamiento Nacional, el partido de Marine Le Pen, rival de Macron en las elecciones presidenciales de 2022.

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Sobre la firma

Marc Bassets
Es corresponsal de EL PAÍS en París y antes lo fue en Washington. Se incorporó a este diario en 2014 después de haber trabajado para 'La Vanguardia' en Bruselas, Berlín, Nueva York y Washington. Es autor del libro 'Otoño americano' (editorial Elba, 2017).

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