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Asesinado a tiros un destacado activista en Líbano

Lokman Slim, hallado en su vehículo con cuatro disparos en la cabeza, era un vehemente crítico de Hezbolá y del resto de la clase política del país

Manifestación por el asesinato de Lokman Slim frente al Ministerio de Justicia, este jueves en Beirut.
Manifestación por el asesinato de Lokman Slim frente al Ministerio de Justicia, este jueves en Beirut.WAEL HAMZEH (EFE)
Natalia Sancha

El destacado escritor y activista político libanés Lokman Slim ha sido hallado sin vida este jueves dentro de su vehículo en el sur de Líbano. El intelectual de 58 años “recibió cuatro disparos en la cabeza”, según ha precisado el juez Rahif Ramadan al rotativo libanés L’Orient le Jour. Se desconocen los autores del crimen. Vehemente crítico de Hezbolá y del resto de la clase política libanesa, Lokman había recibido anteriormente amenazas de muerte.

El asesinato ha provocado la indignación en las redes sociales el mismo día en que Beirut cumple seis meses desde la brutal explosión que el pasado agosto sacudió el puerto de la capital matando a 205 personas e hiriendo a más de 6.500. El ministro del Interior libanés, Mohammad Fahmi, ha asegurado que las fuerzas de seguridad buscarán a los culpables del “horrible crimen”. El partido El Futuro, que lidera el primer ministro entrante, Saad Hariri, ha compartido su preocupación por que este crimen suponga un “retorno a los asesinatos políticos”, en referencia a la ola de atentados sufrida entre 2007 y 2008 contra personalidades políticas del país. Hezbolá se ha sumado a la condena mediante un comunicado en el que pide a “las autoridades competentes que trabajen rápidamente para identificar y castigar a los culpables” y denuncia “la explotación política y mediática [del crimen] a costa de la seguridad y estabilidad internas”.

Tras transmitir sus condolencias a la familia, el embajador de la UE para Líbano, Ralph Tarraf, ha deplorado “la cultura de la impunidad que prevalece en Líbano en torno a estos actos atroces” y ha pedido que se lleve a cabo una investigación. El crimen tiene lugar en un momento en el que el país atraviesa una histórica crisis económica y el Gobierno ha perdido toda legitimidad ante su población.

La hermana y esposa de Slim fueron las primeras en hacer saltar la alarma en las redes sociales la noche del miércoles advirtiendo de su desaparición después que este visitara a un amigo en la sureña localidad de Niha. “Lockman no responde a su teléfono y no ha sido visto desde las ocho de la tarde. Por favor, compartid cualquier información”, tuiteó su esposa, Monika Borgmann.

Poco antes de conocerse la noticia de la muerte, el profesor Makram Rabah y amigo de Slim señaló indirectamente en otro tuit a los partidos chiíes Hezbolá y Amal: “Responsabilizamos a los partidos que controlan la zona y al Estado libanés de su seguridad y de su rápido regreso”. Varias docenas de manifestantes se han congregado este jueves frente al Ministerio de Justicia en Beirut para protestar por el asesinato de Slim. “Armas de Hezbolá. ¿Contra quién?”, se podía leer en las pancartas ondeadas durante la protesta bajo el rostro del activista chií.

Rasha Al Ameer, hermana del activista, ha asegurado a la Agencia France Presse que Slim ha sido asesinado por sus “posiciones políticas”. Seguidores del partido-milicia Hezbolá se han mostrado críticos con el escritor, al que acusan de servir de instrumento para los intereses de Estados Unidos en Líbano.

Slim también ha criticado abiertamente a la clase política libanesa, que el movimiento de contestación popular intenta tumbar desde octubre de 2019. En 2005, después de que una crisis en la gestión de basuras desatara en Líbano una ola de protestas, el escritor fundó la asociación civil Hayya Binna (“Vamos”, en árabe), con la que el pasado año levantó una tienda de campaña en la plaza de los mártires de Beirut, entonces epicentro en la capital de los activistas que arremeten contra los dirigentes, a los que tildan de corruptos e ineptos.

Cofundador junto con su hermana de la casa editorial Dar Al-Jadeed, el erudito también lanzó con su mujer la ONG UMAN para investigar y preservar la memoria de los desaparecidos durante la guerra civil libanesa (1975-1990). La sede de la organización se encuentra en Haret Hreit, en la periferia sur de Beirut y bastión de Hezbolá. “No tengo miedo. Hay que romper el monopolio cultural que ejerce el Partido de Dios sobre los chiíes”, decía a este diario años atrás en las instalaciones, que han acogido desde exposiciones fotográficas sobre las revueltas populares en Siria y Líbano como exhibido el autobús en el que en 1975 milicias cristianas perpetraron la masacre de 22 palestinos, una de las chispas que desató la guerra civil.

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