El expresidente boliviano Evo Morales viaja hacia Venezuela desde su exilio en Argentina
El exmandatario abandona sin aviso el país sudamericano para cumplir con una invitación que recibió desde Caracas
En el mayor hermetismo, Evo Morales ha abandonado este viernes Argentina, según confirmaron a EL PAÍS fuentes del entorno más cercano del expresidente de Bolivia. Morales abordó en Buenos Aires un avión de la aerolínea estatal venezolana Conviasa con ruta hacia Caracas. La misma fuente confirmó que la comitiva boliviana tiene previsto regresar el sábado, tras cumplir con “una gira” que tenía pendiente, sin dar más detalles.
El avión de Conviasa llegó al aeropuerto internacional de Ezeiza en Buenos Aires pasado el mediodía de este viernes. Tres horas después volvió a despegar, con Evo Morales a bordo. El viaje obligó a suspender una cena de trabajo en la que su equipo debía tratar los detalles de un eventual regreso de Morales a Bolivia. La reunión se pasó para mañana sábado.
Morales vive en Argentina desde el 12 de diciembre pasado en Argentina, donde llegó como refugiado tras una escala apurada en México. Ocupa desde entonces en Buenos Aires una casa en un barrio de clase media. Lo visitan dirigentes locales vinculados con el Gobierno peronista y líderes de la enorme diáspora de bolivianos que hay en Argentina (145.000 estuvieron habilitados para votar), que lo apoyó el domingo con el 88% de los votos. Tras el triunfo del MAS en las últimas elecciones, en Bolivia esperan su regreso. La vuelta, sin embargo, se demora. Una fecha probable es el 8 de noviembre, cuando está prevista la asunción del nuevo presidente, Luis Arce.
El lunes, tras el triunfo de su delfín político, Morales dijo que su regreso era “cuestión de tiempo”. El presidente argentino, Alberto Fernández, se reunió con él el martes y manifestó abiertamente su intención de acompañarlo en su viaje a La Paz. Pero en Bolivia no hay acuerdo sobre el mejor momento para la vuelta del líder. En el MAS prevalece la postura de que Morales debe resolver antes los múltiples procesos judiciales que enfrenta, iniciados por el Gobierno interino de Jeanine Áñez tras su salida forzada del poder.
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