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Más de un millar de presos, entre ellos muchos militantes islamistas, se escapan de una cárcel de Congo

Un ataque coordinado de hombres armados logra abrir la prisión, en la que había reos del grupo integrista Fuerzas Democráticas Aliadas

Decenas de civiles a la entrada de la prisión de Beni, este martes.
Decenas de civiles a la entrada de la prisión de Beni, este martes.STRINGER (Reuters)

Más de 1.300 prisioneros se han fugado durante la madrugada de este martes de la cárcel de Beni, en el este de la República Democrática del Congo, gracias a un ataque llevado a cabo por los milicianos del grupo armado islamista Fuerzas Democráticas Aliadas. El alcalde de la ciudad, Modeste Bakwanamaha, confirmó que los asaltantes habían realizado una gran operación en dos fases. Primero, atacaron el puesto militar cercano a la cárcel central de Kangbayi; después, otro grupo fuertemente armado asaltó el centro penitenciario, rompiendo las puertas y liberando a la mayoría de reclusos.

Según la emisora local Radio Okapi, de los casi 1.500 encarcelados solo 122 quedaron dentro. El intercambio de disparos entre la policía y los milicianos empezó a las cuatro de la madrugada hora local (la misma en la España peninsular) y con esta fuga han quedado en libertad decenas de milicianos de las Fuerzas Democráticas Aliadas que cumplían pena, así como combatientes de otros grupos armados de la región.

Las Fuerzas es un grupo que se creó en Uganda, pero que opera en el este de Congo desde finales de los 90, cuando el Ejército ugandés les expulsó de su territorio. Aunque convive con decenas de otros grupos armados en esa convulsa región, desde 2014 son la milicia más activa y violenta en Beni, y actualmente la más letal en Congo. El año pasado, el Ejército congoleño lanzó una operación de contrainsurgencia, con la que se ocuparon algunas de sus principales bases rebeldes. Pero los combatientes se dispersaron en pequeños grupos y siguieron cometiendo atrocidades contra la ciudadanía.

El pasado 26 de agosto, asesinaron a 24 civiles en los pueblos de Mapasana y Mabuo. Y desde principios de 2019 han matado a más de 1.000 personas. El Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés) se ha atribuido la responsabilidad de algunos de los ataques de las Fuerzas desde el año pasado, incluido el ataque de este martes en la cárcel, según ha indicado el Barómetro de Seguridad de Kivu. EL grupo yihadista lo habría asumido a través de uno de los órganos de su brazo mediático, la agencia Amaq. Pero los vínculos entre las dos organizaciones son dudosos, según los expertos de Naciones Unidas. Las Fuerzas no tienen portavoz, nunca han sido claros en los motivos de su lucha y tampoco se han afiliado formalmente a ISIS.

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