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La UE exige a Boris Johnson que demuestre su voluntad de negociar el Brexit “de buena fe”

Los líderes de la Unión comienzan este jueves en Bruselas un Consejo Europeo que marcará el inicio de la recta final de las negociaciones con Londres o su final abrupto

El negociador británico, David Frost (en el centro), a su llegada a la sede comunitaria, este miércoles en Bruselas.
El negociador británico, David Frost (en el centro), a su llegada a la sede comunitaria, este miércoles en Bruselas.Francisco Seco (AP)

El tira y afloja entre la Unión Europea y el Reino Unido sobre el acuerdo de convivencia tras el Brexit ha entrado este miércoles en una fase crítica de exigencias y recriminaciones cuyo desenlace dependerá de la cumbre europea de esta semana. Los 27 líderes de la Unión celebran este jueves y viernes en Bruselas un Consejo Europeo que marcará el inicio de la recta final de las negociaciones con Londres o el final abrupto de siete meses de regateo que solo han servido para alimentar la desconfianza entre las dos partes.

El choque se centra en solo tres puntos (control de las ayudas de Estado, cuotas pesqueras y gobernanza del acuerdo), pero las diferencias siguen siendo tan importantes que el Reino Unido amenaza con romper las negociaciones, un escenario que podría provocar una tremenda sacudida el próximo 1 de enero, cuando un nuevo acuerdo debería regular los intensos flujos comerciales entre ambas orillas del canal de la Mancha.

La UE sigue dispuesta a evitar el descalabro económico de una abrupta separación pero reclama al primer ministro británico, Boris Johnson, que demuestre su intención de negociar con buena fe. Londres, por su parte, acusa a los negociadores europeos de bloquear el acuerdo por aferrarse a principios generales que impiden avanzar en la letra pequeña.

Los contactos al más alto nivel para evitar la ruptura se han multiplicado en las horas previas de la cumbre europea, que arranca el jueves a las 15.00 (hora de Bruselas). Johnson ha recibido este miércoles las llamadas telefónicas de Charles Michel, presidente del Consejo Europeo, y de Ursula von der Leyen, presidenta de la Comisión Europea.

En ambos casos, según fuentes comunitarias, se ha reiterado el deseo de Bruselas de “intensificar las negociaciones” para alcanzar un acuerdo que se pueda aplicar de manera efectiva el 1 de enero de 2021 tras la expiración a final de año del período transitorio de salida del Reino Unido de la UE.

Pero las mismas fuentes señalan que la confianza de Bruselas en Downing Street se encuentra bajo mínimos y reclaman que Johnson “demuestre su voluntad de negociar de buena fe”. La credibilidad del Gobierno británico en las capitales comunitarias cayó en picado tras la aprobación en Londres de una ley de mercado interior que, según Bruselas, viola el acuerdo de salida del Reino Unido de la UE. “La ley de mercado interior no ha ayudado a generar confianza”, señala una fuente diplomática europea. “Londres tiene que hacer ahora algún gesto que muestre su voluntad de superar la brecha que todavía nos separa”, añade la misma fuente.

El borrador de las conclusiones de la cumbre europea recuerda que el período de transición concluye el próximo 31 de diciembre y “nota con preocupación que el progreso en los puntos clave de interés para la Unión todavía no es suficiente para alcanzar un acuerdo”.

Los 27 líderes europeos deberán sopesar las concesiones que pueden hacer y los sacrificios que están dispuestos a encajar, en particular en el tema de la pesca. La industria pesquera de ocho países (Bélgica, Irlanda, Dinamarca, Alemania, Francia, España, Países Bajos y Suecia) depende en mayor o menor medida de las capturas en aguas británicas y se verán afectados por el recorte de la cuota que Johnson impondrá a partir del 1 de enero.

El borrador de las conclusiones de la cumbre reitera el deseo de “establecer una relación con el Reino Unido lo más estrecha posible”, pero pide a las instituciones comunitarias y a los Estados miembros “que aceleren los preparativos para todos escenarios, incluido el de no acuerdo”.

Londres, por su parte, acusa a los negociadores europeos, encabezados por Michel Barnier, de no concretar sus propuestas en proyectos legales que permitan negociar ya la letra pequeña del acuerdo. “Necesitamos ir al fondo de la cuestión y sin un texto común sobre el que trabajar resulta mucho más difícil avanzar”, apunta un portavoz de la delegación británica. La misma fuente advierte de que Johnson tomará una decisión a seguir “después del Consejo Europeo y a la luz de las conversaciones con Von der Leyen y Michel”. El negociador británico, David Frost, también permanecía este miércoles en contacto con Barnier. La valoración de Frost sobre los últimos contactos también será clave en la decisión de Johnson, que ha amagado con retirarse de la negociación si no hay avances esta semana.

“Ha habido otros ultimátums y hemos seguido negociando”, señalaba el secretario de Estado español para la Unión Europea, Juan González Barba, tras la reunión de los 27 socios de la UE de este martes para preparar la cumbre europea. González Barba cree que los contactos aún tienen recorrido pero reconoce que “este puede ser el último ultimátum porque el tiempo útil de negociación se agota”.

La UE quiere cerrar el pacto a finales de octubre como muy tarde para disponer de tiempo suficiente para la ratificación parlamentaria que, en función del texto final, podría requerir el visto bueno no solo del Parlamento Europeo sino también de casi 40 Parlamentos nacionales y regionales.

Los plazos, sin embargo, parecen el menor problema si la confianza mutua se recupera y los líderes de ambos partes dan un impulso esta semana a la negociación. La parte crucial del futuro acuerdo, que regularía los flujos comerciales, podría entrar en vigor de manera provisional el 1 de enero aunque no haya concluido la ratificación. El acuerdo comercial de la UE con Canadá, en aplicación desde septiembre de 2017, aún no ha completado su ratificación.

A la flexibilidad de los plazos se añada la escasa credibilidad del órdago de Johnson que amenaza con renunciar al acuerdo y mantener una relación comercial con la UE en los mismos términos que con Australia. El mercado europeo es el destino del 43% de las exportaciones británicas y del continente proceden el 51% de las importaciones del Reino Unido. En cambio, solo el 1,7% de las exportaciones británicas llegan hasta Australia y de allí proceden el 0,9% de sus importaciones. Entre los 10 mayores socios comerciales del Reino Unido, siete pertenecen a la UE (Alemania, Países Bajos, Francia, Irlanda, España, Bélgica e Italia) y otro (Suiza) está estrechamente vinculado al club comunitario.

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