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Informáticos bielorrusos lanzan una herramienta para revelar fraudes electorales

Pavel Liber, coautor de Golos, asegura que la plataforma prueba el fraude en los comicios que ganó Lukashenko y que ha generado interés en otros países de la antigua URSS

Pilar Bonet
Paver Liber.
Paver Liber.FOTO CEDIDA

Durante un mes, discretamente, ingenieros bielorrusos elaboraron una plataforma digital para vigilar la limpieza de las elecciones presidenciales en su país. Eran una cuarentena y muchos de ellos no se conocían entre sí, pero formaban un equipo unido por la idea de que no iban a permitir que los comicios presidenciales del 9 de agosto se falsificaran como en ocasiones anteriores.

Ahora, los ingenieros autores de Golos (“Voz”, el nombre de la plataforma) están en el extranjero por razones de seguridad, y por su invento se interesan ciudadanos de Kazajistán y Rusia, deseosos también de unas elecciones limpias en sus propios países. Así lo cuenta a EL PAÍS el alto ejecutivo de la empresa EPAM Systems Pavel Liber, de 36 años. La entrevista con este ingeniero programador bielorruso tiene lugar por Telegram desde Kiev, donde está actualmente el aitichnik (programador en el lenguaje coloquial en Bielorrusia y Rusia). La productora de programas EPAM Systems, con miles de empleados, fue la primera empresa bielorrusa registrada en la Bolsa de Nueva York y también la primera instalada en el Parque de Altas Tecnologías de Bielorrusia, la institución que el presidente Alexandr Lukashenko creó en 2005.

“En Golos están las principales pruebas de la falsificación electoral, a saber las papeletas de los electores y las actas de los colegios electorales que pudimos reunir y cualquiera puede entrar y ver que hubo falsificación en un tercio de los colegios”, dice Liber. El programa de observación digital comprendía el registro del número del móvil del elector (en Bielorrusia los números se entregan solo con el pasaporte) y la fotografía de la papeleta rellenada. En total, explica, se recogieron las actas de 1.310 colegios electorales, lo que cubría el 30% del electorado. En la muestra disponible, los datos de las actas y de las fotografías no coinciden en 400 colegios”, explica. “Nuestra muestra es representativa y aunque no podemos contabilizar cómo se repartieron los votos de verdad, debido a las cifras suplementarias aleatorias adjudicadas a un candidato, el resultado del 80% atribuido a Lukashenko nada tiene que ver con las actas en nuestro poder”, afirma Liber. El líder, dice, obtuvo en realidad menos del 40% de los votos”.

Por la tecnología de Golos se interesan en Rusia “personas individuales más próximas a la oposición que al mundo oficial”, explica Liber, que en Kiev se ha reunido con ellas y también con miembros de la oposición de Kazajistán. “En los países donde no hay confianza en los resultados electorales se puede usar nuestra plataforma para obtener un recuento alternativo y con fotografías”, explica el ingeniero.

Golos podría marcar un punto de inflexión en el espacio postsoviético. “El problema principal en las elecciones en este entorno es que alguien cuenta, sin permitir que nadie se acerque al recuento y después por televisión anuncian un determinado resultado sin pruebas”. “Nosotros ofrecemos un proceso absolutamente trasparente”, sentencia. ”Los parámetros que analizamos son suficientes para que el sistema sea seguro y estable”, dice. “Controlamos cuántas fotos salen de un teléfono, comprobamos si nos han mandado varias veces la misma papeleta, analizamos las firmas de los miembros del colegio electoral en las papeletas”, explica.

Durante quince años, Lukashenko supo conjugar su dirección autoritaria con el desarrollo de las altas tecnologías. Pero esa fórmula está en entredicho. Liber confiesa no haber votado nunca antes y afirma que se declaraba “apolítico” hasta este verano. “Pero la sociedad, incluidos los especialistas en altas tecnologías, se politizó cuando los candidatos alternativos a la presidencia fueron arrestados”, cuenta. Por ingresos, los aitichniki estamos por encima de la media de Bielorrusia, pero cuando entiendes que te pueden quitar todo lo que tienes en un día y que ninguna ley te ayudará, entonces queda claro que las cosas no van bien en el país en que vives”. “Nuestro equipo funcionó de forma muy autónoma y gracias a esta autonomía, descentralización y anonimato pudimos lanzar este producto”, afirma.

“Durante 15 años el país invirtió en la creación de un parque de altas tecnologías y en formar un clima favorable para las compañías. Todo esto ha quedado anulado literalmente en pocas semanas, porque los especialistas se van al extranjero, muchas compañías se llevan sus empleados fuera del país y otras han cerrado del todo sus oficinas en Bielorusia”, narra Liber. En Bielorrusia, opina, se pueden degradar los servicios estatales que hasta ahora venían siendo cubiertos por empresas privadas, sobre todo en el campo de la medicina.

¿Quiénes son y dónde están los 40 aitichniki que elaboraron Golos? “En parte son bielorrusos que trabajan en el extranjero. En parte son gente como yo, bielorrusos que temporalmente se han marchado de Minsk porque comprendíamos que no podíamos estar seguros en Bielorrusia. Algunos estamos en Kiev, otros en Montenegro, otros en Turquía o en Estados Unidos. No tenemos directores, somos voluntarios que por convicciones hicimos esta plataforma en nuestro tiempo libre. Trabajamos en distintas compañías y todo el equipo está formado por ingenieros muy competentes y de gran experiencia”, cuenta. “Comenzamos a elaborar el producto a principios de julio. Si hubiéramos tenido más tiempo seguramente hubiéramos tenido más papeletas de votantes, pero en menos de un mes supimos recorrer el interesante camino de una pequeña start-up”, añade. “Intentamos que su elaboración fuera anónima al máximo, pero en cuanto comenzamos a reunir partidarios, la retórica de las autoridades cambió y comenzaron a decir que nuestro proyecto era delictivo y el mismo presidente, en su alocución anual a la nación, se refirió a él y sentimos la amenaza”.

Liber no sabe cuánto tiempo permanecerá en Kiev. Desde allí, sigue los acontecimientos en Bielorrusia y proyectos en su país no le faltan. El más importante hoy es la elaboración de una plataforma para regular las relaciones entre el Consejo Coordinador (de la oposición) y los ciudadanos. “Nuestra plataforma evoluciona y ya tiene 1,2 millones de personas que confían en nosotros, bielorrusos identificados por el número de teléfono”, dice. “Golos se ha adaptado ya a las nuevas necesidades y es un magnífico canal de comunicación para que el consejo coordinador pueda consultar a la sociedad sobre sus iniciativas y para que la sociedad pueda influir en las decisiones del consejo. Planeamos la primera encuesta, seguramente dedicada al referéndum y a la reforma constitucional”, señala. El proyecto puede ejecutarse en cuestión de días, deja entrever.

Ya en la época soviética, Bielorrusia tenía muchas escuelas técnicas superiores en su territorio y gracias al desarrollo técnico y matemático tiene hoy muy buenos especialistas en altas tecnologías, explica Liber. Los medios de la Administración sin embargo son limitados. “Hay que comprender que Internet en Bielorrusia está prácticamente en manos de compañías privadas, porque el Estado no está dispuesto a pagar sueldos competitivos a los aitichniki. Es ridículo que un producto confeccionado por varios voluntarios en pocas semanas sea capaz de resistir contra todos los servicios secretos del Estado y la Fiscalía”, dice.

El Estado bielorruso desconectó el internet confiando en que “si no hay internet, no hay problema”. ”Pero la medida fue más bien perjudicial porque dejaron de funcionar las tarjetas de crédito, la gente se lanzó a la calle de modo más activo y cuando reapareció Internet tuvo posibilidad de mandar todo lo que no había podido mandar antes. El corte de Internet es la principal causa por la que las compañías de alta tecnología se marcharon de Bielorrusia, porque estas empresas no pueden gestionar su negocio pensando en que en cualquier momento pueden ser desconectadas”

Los bielorrusos se han adaptado muy bien y recurren a las redes privadas virtuales para puentear los bloqueos, que afectan hoy a más de 70 páginas web. “En la nueva realidad de Bielorrusia la gente ha comenzado a luchar con el Estado por el derecho a visitar una u otra página”, dice.

“Nunca hubo una unidad semejante de la sociedad civil en Bielorrusia, este despertar de la sociedad y lo que está sucediendo en mi país indica que no fue en vano lo que hicimos y que nuestro producto ha desempeñado un gran papel para mostrar toda la falsificación de las elecciones”, afirma.

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Sobre la firma

Pilar Bonet
Es periodista y analista. Durante 34 años fue corresponsal de EL PAÍS en la URSS, Rusia y espacio postsoviético.

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