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La campaña de Biden se apoya en Obama para fortalecer su impacto digital

El expresidente y su vicepresidente escenifican en un video electoral diseñado para las redes las críticas de los demócratas a la gestión sanitaria y económica de Trump

Barack Obama y Joe Biden, en la Casa Blanca en 2015. En vídeo, tráiler de la charla entre Obama y Biden.Vídeo: JONATHAN ERNST / REUTERS
Pablo Ximénez de Sandoval

Si hay una escena con la que se pueden identificar todos los demócratas de Estados Unidos es la de dos personas en el salón de su casa hablando mal de Donald Trump. Eso es lo que escenificaron este jueves Joe Biden y Barack Obama en un video electoral con el que la campaña del exvicepresidente trata de utilizar el enorme predicamento en redes de su antiguo jefe en la Casa Blanca para fortalecer una campaña electoral que ya se ha vuelto prácticamente virtual.

Tres años y medio después de abandonar la Casa Blanca, Barack Obama sigue siendo la figura contra la que se mide todo lo que hace y dice el Partido Demócrata. Obama influye especialmente a su vicepresidente y actual candidato, Joe Biden, quien solo puede abrazar al 100% la figura del expresidente y no tiene ningún margen para distanciarse de él. Eso le acarrea el recelo del sector más izquierdista del electorado, pero al mismo tiempo le permite utilizar todo el poder que el presidente amasó en sus años en la cima de la política.

El vídeo en cuestión dura 17 minutos y fue emitido el jueves, a las 10:00 de Washington, a través de Periscope, una aplicación que permite emitir en directo a través de la red social Twitter. “¿Te imaginas salir como presidente y decir: ‘No es mi responsabilidad’? ¡Literalmente!”, comienza diciendo Biden en el video. “Esas palabras nunca salieron de nuestra boca”, le contesta Obama. “No comprendo su incapacidad (la de Trump) para comprender lo que le está pasando a la gente. Es completamente incapaz de empatizar”, dice Biden. “Esa es una de las razones por las que quería que fueras mi vicepresidente, Joe (…) Todo empieza con la capacidad de empatía. Si te puedes sentar con una familia y ver en ellos tu propia familia, vas a trabajar duro por ellos”, apostilla Obama.

Los dos hombres hablan en un salón de la oficina de Obama en Washington DC. Están sentados en dos sofás situados a una distancia sanitaria por la pandemia de covid-19, con una bandera de EE UU en medio. En la conversación, cuidadosamente formateada para redes sociales, gira sobre la experiencia de ambos y los paralelismos con la situación actual. Obama recuerda, por ejemplo, que cuando llegaron a la Casa Blanca el país se encontraba en la recesión más profunda desde la II Guerra Mundial y hubo que aprobar un plan de rescate urgente de la economía. Obama le pregunta a Biden qué haría él en esta situación: “Lo primero, proteger a la gente para que no caiga en la pobreza para siempre”.

A continuación, entran en el que iba a ser el gran tema de esta campaña electoral y que la pandemia ha hecho todavía más capital. Biden habla de “construir un nuevo sistema de sanidad público completamente nuevo”. El presidente, que se jugó la reelección por sacar adelante el programa de ayudas públicas más ambicioso de la historia en la sanidad de EE UU (Obamacare), asiente desde su sillón. “Podemos tener por primea vez una opción pública” de sanidad, dice Biden, cuya plataforma en este sentido aún no está definida. “Pero este tipo (Trump) ha acudido a los tribunales, en medio de una pandemia, para quitarle la protección a 100 millones de personas que tienen problemas de salud previos”, una de las razones por las que los seguros privados podían denegar la cobertura antes de Obamacare. “Tienes razón, es difícil de comprender que alguien intente quitarle el seguro médico a la gente en medio de una crisis sanitaria”.

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Barack Obama es la persona con más seguidores en la red social, más de 120 millones de cuentas (solo hay tres cuentas con más de 100 millones de seguidores, la suya y las de Justin Bieber y Rihanna). Cualquier cosa que tuitea el expresidente es una sensación. Ya dominaba el medio muchos años antes de que el mundo conociera a Trump. En noviembre de 2012, el tuit que mandó en la noche de su reelección fue el más retuiteado de la historia hasta ese momento. Dentro de las diez cuentas más seguidas está Donald Trump, que tiene 84 millones de seguidores en Twitter, el doble de los que tenía al entrar en la Casa Blanca.

En contraste, Joe Biden tiene 7,1 millones de seguidores, menos que la cuenta principal de EL PAÍS. Si la campaña se traslada online y la influencia del mensaje se mide en retuits, la situación es muy desigual para Biden, un hombre que brilla en el cara a cara con los votantes y se maneja en los anuncios de televisión tradicionales, pero apenas tiene impacto en redes.

Es extremadamente raro en Estados Unidos que presidentes y expresidente se critiquen entre ellos. Pero este es el mundo de Donald Trump. Barack Obama apenas ha utilizado su enorme predicamento mediático para criticar a Trump, solo en muy contadas ocasiones y con políticas muy concretas que han indignado al país. Con el vídeo de este jueves se sienta un precedente, al menos, para el resto de la campaña. Obama parece al fin aceptar la provocación de Trump en las redes, después de años siendo objeto de impertinencias y conspiraciones de nada menos que el presidente en ejercicio de Estados Unidos.

La respuesta de Trump llegó, por supuesto, en Twitter: “Obama, que no dio su apoyo a Biden hasta que todos los demás se habían caído de las primarias (¡incluso entonces esperó mucho tiempo!) la da ahora su apoyo publicitario. Recuerden, yo no estaría aquí si no fuese por ellos. Yo no sería presidente. ¡Lo hicieron fatal!”. La campaña electoral virtual ha comenzado.

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Sobre la firma

Pablo Ximénez de Sandoval
Es editorialista de la sección de Opinión. Trabaja en EL PAÍS desde el año 2000 y ha desarrollado su carrera en Nacional e Internacional. En 2014, inauguró la corresponsalía en Los Ángeles, California, que ocupó hasta diciembre de 2020. Es de Madrid y es licenciado en Ciencias Políticas por la Universidad Complutense.

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