“Rusia y China han aprovechado esta situación para difundir propaganda”
El líder de la Alianza Atlántica alerta contra el riesgo de que la crisis sanitaria derive en una crisis de seguridad
Jens Stoltenberg (Oslo, 61 años) reanuda su agenda internacional una vez superadas las restricciones de movilidad que impuso el coronavirus. Tras más de cuatro meses sin salir de Bruselas, el secretario general de la OTAN ha recalado en España para participar en la ceremonia de Estado por las víctimas de la covid-19 celebrada este jueves en Madrid. El líder de la Alianza recibe a EL PAÍS la víspera de ese acto, cumpliendo con creces la distancia de seguridad y con el rostro prácticamente cubierto por una tupida mascarilla negra. Sus gestos faciales se pierden en ese embozo, pero juzga importante mantenerlo durante toda la entrevista como símbolo de la excepcionalidad del momento.
Pregunta. Las pandemias no figuraban entre las amenazas existenciales que analizaba la OTAN. ¿Se minusvaloró ese peligro?
Respuesta. La OTAN siempre ha estado preparada para lo imprevisto. Nosotros actualizamos nuestros planes para responder a las pandemias en noviembre del año pasado y aplicamos medidas ya en enero. Tenemos planes para diferentes crisis. Pero nuestra principal responsabilidad es que esta crisis sanitaria no se convierta en una crisis de seguridad. Debemos asegurarnos de mantener nuestra capacidad operativa, nuestras misiones, la policía aérea en el este, la lucha contra el terrorismo en Afganistán… Hemos cancelado algunos ejercicios militares, pero nuestras misiones clave se han mantenido. España es un ejemplo, con su participación en Irak y en la policía aérea en el Báltico. Por eso también estoy aquí, para expresar mis condolencias, elogiar a España y rendir tributo a las Fuerzas Armadas.
P. Pero España ha retirado tropas de Irak durante la pandemia y otros países han hecho movimientos similares. ¿No ve ahí un agujero de seguridad?
R. Introdujimos pronto cuarentenas en nuestras misiones y redujimos algunas de nuestras actividades, por ejemplo en Irak. Ahora estamos incrementándolas otra vez. Debemos asegurarnos de mantener una disuasión creíble en defensa y, al mismo tiempo, tomar las medidas necesarias para evitar la extensión del virus.
P. Durante la crisis hemos visto tensiones en el mercado de materiales sanitarios. ¿Es sensato crear una reserva estratégica? ¿Se debe hacer en el marco de la OTAN o en el ámbito nacional?
R. En los dos. La OTAN ahora se prepara para una segunda ola de coronavirus. Hemos aplicado un plan para responder más rápido y hacer más si hay una segunda oleada. Estamos almacenando materiales críticos y movilizando fondos. También es importante que los países se preparen. En la crisis del coronavirus hemos visto que todos los aliados están afectados, pero no de la misma manera ni al mismo tiempo. Inicialmente España recibió apoyo de Turquía, Polonia, República Checa, pero luego también prestó apoyo a aliados y socios. Necesitamos instituciones multilaterales para responder a crisis globales como las pandemias.
P. Esta crisis ha impulsado la desinformación a niveles desconocidos, hasta el punto de hablar de una infodemia. ¿Está la OTAN dedicando esfuerzos adicionales contra este fenómeno?
R. Uno de los desafíos de la pandemia es que hemos visto que actores estatales y no estatales intentan aprovecharse de esta situación para difundir propaganda, en parte para dividir a los aliados y en parte para minar la confianza en nuestras instituciones democráticas. Hemos visto cómo China y Rusia señalaban que el virus lo crearon países aliados. También se han usado el ciberespacio y las redes sociales para difundir acusaciones falsas. La OTAN ha respondido proporcionando hechos. La respuesta a la propaganda no es propaganda. La OTAN puede hacer mucho, pero al final el arma más poderosa contra la desinformación es la prensa libre e independiente.
P. ¿Ha aprovechado Rusia para aumentar su presencia militar en este periodo?
R. Además de la desinformación, también hemos visto un incremento de la presencia militar en Libia, pero no lo ligaría a la covid-19. Por supuesto mientras el resto del mundo estaba muy centrado en esto, Rusia ha elevado su presencia en Libia apoyando a Jalifa Hafter [el general que combate contra el Gobierno de Unidad Nacional], minando los esfuerzos por la paz.
P. ¿Está investigando el episodio que enfrentó recientemente a dos fragatas de países de la OTAN, una de Francia y otra de Turquía, en una especie de juegos de guerra en el Mediterráneo?
R. Me tomo ese incidente muy en serio. Nos hemos asegurado de que las autoridades militares de la OTAN estudien lo que ocurrió. Se ha hecho ya un informe y ahora se discute en el Comité Militar de la OTAN.
P. ¿Tiene alguna conclusión? ¿No le preocupa la creciente hostilidad de Turquía hacia otros miembros de la Alianza?
R. El informe es reservado y no voy a comentarlo. Hay muchas versiones diferentes de lo que ocurrió. Tenemos que encontrar soluciones de paz en Libia. Ese es el principal mensaje de la OTAN.
P. ¿Cómo va el proceso de reflexión sobre el futuro de la Alianza, iniciado por ese comentario de Emmanuel Macron de que la Alianza estaba en estado de muerte cerebral?
R. Hemos lanzado el proceso y establecido un grupo de expertos. Contactamos con aliados, sociedad civil y mundo académico para que la OTAN siga siendo la alianza más exitosa de la historia. Lo somos porque hemos podido adaptarnos y cambiar cuando el mundo cambiaba. Tenemos que seguir fuertes militarmente, pero también reforzar nuestra cooperación política y hacernos más globales. No quiere decir que tengamos que estar presentes en todos sitios, pero sí tener una aproximación global. Porque las amenazas de seguridad que van a marcar el futuro (la ciberseguridad, el terrorismo pero también las consecuencias del auge de China) son globales. El proceso concluirá cuando presente mis propuestas a los jefes de Estado y de Gobierno, cuando nos reunamos el próximo año. Ahora miramos qué más podemos hacer no sólo en Afganistán o Irak, sino en África del Norte y el Sahel.
P. España y la UE intentan implicarse más en esa región, que plantea amenazas de seguridad y desafíos migratorios. ¿Va a tener la OTAN una función allí?
R. Estamos mirándolo, se trataría de construir capacidades trabajando con socios en la región, con la Unión Africana y con otros socios, para estabilizar el territorio y luchar contra el terrorismo. La OTAN ya trabaja con algunos países del norte de África: con Túnez, con Mauritania… Pero estamos estudiando si tenemos que incrementar esas actuaciones y cómo. Y lo hacemos en estrecha colaboración con la UE.
P. ¿Cree posible elevar ahora el gasto militar en España? La pandemia dificulta el incremento de esa partida.
R. La pandemia requiere una respuesta global y hemos visto que las capacidades militares han sido clave. Tenemos que estar preparados para una segunda ola, para hacer más juntos. España no está sola. Respecto al gasto militar, la covid producirá, y ya ha producido, graves consecuencias económicas para los aliados y hará todavía más difícil lidiar con las consecuencias presupuestarias. Al mismo tiempo, la existencia de la covid-19 no significa que otras amenazas desaparezcan. Tenemos que ser capaces de lidiar con todo a la vez. Esa es la realidad.
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