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Asociaciones europeístas llaman a la UE a liderar una respuesta común más contundente ante la crisis

Una decena de responsables del Movimiento Europeo insta a los dirigentes de los Estados miembros a mostrar la cohesión necesaria para estar a la altura del desafío de la Covid-19

El País
Sede de la Comisión Europea en Bruselas.
Sede de la Comisión Europea en Bruselas.REUTERS

Los ciudadanos europeos necesitan que las instituciones de la UE y a los Estados miembros presenten un frente común fuerte ante la crisis sin precedentes del coronavirus y superen las tensiones que genera la gestión de este desafío. Así lo piden los responsables de la organización del Movimiento Europeo de una decena de países comunitarios en un manifiesto que defiende que es necesario “avanzar hacia una respuesta colectiva más contundente frente a la crisis, en el espíritu de los intereses y valores compartidos por un futuro común”. Por ello, reclaman a los líderes nacionales y europeos que muestren la cohesión y responsabilidad que exige esta crisis, y den “un paso hacia adelante para estar a la altura de la ocasión” en un momento que confirma, además, la necesidad del debate sobre el futuro de Europa.

Los firmantes, entre ellos los presidentes de las asociaciones europeistas de Alemania, Francia, Italia, España y los Países Bajos instan a establecer en el campo sanitario “estructuras globales comunes para el futuro”, a fortalecer la capacidad de los actuales centros europeos para la prevención y vigilancia de epidemias, así como a aprovechar este momento “excepcional” para repensar el futuro financiero común, movilizar nuevos recursos propios y acelerar los mecanismos que permitan hacer frente a crisis repentinas como la causada por la Covid-19.

Las asociaciones europeístas instan también a proteger los derechos y libertades de los europeos, a salvaguardar el Estado de derecho y las estructuras democráticas en tiempos de restricciones por la batalla contra la pandemia. Este es el texto íntegro del manifiesto:

Solo juntos, los europeos, superaremos la crisis del coronavirus

La crisis de la Covid-19 es la prueba de fuego de la Unión Europea. Somos una comunidad de valores compartidos, derechos fundamentales e intereses comunes: ¡construyamos juntos nuestro destino, ahora!

Las acciones políticas, económicas, sociales y sanitarias de la Unión Europea (UE), en respuesta a esta crisis de la Covid-19 sin precedentes, muestran que el nivel europeo es relevante y necesario para abordar desafíos mundiales tan serios. Ya se han dado pasos importantes anunciados por las instituciones de la UE, en particular por la Comisión Europea y el Banco Central Europeo. Tal como están las cosas, las acciones de la UE dependen, en gran medida, de la buena voluntad y poderes de los Estados miembros. La Unión no debería ser culpada por la falta de respuestas en los ámbitos donde no se le dio competencias o herramientas. Bajo la presión de este momento, del coronavirus, han surgido algunas tensiones en Europa. Hay diferencia de estilos de gestión con la crisis actual, los efectos económicos desentierran el dolor de las crisis del pasado reciente. Sin embargo, a los ciudadanos de Europa no nos ayuda el politiqueo de la vieja usanza. Esperamos urgentemente un liderazgo orientado hacia el futuro y más efectivo al liderar el actual dramático flagelo.

Por lo tanto, como europeos, llamamos a las instituciones de la UE y a los Estados miembros a avanzar hacia una respuesta colectiva más contundente frente a la crisis, en el espíritu de los intereses y valores compartidos por un futuro común.

En primer lugar, frente a la crisis de salud. Formalmente, la UE no tiene muchas competencias directas en el campo de la asistencia sanitaria[1]. Sin embargo, la UE tiene los medios para contribuir al establecimiento de estructuras globales comunes para el futuro, promover, en el espacio europeo, la salud como bien común y eliminar las desigualdades perjudiciales que la crisis de la Covid-19 está demostrando una vez más.

Por lo tanto, aplaudimos y apoyamos la mejora de la aproximación de la Unión Europea y de los Estados miembros, con los esfuerzos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) por extraer lecciones estructurales de esta crisis. Respaldamos firmemente los diversos llamamientos y propuestas para facilitar la investigación necesaria sobre el funcionamiento de nuestros diversos sistemas de atención en la salud para el futuro y fomentar una mayor cooperación con las agencias de salud internacionales y continentales para extraer lecciones claves sobre lo que debe coordinarse a nivel europeo con las políticas nacionales.

Teniendo en cuenta que la crisis es global y tiene un efecto internacional, la UE debe continuar apoyando el alto el fuego en los conflictos internacionales y la flexibilidad en la aplicación de sanciones internacionales, y recordar el plan de acción conjunto con África en vista a la cumbre de UE-África durante la presidencia alemana.

Además, recomendamos que la UE impulse el trabajo del Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Asistencia Sanitaria. Apoyamos la petición de que se fortalezcan los centros, como el Centro Europeo para la Prevención y el Control de Enfermedades, a fin de ampliar sus acciones en el campo de la prevención y vigilancia de las epidemias. La Comisión debería poder decidir sobre normas vinculantes y centrales para las pruebas y la distribución de material de protección y de los medicamentos, bajo el control del Parlamento Europeo y del Consejo, y para apoyar la investigación común en el campo de las vacunas.

Con respecto a la crisis económica y social, pedimos a la UE que ayude a salvaguardar, tanto como sea posible, el sustento básico de las personas, el respeto del Estado de derecho y las estructuras democráticas de toma de decisiones en la política fiscal, económica, social y de exteriores.

Además, pedimos a todos los interesados que salgan de las posiciones arraigadas y usen este momento excepcional para tratar de manera sólida con nuestro futuro financiero común. No debería haber tótems ni tabúes en nuestra lucha europea contra el virus. Se deben aceptar las sugerencias, ahora emergentes, con respecto a la movilización de nuevos recursos propios para la UE y una mayor flexibilidad del presupuesto europeo en caso de emergencia. Se debe acelerar el desarrollo de mecanismos de adaptación para hacer frente a los choques y crisis repentinos, teniendo un ambicioso marco financiero plurianual de cinco años (en lugar de un marco de siete años) tal y como ha sido apoyado recientemente por la Comisión Europea y el Parlamento Europeo y en línea con los principios de responsabilidad democrática.

En el mismo sentido y dentro del Marco Financiero Plurianual, las instituciones de la UE deberían preparar y poner en práctica una recuperación ambiciosa y amplia, haciendo avanzar a Europa hacia la recuperación con una base sólida. Esto debería implicar la revisión de las herramientas financieras existentes y crear otras nuevas. Es, en efecto, importante que la EU establezca diversos programas de ayudas para hacer frente al aumento significativo del desempleo causado por la crisis de la epidemia. Para ello, la ayuda que se está prestando, y en particular, la implementación del programa de la Comisión Europea sobre reaseguro de desempleo debe continuar reforzándose.

Con respecto a las medidas severas que restringen las libertades personales, instamos a los Gobiernos nacionales a respetar las libertades y las normas del mercado interior. Todas las regulaciones que restringen los derechos humanos deben tener un carácter temporal, respetando la prioridad de la seguridad jurídica, limitándose a lo necesario para luchar contra el coronavirus, y deben permanecer bajo el control democrático del Parlamento Europeo y de los Parlamentos nacionales, la opinión pública libre y un poder judicial independiente.

Somos ciudadanos de las democracias europeas en las que los acuerdos y las divergencias se expresan abiertamente, a diferencia de otros lugares del mundo. Estamos unidos en la diversidad, teniendo en cuenta las especificidades y preocupaciones nacionales, regionales y locales. Como se ha mostrado una vez más recientemente, la UE siempre es flexible cuando es necesario. Al mismo tiempo, deseamos proteger y mejorar nuestro acervo democrático. Hemos recorrido un largo camino en Europa y, por lo tanto, no debemos retroceder para desafiar el Estado de derecho básico o con medidas nacionales unilaterales descoordinadas; por ejemplo, el restablecimiento temporal de los controles fronterizos internos, cerrar la puerta al intercambio de información entre los Estados miembros y las instituciones europeas o retroceder en una comunicación deficiente con las personas.

Todos los países de la UE están afectados por la crisis actual. Ningún país tiene la culpa de su surgimiento, ninguno puede ganar esta batalla en solitario. Ni un solo Estado miembro, líder o partido político posee la verdad sobre lo que debe hacerse para impulsar una respuesta colectiva más eficaz. Este no es el momento para buscar culpas. Este es el momento para un gran esfuerzo colectivo, en un espíritu de comprensión mutua, construyendo una solidaridad creciente.

Los europeos actualmente llevamos una pesada carga. Los ciudadanos de todas partes estamos pagando un alto precio en pérdidas de vidas humanas y en la interrupción de nuestras vidas. Los ciudadanos actúan y se organizan con una solidaridad masiva, que se está viendo por todas partes. Por lo tanto, lanzamos un llamamiento urgente a nuestros líderes nacionales y europeos para que den un paso hacia adelante para estar a la altura de la ocasión y no desperdicien este momento. Deben mostrar la responsabilidad, la seriedad y la cohesión que requiere esta crisis del coronavirus. Necesitamos ir más allá de esta crisis y emerger más fuertes y más sabios. Esta experiencia confirma la urgencia y la necesidad del debate sobre el futuro de Europa, en la próxima Conferencia Europea. Ahora, más que nunca, necesitamos movernos juntos. ¡Solo entonces, como europeos, ganaremos!

Firman este manifiesto Linn Selle, presidenta del Movimiento Europeo de Alemania ; Christoph Leitl, presidente del Movimiento Europeo de Austria; Velko Ivanov, presidente interino del Movimiento Europeo de Bulgaria; Christodoulos Pelaghias, presidente del Movimiento Europeo de Chipre; Stine Boss, presidenta del Movimiento Europeo de Dinamarca; Francisco Aldecoa Luzarraga, presidente del Movimiento Europeo de España; Yves Bertoncini, presidente del Movimiento Europeo de Francia; Pier Virgilio Dastoli, presidente del Movimiento Europeo de Italia; Mark Zellenrath, presidente del Movimiento Europeo de los Países Bajos; y Marcin Święcicki, presidente del Movimiento Europeo de Polonia.

[1] El tratado permite una competencia compartida en el campo del arte de la seguridad sanitaria. 4.k y 168.5 - TFUE

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