Dos hombres en moto atentan cerca de la Embajada de EE UU en Túnez
Un policía ha muerto y cuatro agentes y un transeúnte han resultado heridos en el ataque
Dos hombres kamikazes que circulaban esta mañana con una motocicleta cerca de la Embajada de Estados Unidos en Túnez, en el barrio de Lac 2, han hecho estallar el explosivo que portaban cuando se encontraban cerca de la policía. Un agente asignado a un puesto de control cercano de la embajada falleció junto a los dos terroristas. Además, resultaron heridos cuatro agentes y un transeúnte, con heridas leves. El portavoz del Ministerio del Interior, Khaled Hayouni, indicó que el objetivo era la patrulla de seguridad y no la Embajada de Estados Unidos.
Los dos terroristas fueron identificados como Slim Znadi, de 29 años, y Habib Laaka, de 26. Ambos habían sido encarcelados por verse involucrados en otros atentados en 2014, según señala el sitio Mosaiquefm. Acaban de purgar sus condenas en la cárcel y tenían prohibido viajar.
Soldados estadounidenses se apostaron sobre los tejados de su legación mientras las autoridades de la Embajada emitían un comunicado en el que aconsejaban a los ciudadanos que no se aproximaran al lugar. Varias empresas situadas en las inmediaciones prohibieron a sus empleados salir de sus oficinas, según informa el sitio digital Business News. En el barrio de Lac 2, situado a unos diez kilómetros del centro de la capital, hay varias embajadas occidentales, como la de Reino Unido. La misión norteamericana ha sido objetivo de protestas de los radicales en varias ocasiones tras la caída en 2011 del dictador Zine El Abidine Ben Ali.
Aunque Túnez es el único país donde las protestas de la llamada primavera árabe desembocó en una transición democrática, la losa del terrorismo sigue amenazando el futuro. Túnez es el país del Magreb donde más radicales se alistaron a la organización Estado Islámico (ISIS, por sus siglas en inglés). Solo fue superada en ese campo por Rusia, Arabia Saudí y Jordania.
Conscientes de la importancia simbólica que tiene este pequeño país de 11,5 millones de habitantes, los islamistas del ISIS han intentado sabotear más de una vez la revolución de 2011 donde se expulsó al dictador Zine el Abidine Ben Alí y se instauró la democracia. En enero de 2014 Túnez aprobó la Constitución más avanzada del mundo musulmán. La norma fundamental declara que hombres y mujeres son “iguales ante la ley sin discriminación”. Y en su artículo 6 se establece que el Estado “garantiza la libertad de fe, de conciencia y el libre ejercicio del culto”. Con lo cual, los musulmanes tunecinos pueden cambiar de religión.
No es de extrañar, por tanto, que el ISIS apuntara muy pronto hacia Túnez. En marzo de 2015 murieron 17 extranjeros y dos tunecinos en un atentado en el museo del Bardo. Tres meses después, un miembro del Estado Islámico mataba en un hotel de la localidad turística de Susa a 38 personas, la mayoría de ellos turistas británicos.
En junio pasado, Túnez sufrió también un doble atentado suicida en dos puntos de la capital, que terminó con la vida de un agente e hirió a 8 personas. El pasado octubre, una joven de apenas 20 años causó 15 heridos al hacer estallar la carga que portaba en el bolso frente a una patrulla de la Policía en la céntrica avenida Habib Bourguiba, cerca de la Embajada de Francia.
No obstante, el país logró celebrar el pasado año elecciones legislativas y presidenciales sin que se registrara ningún atentado mortal.
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