Boris Johnson promete leyes más duras contra el espionaje y los actos terroristas

Isabel II se ha visto obligada este jueves a volver al Parlamento británico, por segunda vez en menos de dos meses, para exponer el programa político y legislativo del Gobierno. Es el famoso Discurso de la Reina, que en esta ocasión prescindió de parte de la solemnidad y pompa que lo acompaña. Se evitó el majestuoso carruaje real para trasladar a la monarca desde el palacio de Buckingham hasta la Cámara de los Lores, e Isabel II renunció incluso a la tiara real para vestir en cambio uno de sus peculiares sombreros.

Se intuía una repetición de las líneas básicas del anterior discurso, cuando un Johnson recién elegido forzó los trámites, a pesar de no tener mayoría parlamentaria. Y así fue en gran parte, aunque el texto deparó alguna que otra sorpresa. En el transcurso de uno y otro texto, además de producirse un adelanto electoral, los británicos se vieron sacudidos por un nuevo atentado en el puente de Londres. El autor, abatido a tiros por la policía, resultó ser un terrorista condenado previamente a prisión permanente revisable que acabó en la calle después de ocho años de cárcel.

La tragedia acabó siendo materia de polémica electoral, y Johnson culpó a la oposición laborista de lo ocurrido por haber suavizado la ley penal. “Mis ministros crearán una Comisión Real que revise y mejore la eficacia del proceso penal. Aprobaremos por ley nuevas penas que aseguren que los criminales más violentos, incluidos los terroristas, permanezcan más tiempo en prisión”, ha leído Isabel II.

El Gobierno de Johnson se propone también revisar sus leyes de seguridad para hacer frente a espías o saboteadores informáticos que trabajen para países “hostiles” como Rusia o Corea del Norte, hasta el punto de convertir, por primera vez, en un acto ilegal cualquier intento de interferir en la política interna o extender desinformaciones. “Desarrollaremos nuevas medidas para poder hacer frente a la actividad hostil llevada a cabo por potencias extranjeras”, ha asegurado la monarca.

Las primeras palabras del Discurso de la Reina, sin embargo, se centraron en el asunto que acabó provocando el adelanto electoral y que es la principal urgencia de Johnson en el corto plazo: “La prioridad de mi Gobierno será asegurar la salida del Reino Unido de la Unión Europea el próximo 31 de enero, y mis ministros presentarán ante esta Cámara la legislación correspondiente para asegurar que la salida se produzca en esa fecha”. Este mismo viernes se registrará en el Parlamento la ley que contiene el Acuerdo de Retirada alcanzado por Johnson con Bruselas. Incluirá una enmienda para prohibir una posible prórroga al final del periodo de transición, el 31 de diciembre de 2020. La nueva mayoría conservadora de 366 diputados aprobará fácilmente el texto en primera lectura.

Como segunda prioridad, el Gobierno afirmó que asegurará por ley el aumento de recursos prometido para el Servicio Nacional de Salud (NHS, en sus siglas en inglés), y que creará un nuevo tipo de visado de trabajo para que puedan entrar al Reino Unido todos los profesionales sanitarios que necesita el sistema. Johnson se ha comprometido a lo largo de la campaña electoral a dotar al NHS con 50.000 nuevos enfermeros y a construir 40 nuevos hospitales por todo el país.