La UE esperará varios días hasta dar su respuesta a Johnson
El club comunitario urge al primer ministro a aclarar cuanto antes los siguientes pasos del Brexit
La Comisión Europea ha urgido este sábado al Gobierno de Boris Johnson "a informarnos cuanto antes sobre los próximos pasos a seguir" después de que el Parlamento británico haya esquivado el voto sobre el acuerdo de salida del Reino Unido de la Unión Europea. El organismo comunitario "toma nota" de que el acuerdo pactado con Londres el pasado jueves no ha sido sometido a votación en el Parlamento, lo que significa que a menos de dos semanas del plazo para el Brexit (el 31 de octubre) sigue sin haber un pacto para evitar una salida brutal.
La petición de Bruselas ha sido satisfecha rápidamente. Al filo de las ocho de la tarde del mismo sábado Johnson ha dado explicaciones por teléfono al presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. Y tras la conversación, Tusk ha lanzado un tuit en el que asegura estar "esperando la carta", es decir, la misiva en la que el Gobierno británico debe aclarar si necesita un nuevo aplazamieno del Brexit, previsto para el 31 de octubre.
Los embajadores de los 27 socios de la UE en Bruselas tienen previsto reunirse este domingo para analizar la situación, una cita ya convocada de antemano pasase lo que pasase en Westminster. Bruselas ya intuía que la aprobación del acuerdo de Johnson podría toparse con obstáculos este sábado, por lo que ya desde el domingo analizará el calendario pendiente y los posibles desenlaces.
Fuentes europeas indican que, por parte de Bruselas, todavía se podría ratificar el acuerdo de salida incluso si se aprueba el lunes o el martes de la próxima semana. El Parlamento Europeo parece dispuesto a someter el acuerdo a votación el jueves, siempre y cuando Westminster ya lo haya aprobado. Sin embargo, la batalla política en marcha en Londres es de tal dimensión y volatilidad que la UE no descarta ninguna hipótesis después de tres años de caótica situación en el Parlamento británico.
Los escenarios posibles para el lado europeo son una aprobación del acuerdo pero sin tiempo para ratificarlo antes del 31 de octubre, lo que obligaría a una prórroga técnica de corta duración; un rechazo del acuerdo, que abocaría a una prórroga más larga y difícil de pactar tanto en Londres como en Bruselas; o una salida sin acuerdo el próximo 31 de octubre, hipótesis que sigue sobre la mesa aunque con pocas posibilidades de materializarse dada la negativa del Parlamento británico a permitiría.
La prórroga también plantea problemas en la UE, porque los 27 socios discrepan sobre la conveniencia de concederla o no y, sobre todo, sobre su duración. La Comisión Europea da por supuesto que ningún socio europeo vetará el aplazamiento porque la alternativa sería un Brexit brutal dentro de 12 días. Pero algún país, Francia en particular, no oculta su hartazgo con la permanente indecisión del Reino Unido, que más de tres años después de aprobar la salida de la UE sigue sin decidirse a consumarla. París puede exigir condiciones para conceder el aplazamiento, como que la prórroga se utilice para superar el bloqueo en Westminster, bien mediante nuevas elecciones o con un segundo referéndum.
El debate ya se produjo en abril, durante la cumbre extraordinaria que aprobó la segunda prórroga del Brexit hasta el 31 de octubre (la primera fue del 29 de marzo al 12 de abril). Entonces el presidente francés, Emmanuel Macron, acabó aceptando la prórroga a condición de que fuese muy corta. El tono de Macron no se ha suavizado desde entonces y tras la cumbre europea de esta semana advirtió que, a su juicio, "una nueva prórroga no va en interés de nadie".
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