Francia comienza a probar su Servicio Nacional Universal para adolescentes
La “mili” civil, un proyecto del presidente Macron, busca ensalzar los valores cívicos de Francia entre los jóvenes
El proyecto del presidente francés, Emmanuel Macron, de crear una especie de “mili” civil para que los jóvenes aprendan los “valores republicanos” y “el gusto por el compromiso” con la sociedad ha comenzado a concretarse este domingo. Una primera partida de adolescentes, todos ellos voluntarios, pasarán los próximos 12 días en los diversos centros del país habilitados para el “Servicio Nacional Universal” (SNU), que así se llama la iniciativa, para cumplir una instrucción que el Gobierno quiere que sea en el futuro obligatoria para todos los franceses de 16 años.
Los 2.000 adolescentes de entre 15 y 16 años seleccionados de entre 4.000 candidatos para probar el SNU pasarán las próximas dos semanas internados lejos de sus hogares —la idea es hacer una dispersión territorial para promover la cohesión nacional— albergados en escuelas, centros de vacaciones y otros albergues temporales de 13 departamentos. Estarán supervisados por 450 adultos que les someterán a una intensa disciplina. Está prohibido fumar y el uso del teléfono móvil estará restringido a la hora de tiempo libre que los jóvenes tendrán al final de la jornada. El resto del día lo pasarán más que ocupados.
“Todas las mañanas, se levantarán a las 7 y, a las 8, participarán en una ceremonia de izada de bandera, con el saludo a la bandera y el himno de la Marsellesa”, explicó el encargado del proyecto de Macron, el secretario de Estado Gabriel Attali, en el diario Le Parisien. “Cada día cursarán módulos diferentes, como sobre cuestiones de defensa, de desarrollo sostenible o de valores de la república. (…) cada tarde estará dedicada a un debate sobre los desafíos de la sociedad, por ejemplo discriminaciones por orientación sexual, por discapacidades, el problema de la radicalización. Este lunes, tras el partido del equipo nacional de fútbol femenino francés, habrá una discusión sobre la igualdad entre mujeres y hombres”, adelantó.
Francia no tiene un servicio militar obligatorio desde que el presidente Jacques Chirac lo abolió en 1997. Pero Macron, el primer jefe de Estado francés que ya no tuvo que hacer la mili, defiende desde sus tiempos de campaña electoral la necesidad de proponer un servicio que inculque valores de cohesión a unos jóvenes hoy en día muy separados socialmente, así como una cierta dosis de disciplina militar. Macron lo concibió en un principio como una especie de “mili” mixta, para jóvenes de ambos sexos. En su programa, prometía ofrecer a los jóvenes “una experiencia ciudadana de la vida militar, de la mezcla social y de la cohesión” que incluyera “una formación militar elemental: disciplina y autoridad, conocimiento de las prioridades estratégicas del país y de las grandes problemáticas de la seguridad, actividades físicas y deportivas”. Pero el proyecto fue evolucionando —y acortándose— tanto por los costes que implicaba, ya que el Estado se hace cargo de la manutención de los jóvenes participantes, como por las críticas recibidas de diversos sectores, incluido el militar que temía que esta nueva tarea lastrara a unos militares ya embarcados en numerosas operaciones bélicas y antiterroristas tanto en Francia como en el extranjero.
Aunque el programa ha adquirido ahora un carácter más cívico, según el responsable del programa, el SNU seguirá teniendo una cierta connotación militar.
“Queremos que los jóvenes adquieran los reflejos para defenderse y proteger, que sepan cómo reaccionar en caso de atentado terrorista o de catástrofe natural, cómo se crea un puesto de seguridad, organizar una batida para buscar a una persona desaparecida”, señaló Attali.
Finalmente, el SNU ha quedado acortado a dos semanas —aunque se estudia prolongar esta etapa a un mes— que los adolescentes pasan en régimen de internado cumpliendo un estricto programa. En una etapa posterior, durante el curso escolar siguiente, los jóvenes deberán hacer un voluntariado —por ahora dos semanas, pero el Gobierno quiere establecer un mínimo de tres meses— en servicios sociales como residencias de mayores, de seguridad (gendarmerías, bomberos) o en tareas de preservación del patrimonio o medioambientales, entre otros.
Todo ello con el objetivo de “implicar a la juventud francesa en la vida de la nación, promover la noción del compromiso y favorecer un sentimiento de unidad nacional en torno a valores comunes”.
El Gobierno quiere incluir el SNU en la Constitución, aunque por el momento no hay plazos para ello. Según la Agencia France Presse, afectará a unos 800.000 adolescentes cada año, con un costo de alrededor de 1.600 millones de euros.
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