Europa busca su sitio en el debate político español
Los partidos llegan desfondados a una cita europea que coincide con las municipales
España aún no ha despertado de la resaca electoral de las generales cuando los partidos engrasan ya la maquinaria para zambullirse en las municipales y (algunas) autonómicas. En medio de ese maremágnum de papeletas y urnas, las elecciones europeas buscan su lugar en la lista de prioridades de los votantes. El aparente consenso que existe entre los partidos españoles respecto a la idea de Europa mantiene el debate alejado del gran foco político.
Si España se parece al salón de actos de la Escuela de Ingenieros Industriales, perteneciente a la Universidad Politécnica de Madrid, la participación en las elecciones del 26 de mayo está garantizada. Un auditorio bien nutrido de estudiantes ha reflexionado este miércoles, durante casi dos horas, sobre cuestiones medulares relativas al futuro de la Unión Europea. El destinatario de las preguntas era Josep Borrell, ministro de Exteriores en funciones y candidato del PSOE al Parlamento Europeo, que respondía abrumado por el nivel de conocimiento de esos jóvenes.
Una mirada ampliada indica, sin embargo, que España se parece más a la radiografía que salió de los debates electorales del 28-A, donde los retos europeos brillaron por su ausencia. “La palabra Europa no fue pronunciada ni una sola vez en esos debates. ¿Cómo se puede ignorar esa dimensión?”, lamentaba Borrell, que quiso pulsar el interés que suscita el proyecto comunitario entre los jóvenes universitarios a pocas horas de que arranque la campaña electoral de las europeas, en la medianoche de este jueves.
La sorpresa no es exclusiva de este dirigente, curtido en mil batallas comunitarias. La investigadora Camino Mortera-Martínez, del laboratorio de ideas europeo Centre for European Reform, lo ve como un reflejo de dejadez política. “Sorprende mucho que tanto la política europea como la política exterior en general estuvieran tan ausentes del debate público. En países como Alemania, Francia o Reino Unido no ocurre. Tiene que ver con la mayor dejadez que ha tenido la posición de España en los últimos años”, argumenta Mortera-Martínez.
Junto a estas consideraciones, influye también la aparente unanimidad que se da en el espectro español (menos en Vox, el nuevo actor de la política nacional) respecto a la integración europea. “Como no se trata de un asunto controvertido, no crea debate. Para bien y para mal; no hay polarización, pero también se reducen las posibilidades de influencia en Bruselas”, añade Ilke Toygür, experta del Real Instituto Elcano.
Con estos pros y contras como telón de fondo, los candidatos españoles a las elecciones europeas afrontan desde hoy, Día de Europa, el reto de abrirse paso entre alcaldes y presidentes de comunidades para hablar de la UE. Los partidos llegan desfondados a la cita. Ninguna formación ha divulgado aún su programa europeo, aunque todas empiezan a poner los cimientos. Unidas Podemos se adelantó este miércoles al presentar a su candidata, María Eugenia Rodríguez Palop, en un acto en Madrid. Sus propuestas se sustentarán en defender “una Europa feminizada, ecologista y más democrática” frente a lo que denominó el avance del autoritarismo, según informa Ana Marcos. La cabeza de lista reivindicará “la profundización democrática de las instituciones europeas, que se traduce en darle más competencias al Parlamento Europeo”.
Arranca la campaña
PSOE y PP darán este jueves los primeros pasos. Los socialistas realizarán un acto específico en Toledo con Borrell y otros integrantes de la lista a la Eurocámara. El líder del PP, Pablo Casado, presentará a la cabeza de lista europea, Dolors Montserrat, en un desayuno informativo y más tarde reunirá a candidatos de todas las citas electorales en un acto más general. El programa, en cambio, se dará a conocer este viernes en Zaragoza. Por último, Ciudadanos aguardará hasta el sábado para realizar el primer acto de campaña con su cabeza de cartel, Luis Garicano.
No se esperan mensajes controvertidos, aunque en el fondo la contienda electoral en este ámbito resulta tan decisiva para el ciudadano como la que se libra en los ámbitos local o regional. Lo que deciden las instituciones europeas —con la participación de todos los Estados miembros— impacta en la vida de los europeos, aunque estos no dejan de percibir a Bruselas como una burbuja alejada de sus vecindarios y principalmente de sus intereses.
Aun a riesgo de que Europa quede sepultada entre otros debates territoriales, la ventaja de una fecha conjunta es que propicia la participación en una cita que tradicionalmente atrae a poco electorado. La última convocatoria, en mayo de 2014, interpeló en España al 43,8% del censo, el dato más bajo de la serie. Y aun así, fue algo superior al 42,6% contabilizado de media en la UE. “La convocatoria conjunta tiene riesgos en cuanto a que el debate se desplaza a otros ámbitos, pero al menos habrá mucha menos abstención que en otras ocasiones”, vaticina Patxi Aldecoa, presidente en España del Movimiento Europeo, una organización con presencia en 39 países.
La migración, el futuro de la eurozona, el cambio climático y el impacto del Brexit se configuran como los grandes pilares del debate sobre la UE. Está por ver si los partidos entran en materia y si seducen a los votantes. La investigadora Mortera-Martínez atribuye algunas de esas dificultades a la estrategia que siguen las instituciones europeas. “En parte es por una mala política de comunicación. Tradicionalmente el problema de las europeas es que acaban siendo una herramienta de castigo a los Gobiernos nacionales. El sistema, además, es tan complejo que mucha gente no lo entiende”, concluye esta experta.
La demoscopia avala como mínimo un desconocimiento de la cita. Solo el 28% de los españoles sabía a principios de marzo que en mayo se celebraban elecciones europeas, según el Eurobarómetro de primavera sobre el Parlamento Europeo. El debate europeo que mantendrán este domingo en Atresmedia los cuatro principales candidatos permitirá, previsiblemente, elevar esa barrera.
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