Trump avala la reforma constitucional que blinda a Al Sisi en el poder hasta 2034
Horas antes de la reunión entre Trump y Al Sisi en la Casa Blanca, el ISIS cometió un atentado suicida en el Sinaí en el que murieron siete personas
Para Donald Trump, la democracia o el respeto de las libertades fundamentales por parte de sus aliados no solo es algo que le resulta ajeno, sino que incluso llega a fomentar su erosión. Así cabe interpretar su invitación el martes al mariscal egipcio Abdelfatá Al Sisi en la Casa Blanca, justo cuando su régimen dictatorial está terminando un proceso de reforma constitucional que le blindará en el poder hasta 2034 e incrementará los poderes del Ejército. Al ser preguntado por la prensa en una breve comparecencia conjunta tras su reunión sobre las enmiendas, Trump se limitó a responder: “Solo puedo deciros que está haciendo un gran trabajo. Un gran presidente”.
En su recepción a Al Sisi antes de su almuerzo de trabajo, el presidente Trump ya alabó los progresos hechos por Egipto en la lucha antiterrorista, una política que se ha convertido en el principal eje de la acción exterior de EE UU en Oriente Medio. Esta es la sexta reunión entre ambos mandatarios, y la segunda vez que Trump invita al mariscal a la Casa Blanca, una muestra de la buena sintonía entre ellos. En la agenda de la reunión, figuraban el conflicto entre palestinos e israelíes y las diversas crisis regionales, incluidas las de Libia y Yemen.
Según varios medios estadounidenses antes, Trump también pretendía expresar a su huésped su disgusto por su reciente compra de armamento ruso, incluidos 20 cazabombarderos. Egipto es un aliado tradicional de Washington, que le otorga cada año más de 1.000 millones de euros en ayudas, la mayoría destinadas a la adquisición de material militar. En cambio, no parecía que la situación de los derechos humanos en Egipto formara parte de los temas a tratar, a pesar de que 15 senadores enviaron una carta al secretario de Estado, Mike Pompeo, solicitándole que así fuera.
Por la mañana, Al Sisi se reunió con Pompeo y con Jared Kushner, yerno y asesor de Trump. De acuerdo con las organizaciones de derechos humanos locales e internacionales, los exacciones cometidas por las fuerzas de seguridad son graves y sistemáticas en Egipto. Algunos cálculos sitúan en 60.000 el número de personas que han sido encarceladas por sus actividades políticas desde el golpe de Estado de 2013 que derrocó al presidente islamista electo, Mohamed Morsi, y aupó Al Sisi en el poder.
La fotografía junto a Trump en la Casa Blanca es de gran ayuda para Al Sisi en pleno proceso de reforma constitucional. En su cobertura de la visita, la prensa egipcia destacó los elogios de Trump al mariscal, subrayando que las relaciones entre ambos países pasan por su momento más dulce. “Seamos claros, las enmiendas de la Constitución no buscan la seguridad o prosperidad de Egipto. Es un intento de Al Sisi de desarrollar una forma de gobierno altamente personalizada en su beneficio y el de sus leales oficiales, marginando otras instituciones”, ha criticado en un artículo la analista Michele Dunne, directora del departamento de Oriente Medio en el think tank Carnegie Endowment.
Atentado suicida del ISIS en el SInaí
El mismo día que el presidente egipcio Abdelfatá Al Sisi iniciaba su visita a Washington, durante la que se entrevistó con el presidente estadounidense Donald Trump, el Estado Islámico (ISIS por sus siglas en inglés) quiso demostrar que su amenaza no ha desaparecido tras la caída de su califato en Siria e Irak. Un atentado suicida contra una patrulla de policía en el norte de la península del Sinaí provocó la muerte de cuatro agentes y tres civiles, además de heridas a otras 26 personas, según un comunicado del Ministerio del Interior egipcio. El Sinaí es la principal base de operaciones de la filial local del ISIS en Egipto, llamada Wilaya Sina.
El ataque tuvo lugar en las inmediaciones del mercado de la ciudad de Sheij Zueid, cercana a la frontera de la Franja de Gaza. De acuerdo con las autoridades egipcias, entre las víctimas civiles figura un niño de seis años. En su comunicado, no se identifica el autor del atentado, que detonó una carga explosiva al paso de una patrulla, pero informa de que se trataba de un adolescente de 15 años. El ISIS asumió la autoría del atentado a través de un mensaje en las redes sociales, que atribuyó a una “venganza” por las operaciones militares contra la organización en Siria. Además, asegura que las víctimas entre las fuerzas de seguridad ascienden a 15, y entre ellas figura el jefe del departamento de investigaciones de la policía regional.
El atentado llega un año y dos meses después del lanzamiento de la mayor operación antiterrorista llevada a cabo por el Ejército egipcio en el norte del Sinaí desde el golpe de Estado del 2013, cuando se creó una insurgencia de inspiración yihadista. De hecho, en teoría, la llamada “Operación Sinaí”, que implicó la ocupación militar del territorio, continúa vigente. Según el último balance del Ejército, en el transcurso de sus acciones han muerto más de 400 “terroristas”.
Aunque se aprecia un descenso de los atentados atribuidos al ISIS en comparación con 2017, la ofensiva de las fuerzas de seguridad, que cuenta con el apoyo logístico de Israel, no ha podido poner fin a los atentados. En febrero, la milicia asumió la autoría de siete ataques, mientras que la media mensual en 2017 se situaba alrededor de los 50, según la fundación TIMEP. Las organizaciones de derechos humanos han denunciado que la factura de este logro ha sido la violación sistemática de derechos humanos en la zona, que ha incluido arrestos arbitrarios, torturas y ejecuciones extrajudiciales.
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