La fiscalía francesa abre dos nuevas investigaciones preliminares contra el exasesor de seguridad de Macron
Una de las pesquisas afecta también al jefe de Gabinete del Elíseo
Malas noticias para Alexandre Benalla y, también, para el Elíseo, que no logra desprenderse del escándalo que supuso su laxa respuesta ante el exasesor de seguridad del presidente Emmanuel Macron que cayó en desgracia después de que se supiera que se hizo pasar por policía durante las manifestaciones del 1 de mayo del año pasado. Casi un año después, el “affaire Benalla”, que el Gobierno quiso hacer pasar por una mera “tormenta de verano” pero que lleva ya varias investigaciones abiertas —judiciales y parlamentarias— que cada vez complican más la historia, vuelve a tomar fuerza. Y con implicaciones imprevisibles. Porque que la justicia haya decidido abrir dos investigaciones preliminares más sobre quien fuera uno de los hombres de confianza de Macron no es, a estas alturas, tanta noticia. El problema para el Elíseo es que una de esas investigaciones que pueden dar lugar a futuros nuevos quebraderos de cabeza judiciales afecta también a un hombre importante en la jerarquía del palacio presidencial: Patrick Strzoda, el jefe de gabinete de Macron.
Según anunció la fiscalía de París, la investigación preliminar que afecta a Strzoda se refiere a “falso testimonio” y responde a las informaciones que le transmitió el Senado después de concluir una comisión senatorial una larga investigación del “caso Benalla” que denunció “graves disfunciones” en el Elíseo en torno a este escándalo y que implicaba potencialmente a varios altos colaboradores de Macron, entre ellos su jefe de Gabinete. Fue Strzoda quien autorizó a Benalla a participar en la manifestación de mayo de 2018. En sus conclusiones, la comisión senatorial criticó duramente no solo a Strzoda, sino también a otros altos cargos del Elíseo, incluida la mano derecha de Macron, Alexis Kohler, a quien acusó de “omisiones, incoherencias y contradicciones” cuando fue llamado a declarar ante los senadores. Algo que el Elíseo consideró una declaración de guerra del brazo legislativo.
La segunda nueva investigación preliminar abierta, en este caso solo contra Benalla, se debe a las sospechas de que no habría sido totalmente claro en su declaración ante la Alta Autoridad por la Transparencia de la Vida pública por la que pasan determinados cargos públicos.
Desde que fue despedido del Elíseo, el pasado julio y solo después de que el diario Le Monde revelara que en la manifestación del 1 de mayo golpeó a dos manifestantes haciéndose pasar por policía, el caso Benalla ha sido una constante fuente de sorpresas, malas en su mayoría para el ejecutivo. El joven exasesor de seguridad de Macron, detenido preventivamente en varias ocasiones en los pasados meses, está siendo investigado ya en varias causas, entre otras, por uso indebido de pasaportes diplomáticos y por portar un arma.
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