May sufre una dura derrota en el Parlamento en la recta final del Brexit
303 diputados, frente a 296, respaldan una enmienda que bloquea la capacidad económica del Ejecutivo para hacer frente a una salida de la UE sin acuerdo
El Parlamento de Reino Unido ha forjado este martes por primera vez una mayoría en torno al único punto que parece unir a algunos conservadores y laboristas en la guerra del Brexit. Y de paso, ha propinado al Gobierno de Theresa May una severa derrota en la semana previa a la votación definitiva sobre el pacto alcanzado con la UE, que tendrá lugar el próximo día 15 de enero. 303 diputados, frente a 296, han respaldado una enmienda que bloquea la capacidad económica del Ejecutivo para hacer frente a una salida de la Unión Europea sin acuerdo. Se impuso el miedo al caos previsto ante un “Brexit duro”.
En un Parlamento prácticamente vacío, dos mujeres debatieron este martes durante una hora, en un tono cortés, sensato y prudente, los riesgos a los que se enfrenta Reino Unido si el próximo 29 de marzo abandona la Unión Europea sin haber aprobado en acuerdo de salida alcanzado con Bruselas. Eran la laborista Yvette Cooper, presidenta de la Comisión de Asuntos de Interior en Westminster, y la conservadora Nick Morgan, presidenta la Comisión del Tesoro. Juntas habían presentado un texto, la ya famosa enmienda número 7 a la ley de presupuestos, con una enorme carga simbólica, y que supuso un serio varapalo parlamentario al Gobierno de Theresa May en la semana previa a la votación definitiva del acuerdo del Brexit alcanzado con Bruselas. Juntas recabaron el apoyo del suficiente número de parlamentarios —todos los del Partido Laborista, y al menos diez conservadores— para enviar un mensaje contundente al Ejecutivo: el legislativo de Reino Unido está en contra de un Brexit a las bravas, que traería, según todas las previsiones, el caos al país.
“Se trata de un asunto demasiado serio como para jugar a ver quién es más valiente. El país no puede permitirse esperar a ver quién de los dos bandos pestañea primero”, ha advertido Cooper a los escasos diputados conservadores presentes en la Cámara para escuchar sus argumentos.
La enmienda se incorporará a la ley de presupuestos y condicionará la previsión que se había otorgado a sí mismo el Gobierno para modificar los impuestos en el caso de que un Brexit sin acuerdo requiriera de ingresos adicionales para hacerle frente. Exige tres condiciones para permitir al Ejecutivo el uso de esa prerrogativa. O bien se aprueba un acuerdo de Brexit que permita su desarrollo gradual y atemperado, o bien el propio Parlamento da su visto bueno a una salida a las bravas, o en último extremo se negocia una extensión del artículo 50 —la cláusula que activó Reino Unido para iniciar su salida de la UE y que fijó la fecha del 29 de marzo— que permita retomar las negociaciones y salir del enredo.
No hay un consenso jurídico sobre la eficacia real de la enmienda, pero nadie duda de su importancia política. El Parlamento ha dicho por primera vez y de un modo claro al Gobierno de May que no tolerará un Brexit duro que ponga en peligro la estabilidad del país.
Por eso fue de enorme relevancia la intervención de Oliver Letwin, el único hombre que ha aportado reflexión y madurez al debate. Casi con lágrimas en los ojos, Letwin ha anunciado que por segunda vez, en todas sus décadas como parlamentario, iba a votar en contra de las directrices de su grupo. No porque creyera que la enmienda iba a ser eficaz, sino porque creía llegada la hora de hablar alto y claro. “La mayoría que expresará esta noche la Cámara se sostendrá a sí misma en el tiempo. No permitiremos una salida sin acuerdo a finales de marzo”, ha dicho Letwin.
A lo largo del día se propagó el rumor de que el Gobierno de May, ante una derrota inminente, podría acabar votando a favor de la enmienda. Pero la hipótesis no tenía mucho sentido, porque echaba por tierra el argumento más sólido que la primera ministra ha utilizado durante todo este tiempo para defender su acuerdo del Brexit: la alternativa, según ella, sería una salida a las bravas que llevaría al país a “un territorio inexplorado”.
“Usar la ley de presupuestos para evitar que nos preparemos para un Brexit sin acuerdo es irresponsable y poco inteligente”, ha dicho en el debate Robert Jenrick, el secretario de Estado de Economía.
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