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Batacazo del nacionalismo hindú en unas elecciones regionales clave

El partido del primer ministro Modi pierde terreno frente a la oposición de cara a los comicios generales de 2019

Seguidores del Partido del Congreso celebran la victoria en varios Estados, el martes en Nueva Delhi.
Seguidores del Partido del Congreso celebran la victoria en varios Estados, el martes en Nueva Delhi.ADNAN ABIDI (REUTERS)

El partido en el Gobierno de India, el conservador y nacionalista hindú Bharatiya Janata Party (BJP), ha perdido fuerza en tres Estados vitales que han celebrado comicios regionales. Los resultados, conocidos este martes, dieron la victoria a los grupos de la oposición en los cinco Estados que celebraron elecciones el pasado fin de semana. Tres de ellos son, además, parte integral del cordón hindú del país, donde el partido del primer ministro, Narendra Modi, contaba con gran parte de su electorado ante las elecciones generales de 2019.

“Victoria y derrota son parte integral de la vida. Los resultados nos dan una mayor determinación para servir a la gente y trabajar incluso más para el desarrollo de India”, dejó escrito en un tuit Modi tras perder el control de tres regiones, dos de las cuales había gobernado durante tres legislaturas seguidas. Esta es la mayor derrota del BJP desde que se hizo con el Gobierno federal en 2014.

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Los resultados en Rajastán y Chhattisgarh dan una clara victoria a la principal formación opositora, el Partido del Congreso, que también ha rozado la mayoría en Madhya Pradesh. El BJP ha perdido así la confianza de los votantes en bastiones tradicionales del nacionalismo hindú, como son Chhattisgarh y Madhya Pradesh. Mientras, los partidos regionales vencieron en los pequeños Estados de Mizoran y Telangana.

El Congreso, partido de la dinastía Nehru-Gandhi, había cosechado derrotas en todos los comicios regionales desde la llegada al poder del nacionalista BJP, que aprovechó los escándalos de corrupción que desacreditaron al grupo político secular de India a principios de 2000. "Vamos a darle a estos Estados una visión y un gobierno del que puedan enorgullecerse. La gente siente que las promesas del primer ministro no han sido cumplidas”, ha afirmado Rahul Gandhi, líder del Congreso y cuarta generación de la familia Nehru-Gandhi. A las puertas de la sede del partido en la capital, Nueva Delhi, sus partidarios celebraron las mayorías absolutas en Rajastán y Chhattisgarh, mientras se confirmaba el apoyo de otros partidos de la oposición para formar nuevo gobierno en Madhya Pradesh.

Estos tres Estados –Rajastán, Chhattisgarh y Madhya Pradesh– son parte integral del cordón hindú de India, donde esta religión y lengua son mayoritarias dentro de la diversidad religiosa y lingüística del país, que dio al BJP y a sus aliados los 203 escaños de los 225 con los que ganaron las generales de 2014. Hogar de dos tercios de los 1.300 millones de indios, este territorio depende de la agricultura. Precisamente, la incapacidad del Gobierno para cumplir sus promesas de mejora de la situación en el campo y de creación de puestos de trabajo son dos de las principales críticas a la gestión del BJP. El mes pasado, decenas de miles de agricultores cortaron las calles de Delhi y Bombay pidiendo, entre otras cosas, la exención de los préstamos que les endeudan y el cumplimiento de los precios mínimos en el sector.

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Los resultados regionales son también un varapalo a la política con la que el BJP ha inflamado la tensión religiosa entre la mayoría hindú y el resto de minorías del norte del país, particularmente la musulmana. Según una fuente parlamentaria del BJP citada por la agencia Reuters, el partido ha fallado al centrar su campaña en aspectos partidistas como la controversia en torno a la ciudad de Ayodhya, donde miembros de la formación han reavivado el conflicto por el levantamiento de un templo hindú sobre las ruinas de una mezquita derribada hace años.

El BJP se sitúa ahora en la tesitura de decidir si aprueba más medidas para satisfacer a los fundamentalistas del cordón nacionalista hindú ante las elecciones de 2019, o vuelve a centrarse en las promesas de regeneración económica que le auparon al poder en 2014.

“El decepcionante conjunto de resultados en las elecciones regionales sugiere que el partido nacional en el poder ha perdido crédito”, afirma una nota de Capital Economics, una consultoría de estudios económicos con base en Londres que augura, no obstante, que Modi posiblemente gane las generales del año próximo, lo que le permitiría "acometer su agenda de reformas tras un decepcionante 2018".

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