Pelosi esquiva el conato de rebelión demócrata y supera el primer obstáculo para liderar la Cámara
La veterana congresista aspira a revalidar el cargo que ya ocupó de 2007 a 2011
La demócrata Nancy Pelosi superó este miércoles la primera prueba para convertirse en la presidenta de la Cámara de Representantes, aunque sigue sin tener garantizada su designación. La congresista californiana, de 78 años, es una veterana de la política estadounidense y una figura polarizadora, pero sabe navegar a la perfección las aguas de Washington y ha logrado por ahora sortear el conato de rebelión desde el ala más izquierdista del Partido Demócrata.
La bancada progresista designó a Pelosi su candidata a liderar la Cámara de Representantes, con 203 votos a favor y 32 en contra. La votación final se celebrará el 3 de enero en todo el hemiciclo, cuando arrancará oficialmente la nueva legislatura. Pelosi no tiene asegurada su confirmación. Tras su victoria en las elecciones legislativas del 6 de noviembre, los demócratas controlarán al menos 233 de los 435 escaños de la Cámara. Si todos los republicanos votan en contra de ella, Pelosi necesita lograr 218 votos demócratas, es decir 15 más que este miércoles, por lo que tendrá que tender puentes con los opositores dentro de su partido.
Pelosi ya fue presidenta de la Cámara de Representantes entre 2007 y 2011, cuando se convirtió en la primera mujer en ocupar el cargo, equivalente a la tercera autoridad política de EE UU. Ahora aspira a recuperar el trono en un momento clave. Con el control de la Cámara, los demócratas tendrán la capacidad de bloquear la agenda legislativa de Donald Trump en sus dos últimos años de mandato y utilizar las potestades de los comités legislativos para lanzar investigaciones contra su Administración. Los republicanos han mantenido su mayoría en el Senado, por lo que serán necesarios acuerdos bipartitos para que una ley avance en ambos hemiciclos.
Consciente de sus escollos, Pelosi se ha esforzado desde la victoria electoral en seducir a la hornada de nuevos congresistas demócratas que ganaron los comicios con un discurso regenerador y contrario al establishment. Ahora, sin embargo, varios de ellos han decidido respaldar la candidatura de la congresista de California. Por ejemplo, Rashida Tlaib, que ganó en un distrito de Michigan y es una de las dos primeras mujeres musulmanas en entrar al Congreso, sugirió en los últimos días que apoyaría a Pelosi. Como candidata, dio a entender que haría lo contrario, pero ahora lo hará a cambio de concesiones, por ejemplo dar más poder a los congresistas novatos.
En una reunión con una sesentena de nuevos congresistas demócratas, Pelosi se comprometió a celebrar encuentros bimensuales con ellos y a escuchar sus peticiones. Pero también les pidió unidad y dibujó límites. “Haced vuestra lucha, manifestad vuestro caso, pero no cada lucha es la última lucha”, les dijo, según las filtraciones del encuentro a puerta cerrada.
Es un equilibrio delicado para Pelosi: contentar al ala izquierdista del partido pero también a los que lograron ganar en distritos históricamente republicanos con un discurso moderado y pragmático mientras todos tienen en Trump a su enemigo en común.
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