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Italia detiene a un conocido pescador tunecino tras auxiliar a una barcaza de inmigrantes

Chamseddine Bourassine y sus compañeros de faena han rescatado a cientos de personas en el Mediterráneo en los últimos años

Decenas de personas congregadas el jueves frente a la embajada de Italia en Túnez para exigir la puesta en libertad de los pescadores arrestados.
Decenas de personas congregadas el jueves frente a la embajada de Italia en Túnez para exigir la puesta en libertad de los pescadores arrestados. Ricard Gonzalez

En su extremado celo por combatir la inmigración irregular, las autoridades italianas han vuelto a difuminar la frontera entre la ayuda humanitaria y el tráfico de personas. La madrugada del pasado 30 de agosto, los guardacostas italianos arrestaron en la proximidad de la isla de Lampedusa a seis pescadores tunecinos que habían asistido a una embarcación averiada con 14 migrantes a bordo, también de nacionalidad tunecina, acusándolos de favorecer la inmigración clandestina. Entre los detenidos, figura Chamseddine Bourassine, presidente de la asociación de pescadores de la ciudad sureña de Zarzis, conocida porque sus miembros han rescatado a centenares de migrantes. Por ello, Bourassine ha sonado incluso entre los aspirantes al Premio Nobel de la Paz.

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De acuerdo con el auto judicial, al que ha tenido acceso EL PAÍS, un avión de la agencia europea Frontex, encargada de la protección de las fronteras, avistó al mediodía una patera en aguas internacionales que se dirigía lentamente hacia Lampedusa, y empezó a monitorear sus movimientos. Por la noche, la patera fue auxiliada por la embarcación de los pescadores, que la remolcó durante varias horas hasta dejarla a unas 24 millas de las costas italianas. Entonces, una vez los navíos ya se habían separado y los pescadores se alejaban del lugar, ambos fueron interceptados por la policía italiana. De momento, Bourassine y sus compañeros permanecen en arresto preventivo en el penal de Agrigento, en Sicilia, a la espera de saber si son procesados. En caso de ser condenados, podrían enfrentarse a una condena de 15 años de cárcel.

Tras conocerse la noticia del arresto, activistas, colegas y familiares de los pescadores se han movilizado para defender su inocencia y exigir su liberación. El jueves por la mañana, un centenar de personas se congregó frente a la embajada italiana en Túnez con carteles escritos en italiano que rezaban: “Liberad a Chamse”, y “Stop a la criminalización de los rescates en el mar”. “Chamseddine es mitad pescador y mitad salvador. Todos nosotros, cuando encontramos una barca en situación de peligro, siempre la ayudamos. Incluso si ello significa que tengamos que dejar de faenar, y perdamos dinero”, explica Mabruk Bourassine, sobrino de Chamseddine, y que como él, también se gana la vida echando las redes en alta mar.

Entre los manifestantes, se encontraban dos de los migrantes que se hallaban en la patera socorrida la semana pasada, y que fueron repatriados tras pasar tres días en un centro de detención de Lampedusa. Su versión de los hechos apuntala la inocencia de los pescadores. “Ellos estaban trabajando en la zona, y nos encontraron a media tarde. Nos dieron comida y avisaron a las autoridades. Pero nadie vino. Por la noche, volvieron, y al ver que no éramos capaces de arreglar el motor averiado, decidieron acercarnos a la costa. Nos salvaron la vida”, cuenta este joven alto y delgado, con el susto aún reflejado en su cara.

Versiones contradictorias

De acuerdo con la versión del migrante, que prefiere guardar su anonimato, Chamseddine y sus colegas se pusieron en contacto con las autoridades tunecinas e italianas alertándolas de la situación. Sin embargo, este detalle, que podría ser clave para la suerte de los acusados, no figura en el auto judicial. Además, según el documento del juez de instrucción, los migrantes “pagaron” por realizar el viaje, dando a entender que una red mafiosa planeó la travesía en colaboración con los pescadores.

“Todo lo preparamos nosotros mismos, no hubo ninguna mafia. Somos chicos de la misma ciudad, y nos pusimos de acuerdo para juntar dinero y comprar una barca pequeña que nosotros mismos guiamos”, afirma el muchacho, que denuncia el trato recibido en Lampedusa. "Nos trataron como terroristas. Ni tan siquiera nos dejaron llamar a nuestras familias". Aunque es natural de Zarzis, asegura que no conocía antes personalmente a Chamseddine, que además de rescatar a decenas de migrantes, es célebre por haber colaborado en la construcción de un cementerio para los migrantes fallecidos en su travesía hacia Europa.

Después de un largo silencio, el Gobierno tunecino expresó el jueves por la tarde su apoyo a los pescadores arrestados, y exigió que sean puestos en libertad de forma inmediata. En declaraciones a la agencia oficial tunecina TAP, Adel Jarboui, secretario de Estado de Inmigración, reveló que el Ejecutivo pondrá su disposición un abogado, y aseguró que el Ministerio de Asuntos Exteriores esté siguiendo de cerca la situación.

“Es importante que las autoridades italianas sepan quién es Chamseddine. No es un simple pescador. Él ha colaborado con varias organizaciones internacionales, ha recibido formación y está certificado”, apunta Emna Solobgi, una abogada que asesora a las familias de los detenidos. No obstante, no está claro que su perfil de cooperante sea una carta a su favor ante las autoridades italianas, que han tomado medidas legales para dificultar las labores de las ONG que operan en la zona, como la catalana Proactiva Open Arms.

Precisamente, la reducción de las entidades humanitarias presentes en el Mediterráneo central es uno de las principales factores que explican el aumento de la tasa de mortalidad en lo que va de 2018. Según el último informe de ACNUR, la agencia de la ONU para los refugiados, una de cada 18 personas que trató este año de cruzar el Mediterráneo falleció en el intento, mientras que la cifra fue de una de cada 42 en 2017.

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