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Columna
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Gilberto Gil: “Cuando los ratones roen el poder, los corazones de la multitud lloran”

El músico brasileño responde con su nuevo disco al convulso momento que vive Brasil

Juan Arias
Gilberto Gil, en una imagen de archivo.
Gilberto Gil, en una imagen de archivo.Getty Images

Hay un Brasil que preferiría mudo a Gilberto Gil, uno de los genios de la música popular brasileña, con más de medio siglo de carrera artística a las espaldas y fuerte proyección mundial. Lo denuncia en su nueva canción OK,OK,OK, que abre el nuevo disco con 12 composiciones inéditas. Será lanzado el próximo 17 de agosto y es más que una canción. Podría ser una confesión o un testamento.

De todas las artes, pocas como la música y la poesía son capaces de expresar el dolor del mundo. Gilberto Gil, que se apellida en esta canción “músico y poeta”, retrata en ella el sufrimiento y la convulsión que está viviendo la sociedad brasileña. Describe el momento actual como “vil situación”, donde reinan, "penuria, clamor y desconcierto". "Unos —dice— me piden que grite, otros que me quede quieto y mudo. Unos que sea su héroe, que les resuelva todo, que sea solidario con el sufrir del pobre". Los que lo prefieren mudo, dice, "adhieren al coro airado de los que me hieren con odio y terror".

¿Qué hacer? ¿Hablar o callarse? Gilberto Gil es uno de esos artistas que sufrieron las sombras de la dictadura y del exilio. Tuvieron que aprender, para burlar la censura, a decir sin decir. A sugerir. Hoy, el músico no vive desterrado ni en un régimen opresor o con censura. Sin embargo, en su canción dolorida ha querido usar también la paradoja. Dice: "Entonces no hablo, músico y poeta, me callo sobre las certezas y los fines. Mi hablar recto sube sobre los patines para deslizarse sobre los objetivos y las metas". Pero al final sí habla, claro y duro. A los que lo preferirían mudo, les canta: "Mientras las ratas roen el poder, los corazones de la multitud lloran".

Y va más allá. El músico sabe que esa multitud en llanto está volviendo a la pobreza, que los sin poder se van quedando cada vez más aislados en las cunetas, que los más desamparados están perdiendo la batalla. Y llega a escandalizar al decir que esos pobres hoy llegan a ser tratados peor que un día se trataba a las bestias. “El noble, noble, amaba a los suyos, tenía más celo y compasión. Trataba a su vasallo con afección, la misma que con el perro y el caballo. ¿Y hoy?"

“Pensé, pensé, pensé, pensé, que las palabras dicen sí y los hechos dicen no”.

Con estos dos versos finales, Gilberto Gil lo dice todo sobre el Brasil político de hoy en el que los hechos acaban desmintiendo tantas veces las promesas.

Debía estar pensando el poeta que su canción saldría cercana a la feria de la propaganda electoral de radio y televisión de una de las elecciones presidenciales brasileñas más difíciles y peligrosas de la democracia. En ella, las palabras de muchos políticos, de todos los colores, según el músico, dirán sí a todo. Sí a las mejoras en la salud, en la educación, en la cultura, en los transportes públicos, sí a la lucha contra la violencia y contra la corrupción, contra las desigualdades sociales, a favor de los valores democráticos. Las palabras y las promesas serán todas y siempre, sí. ¿Y los hechos? Esos mismos políticos, una vez elegidos y gozando de sus privilegios, insinúa Gilberto Gil en su canción, volverán como ratas a roer el poder. Terminada la feria de las promesas, desmentirán lo que habían jurado hacer. Mientras tanto, "la multitud en llanto" seguirá sufriendo como siempre.

Al final, Gilberto se olvida de quienes lo quieren mudo y se dirige a los que lo prefieren "más solidario con el sufrir del pobre". A ellos les manda un mensaje personal: "Espero que mi alma sea noble lo suficiente mientras siga vivo".

A los que preferirían al gran artista mudo, como en los tiempos de la dictadura y hasta les gustaría apedrearlo, habría que recordarles un viejo adagio de su amada Bahía: “Las personas sólo lanzan piedras a los árboles que dan fruto”. Sigue, Gilberto Gil, gritando tu música y tu compromiso con “las multitudes en llanto”. Para los millones que nos hemos nutrido de tu arte serás siempre espejo de libertad y alegría de vivir.

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