Reino Unido ya no es verde visto desde el espacio
La ausencia de lluvia y la mayor ola de calor que sufre el país desde 1976 están haciendo mutar el color de sus bosques y jardines
Reino Unido está atravesando su mayor ola de calor desde 1976 y el comienzo de este verano ha sido el más seco desde que existen registros, en 1961. La estación estival, que normalmente deja a los británicos una sensación de espejismo, este año llegó pronto y sigue sin dar señales de cansancio. Y aunque esta circunstancia mantenga los ánimos altos y las terrazas llenas, un gif difundido el 18 de julio en la cuenta de Twitter del Met Office, la oficina de meteorología británica, ha revelado una consecuencia impactante de la escasez de agua: Reino Unido ha mutado de color.
You can't help but have noticed the lack of rain in many areas over the last 10-12 weeks. It's even changed the way the UK looks from space! pic.twitter.com/T4Cjm8GMH3
— Met Office (@metoffice) July 18, 2018
“No puedes evitar notar la ausencia de lluvia en muchas zonas durante las últimas 10-12 semanas. ¡Incluso ha cambiado la manera en la que Reino Unido se ve desde el espacio!”, reza el mensaje, que alterna una imagen por satélite tomada en mayo —en la que la superficie del país es de un tono verde uniforme— y otra de julio; en esta última, el color dominante es el marrón parduzco. Recientemente, varios periódicos han publicado también una serie de vistas aéreas de Londres realizadas por el fotógrafo John McLellan en las que se constata que zonas verdes tan emblemáticas de la capital como Hyde Park, St James's Park o Regent's Park han dejado de hacer honor a su nombre, y se muestran descoloridas, amarillentas y agostadas.
Entre el 1 de junio y el 16 de julio, solo han caído 47 milímetros de agua en Reino Unido. El Met Office ha avisado de que si esta media se mantiene hasta finales de agosto, el de 2018 será uno de los diez veranos más secos de todos los tiempos. Lo mismo sucede con la temperatura máxima media, que desde el 1 de junio se sitúa en 20.9º; si el termómetro no baja durante las próximas semanas, este también será uno de los diez veranos más calurosos de la historia.
La ausencia de lluvia ha llevado a organismos oficiales y compañías de suministro de agua a instruir a los ciudadanos para que ahorren en su consumo. Pero hay quien ha llevado la medida más lejos: desde el 5 de agosto, la compañía United Utilities, que opera en el noroeste de Inglaterra, va a aplicar una prohibición temporal de mangueras y aspersores que impedirá a sus siete millones de usuarios utilizarlos para, por ejemplo, regar el jardín, lavar el coche o llenar piscinas. Quien ignore la norma se arriesga a multas de hasta mil libras (1.117 euros).
Sin embargo, hay un colectivo que se está frotando las manos con este calor seco: los arqueólogos. La coyuntura meteorológica ha hecho reaparecer el trazado de una serie de sitios arqueológicos e históricos ubicados en jardines y cultivos que han sido fotografiados desde aviones o drones tras llevar años, décadas o incluso siglos ocultos: desde una base militar romana o un cementerio del primer medievo en Gales a un “jardín fantasma” victoriano en Gawthorpe Hall, una mansión en Lancashire.
En declaraciones al periódico Metro, Ian Barnes, jefe de arqueología del National Trust (la fundación nacional británica para los lugares de interés histórico), explicó así el fenómeno: “Las marcas son consecuencia de la vegetación que crece en el terreno más fino que hay sobre elementos arqueológicos enterrados; por ejemplo, muros de piedra. Quedan acentuadas en tiempos de sequía porque, al ser menos hondo, el terreno retiene menos la humedad y la vegetación es de un color más claro que el de las plantas más lozanas que crecen en el suelo a su alrededor, que es más profundo. A vista de pájaro, esta diferencia en la salud de la vegetación refleja la forma de los elementos arqueológicos que están cerca de la superficie y permite mapear los contornos de edificios desaparecidos hace mucho tiempo”. La bajada del nivel del agua también ha sacado a la luz un “pueblo sumergido” que llevaba más de un siglo sin dejarse ver en Devon.
Síguenos en Twitter y en Flipboard
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.