Irán detiene a varias chicas por publicar vídeos en los que bailan
La difusión televisada de sus ‘confesiones’ desata las críticas de una población harta por la mala gestión del país
La policía iraní empezó cerrando cuentas de Instagram con “contenidos obscenos” meses atrás, pero en abril pasó de las redes sociales a la acción y detuvo a varias instructoras de baile, entre ellas Elnaz Qasemi y Maedeh Hozhabri. Qasemi pagó una fianza y logró salir de Irán. Sin embargo, no todas han tenido tanta suerte. El pasado viernes la televisión estatal emitió un programa en el que algunos adolescentes y jóvenes, en su mayoría chicas, confesaban que subían vídeos y fotos de sus bailes y fiestas mixtas a Instagram para atraer a seguidores. Al parecer tenían mucho éxito, ya que habían conseguido entre 70.000 y 600.000, según el caso.
La difusión de sus confesiones ha sido la gota que ha colmado el vaso y desatado numerosas críticas de la opinión pública, indignada por la mala gestión económica del país y la corrupción en aumento. Los iraníes han prestado especial atención al caso de Hozhabri, una adolescente bailarina, de 17 años, cuyos sollozos durante las confesiones les han conmocionado.
En un programa de televisión, Hozhabri explicaba llorando que bailaba sólo porque le gustaba y que nunca esperaba que la detuvieran
En el programa, titulado Callejón sin salida, explicaba llorando que bailaba sólo porque le gustaba y que nunca esperaba que la detuvieran. Muchos se han solidarizado con ella en las redes sociales bajo la etiqueta #مائده_هژبری (#Maedeh_Hozhabri). También se ha hecho muy popular #برقص_تا_برقصیم (#baila_que_bailemos), en el que se pide a la gente que suba vídeos de sus bailes a las redes para mostrar que los iraníes tienen derecho a estar felices.
Lo inaudito de las medidas policiales ha provocado incluso la reacción de analistas y políticos reformistas. “La política oficial hacia los medios hace tiempo que está en caída libre”, critica Abbas Abdi, uno de los ideólogos del reformismo, en su cuenta de Twitter. En su opinión, “las confesiones emitidas van en contra de la misma televisión”.
“La policía castiga a los presuntuosos de Instagram”, declara por su parte el coronel Touraj Kazemi, jefe de la Policía Cibernética de Teherán, para justificar la voluntad del sistema islámico de “combatir la corrupción moral”.
Sus palabras han sido muy censuradas en las redes sociales por los iraníes, quienes recuerdan los millonarios casos de corrupción que se descubren casi a diario y cuyos responsables quedan a menudo impunes. Un usuario que se identifica como Mehdi Mahdavi Azad, por ejemplo, recuerda en su Twitter, el caso de Saeid Tusi, el recitador de Corán, acusado de violación de menores que luego fue liberado. Además de criticar a la detención de Hozhabri y sus confesiones televisadas, se acusa a la policía y a los responsables judiciales de equivocar las prioridades del país.
Después de que el Poder Judicial cerrara el servicio de mensajería Telegram en abril todo parece indicar que Instagram es el próximo candidato. “El bloqueo de Instagram ya está en el orden del día de la vice Fiscalía de Asuntos Cibernéticos”, informó el pasado miércoles el vicefiscal general de Irán, el clérigo Mohammad Mosadeq.
No es la primera vez que Irán castiga a los que bailan. Otro caso polémico ocurrió en marzo cuando un baile infantil hizo dimitir a Mohammad Ali Najafi como alcalde de Teherán. También sonada fue la detención en 2014 y posterior condena de tres chicos y tres chicas que difundieron un vídeo en YouTube en el que bailaban al ritmo del popular Happy, de Pharrell Williams.
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