“La lava se nos venía encima”
Al menos 69 personas han muerto y miles se han visto afectadas tras la erupción del Volcán de Fuego en Guatemala
El domingo el cielo desapareció en la costa del sur de Guatemala cuando a las tres de la tarde, el Volcán de Fuego erupcionó y lanzó el primer cañonazo de piedras y ceniza. Sobre las cabezas de los campesinos todo se convirtió en una extraña nube gris ante la que no había escapatoria. Simultáneamente el suelo empezó a arder mientras una lengua de barro hirviendo, palos, piedras y animales muertos arrasaba con todo.
Desde entonces, cientos de militares, policías y rescatistas luchan contra las dificultades para respirar, el tiempo y el calor y tratan de encontrar a los cientos de desaparecidos. Todos los esfuerzos se centran en cuatro aldeas que quedaron sepultadas cuando una lluvia de cenizas y piedras a 700 grados centígrados formó una impresionante lengua que devoraba todo lo que se encontraba a su paso.
Entre los heridos hay cientos con los pies vendados. Huían tras la erupción, cuando la lava simplemente les rozó destrozándoles la piel y dejándosela llena de ampollas. Hasta el momento, las autoridades contabilizan 69 víctimas mortales, pero los rescatistas especulan con que la cifra irá en aumento ya que no han podido acceder a varios municipios colapsados por la lava. Cuatro aldeas: El Rodeo, La Reina, la Libertad y San Miguel Los Lotes concentran la búsqueda. Ahí los lugareños relatan espantosas escenas de huida en la que muchos quedaron atrás “porque les alcanzó la lava”
“Allí quedó mi padre y mi sobrina”, dice Olga González de 46 años en el albergue de Escuintla a dos horas de la capital y 45 minutos del volcán. “Dicen que hay más de 200 muertos pero debe haber muchos más. Todos los que no pudieron salir corriendo o se quedaron para sacar sus cosas”, explica tirada en el piso del salón municipal.
Olga recuerda, como si fuera una persecución, la carrera que libró contra el río de lava que bajaba de la montaña. “No dio tiempo a nada, la lava se nos venía encima. Solo podíamos correr y llorar sin mirar atrás”, rememora junto a sus dos hijos y tres sobrinos con los que escapó de la mano.
El agricultor Juan Francisco González de 52 años estaba cortando leña cuando escuchó el estruendo salir de la montaña. Fue un ruido diferente al que estaba acostumbrado. “Entonces el cielo se oscureció y cuando me di cuenta bajaba por la ladera un río caliente que iba arrasando todo”. Su vecino Domingo López, de 79 años, se encerró en casa y consiguió que no entrara el barro hirviendo. Luego escapó por una ventana de su vivienda sobre los tablones que lanzaron algunos vecinos. De aquellas horas recuerda el cielo gris y el vapor caliente que salía del suelo. “Dios tenga en su gloria a todos los que quedaron atrás", dice con los pies cubiertos de ampollas de correr sobre el piso hirviente.
Según las autoridades la explosión del Volcán de Fuego ha afectado a 1,7 millones de personas de Chimaltenango, Escuintla y Sacatepéquez, donde el Gobierno de Guatemala ha activado la alerta roja, mientras que el resto del país se encuentra en alerta naranja. El Consejo de Ministros se reunió en la noche del domingo de emergencia y declaró del Estado de Calamidad en esos tres departamentos. El país se ha volcado enviando víveres para ayudar a los miles de afectados que no tienen donde ir ni que comer.
El propio presidente, Jimmy Morales, ha asegurado que le da "vergüenza" decir que en virtud de la Ley de Presupuestos, "el Estado no puede contar con un solo centavo en emergencias" si no se declara el estado de Calamidad. Asimismo, el Ejecutivo de Guatemala ha declarado tres días de duelo nacional y ha albergado a 1.689 personas que perdieron sus viviendas.
Es un volcán “extremadamente activo y se caracteriza por la liberación de gases a altas temperaturas”, detalló Eddy Sánchez, director del Instituto de Sismología de Guatemala. El Volcán de Fuego, de 3.763 metros de altura, es un viejo conocido de los guatemaltecos y hay registro de sus erupciones desde la llegada de Pedro de Alvarado pero desde 1974 no se había comportado con tanta agresividad. El coloso prácticamente está descubierto de vegetación desde los 1.300 metros de altura y a partir de ahí solo es posible encontrar lava solidificada.
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