Muere la joven a la que su acosador prendió fuego en un autobús de Lima
Dos manifestaciones en la capital peruana reclaman justicia tras el fallecimiento de Eivy Agreda
La estudiante universitaria Eivy Agreda, de 22 años, conoció en el trabajo a un hombre que quería una relación sentimental con ella, pero lo rechazó varias veces pese a la insistencia. El 24 de abril por la noche, el acosador, Carlos Hualpa Vacas, de 37 años subió a un autobús en el que la joven viajaba en Lima, le roció combustible y la hizo arder. "Si no eres para mí, no serás de nadie", dijo en ese momento, según escuchó una de las otras diez personas que también resultaron quemadas en el intento de feminicidio. Pasado un mes y una semana, la víctima no resistió el tratamiento en un hospital público y falleció este viernes.
El 60% de su cuerpo tenía quemaduras de segundo y tercer grado, y en 37 días había pasado por 12 cirugías en la Unidad de Cuidados Intensivos del Hospital Almenara. El diario El Comercio, citando a uno de los médicos que la atendía, informó este viernes que la muerte se debió a una infección generalizada.
Agreda Marchena recuperó la conciencia hace un par de semanas y conversó brevemente con sus hermanos. Mientras tanto, el agresor -que fue detenido al día siguiente del crimen- cumple nueve meses de prisión preventiva desde el 30 de abril.
Hualpa subió al autobús llevando una botella de yogur que contenía el combustible y que había comprado días antes. La agresión ocurrió en una esquina concurrida del distrito acomodado de Miraflores: había varios testigos y cámaras de seguridad en el área.
"Quería asustarla pero se me pasó la mano", confesó en su declaración a la policía, después de haber negado su responsabilidad. Dos colectivos ciudadanos, que ya en otras ocasiones han salido a las calles para exigir al Estado soluciones a la violencia contra la mujer, convocaron manifestaciones en dos puntos de la capital la noche del viernes. #NiunaMenos se reunió frente al Palacio de Justicia, y el Paro Nacional de Mujeres en la plaza Washington, un espacio desde donde han partido marchas por los derechos de la personas LGTBI.
El presidente, Martín Vizcarra, de visita en la ciudad amazónica de Moyobamba, tuiteó sus condolencias para los familiares de la víctima, y dijo a la prensa que lamentaba el hecho. La fuerte repercusión en los medios de comunicación de la agresión del 24 de abril lo llevó a visitar a la joven el 30 de abril en el hospital.
Con profunda tristeza recibo en Moyobamba la lamentable noticia del fallecimiento de Eyvi Ágreda. Mis sentidas condolencias a sus familiares.
— Martín Vizcarra (@MartinVizcarraC) June 1, 2018
"Esta chica fue agredida vilmente por una persona que no tiene perdón. Nos sentimos muy apenados pero a veces así son los designios de la vida", dijo el viernes. La reacción del mandatario fue criticada en las redes sociales por enmarcar el hecho en el destino y no en el machismo que dio lugar a las acciones de Hualpa.
"Nos falta una y hay que reclamarla. Eso primero. Con esta muerte hemos llegado a un límite que nos desafía a ir hasta el final en nuestros reclamos y que nos plantea la urgencia de una estrategia eficaz. Aquí no hay ningún 'designio de la vida', como dijo el presidente, aquí hay incels (hombres profundamente misóginos) formados en el amor romántico patriarcal que se creen propietarios de los cuerpos de las mujeres. Tal vez sea hora de hacer nuestra Lisístrata y declarar una huelga sexual", comentó a EL PAÍS la catedrática Francesca Denegri, especialista en estudios de género y doctora en literatura.
"Policía, escucha: apoya nuestra lucha", clamaban unas 70 jóvenes que portaban velas y flores blancas al pie de la sede de la Corte Suprema de Justicia, mirando a una docena de policías antidisturbios que resguardaban el edificio". "No estamos todas, faltan las asesinadas", "presidente Vizcarra quemar viva a una mujer no es un designio de la vida, es machismo", reclamaban algunos de los carteles.
Lorena, de 26 años, una graduada de arquitectura llegó a la manifestación con un letrero en el que escribió: "Perú, país de feminicidas: nos están matando". "Estoy aquí porque el caso de Eivy Agreda representa cada uno de los casos de acoso y feminicidio que hemos conocido, pero éste ha generado mucha reacción por lo brutal que ha sido. Yo lucho cada vez que puedo contra el machismo porque está en todos los círculos de la sociedad peruana", refirió Lorena.
El otro colectivo, después de realizar una asamblea en la plaza Washington, llegó caminando al Palacio de Justicia. Unas 400 jóvenes que llevaban claveles blancos, acompañadas por un grupo de percusionistas mujeres y otro de hombres, se unieron al grupo ya apostado en la sede judicial. Más policías se sumaron para proteger la sede.
"Poder Judicial, verguenza nacional", "Vizcarra: no es un designio, es el machismo", "Mujer asesinada, denuncia archivada", "Jueces y fiscales, también son culpables", coreaban con fuerza e indignación las manifestantes, entre quienes también había varones.
Tu suscripción se está usando en otro dispositivo
¿Quieres añadir otro usuario a tu suscripción?
Si continúas leyendo en este dispositivo, no se podrá leer en el otro.
FlechaTu suscripción se está usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PAÍS desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripción a la modalidad Premium, así podrás añadir otro usuario. Cada uno accederá con su propia cuenta de email, lo que os permitirá personalizar vuestra experiencia en EL PAÍS.
En el caso de no saber quién está usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contraseña aquí.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrará en tu dispositivo y en el de la otra persona que está usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aquí los términos y condiciones de la suscripción digital.