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El presidente de Corea del Sur: “Se han cumplido las condiciones de EE UU para hablar con Corea del Norte”

La delegación surcoreana que se reunió con Kim Jong-un viajará a Washington a explicar los resultados del encuentro

Macarena Vidal Liy
En la televisión, una conversación telefónica entre Donald Trump y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, en la estación de trenes de Seúl, la semana pasada
En la televisión, una conversación telefónica entre Donald Trump y el presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, en la estación de trenes de Seúl, la semana pasadaAhn Young-joon (AP)

Tras la euforia del anuncio sobre la disposición de Corea del Norte a negociar su programa nuclear con Estados Unidos, al día siguiente, realismo. El presidente de Corea del Sur, Moon Jae-in, ha indicado que aún es “demasiado pronto para ser optimistas”. Al otro lado de la frontera en la península, el principal periódico del régimen en Pyongyang, el Rodong Sinmun, ha insistido en que el Norte nunca se deshará de su armamento nuclear. Y aunque el presidente Donald Trump ha expresado un cauto respaldo al anuncio, Estados Unidos ha impuesto este miércoles más sanciones al régimen de Kim Jong-un.

Con todo, el paso es grande. “Creemos que las condiciones de Estados Unidos para unas conversaciones selectivas, preliminares, se han cumplido”, ha declarado Moon en una reunión con representantes de los principales partidos surcoreanos para informarles del resultado de la visita de dos días de una delegación de su Gobierno al Norte. Esa comitiva se reunió el lunes con Kim Jong-un, en un encuentro insólito tanto por el alto rango de sus integrantes -la encabezaba el consejero de seguridad nacional, Chung Eui-yong- como por la extrema cordialidad en la que se desarrolló.

Chung y sus cuatro acompañantes volvieron a Seúl con el sorprendente anuncio de un giro radical en la posición del líder supremo norcoreano, que hasta ahora había declarado su armamento nuclear algo innegociable. Si se demuestra veraz, puede resultar clave para eliminar la tensión acumulada durante un año de múltiples pruebas norcoreanas de misiles y una nuclear, de sanciones internacionales contra el programa de armamento del Norte y, sobre todo, de un inédito intercambio de insultos entre Kim Jong-un y Donald Trump con la amenaza de la guerra como fondo.

Hasta ahora, Estados Unidos había insistido en que para negociar con Corea del Norte, este país tendría que renunciar a su programa de armamento nuclear y dar pasos demostrables.

Tras la visita de la delegación surcoreana, Chung ha asegurado que Pyongyang se ha comprometido a una moratoria en sus pruebas de armamento en tanto continúe el diálogo.

Las dos partes han acordado también una reunión, para finales de abril, de Moon y Kim en Panmunjom, en la frontera entre las dos Coreas. Será la tercera de la historia y la primera desde 2007 entre líderes de los dos países.

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Pero Moon, que desde su llegada al poder en mayo del año pasado ha tratado de tender puentes hacia el Norte, ha insistido en la cautela. “Hemos llegado a un momento muy crítico en nuestros esfuerzos para establecer la paz y desnuclearizar la península coreana”, ha declarado en el almuerzo. “Creo que todavía es demasiado pronto para ser optimistas porque solo estamos en la línea de salida”.

El presidente surcoreano ha dejado claro, también, que su meta es conseguir que Corea del Norte se deshaga por completo de sus armas nucleares. “Nuestra meta es la desnuclearización. No podemos conformarnos con la no proliferación o la congelación del programa nuclear”.

Que no va a ser un camino de rosas ni siquiera de aquí a la cumbre lo ha dejado claro la propia Corea del Norte. El diario oficial Rodong Sinmun, en un comentario, ha seguido defendiendo la necesidad de que este país cuente con armas nucleares: “haber desarrollado bombas de hidrógeno y misiles intercontinentales ha sido una victoria brillante para nosotros en nuestra lucha por lograr la paridad de poder con Estados Unidos”, afirma.

Este jueves, Chung y otros miembros de la delegación viajarán a Estados Unidos para informar al Gobierno del país aliado sobre el resultado de sus contactos con el Norte. Washington ha declarado este miércoles culpable a Corea del Norte del asesinato el año pasado del hermano de Kim Jong-un, Kim Jong-nam, en el aeropuerto de Kuala Lumpur. En consecuencia, ha impuesto nuevas sanciones, aunque de carácter sobre todo simbólico, pues se superponen con las ya existentes.

China ha acogido con satisfacción el anuncio sobre las intenciones norcoreanas y ha instado a las partes implicadas a “aprovechar el impulso”, según ha indicado su Ministerio de Exteriores. En Japón, en cambio, el Gobierno de Shinzo Abe, que aboga como Estados Unidos por mantener la máxima presión sobre Pyongyang, se ha mostrado más escéptico. “Aunque Corea del Norte ha ofrecido varias veces renunciar a su programa nuclear, en el pasado siempre resultó que nunca lo detenía”, ha dicho el ministro de Defensa, Itsunori Onodera.

En un sentido similar se ha pronunciado, dentro de Corea, Hong Joon-pyo, líder del principal partido de la oposición, el conservador Partido por la Libertad de Corea, y que ha comparado el acuerdo con el de Munich en 1938 entre Adolf Hitler y Neville Chamberlain, que no evitó que al año siguiente estallara la II Guerra Mundial. “Solo los bobos se dejan engañar dos veces”, ha dicho Hong en su página de Facebook.

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Sobre la firma

Macarena Vidal Liy
Es corresponsal de EL PAÍS en Washington. Previamente, trabajó en la corresponsalía del periódico en Asia, en la delegación de EFE en Pekín, cubriendo la Casa Blanca y en el Reino Unido. Siguió como enviada especial conflictos en Bosnia-Herzegovina y Oriente Medio. Licenciada en Ciencias de la Información por la Universidad Complutense de Madrid.

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