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EE UU mantendrá bajo mínimos su embajada en Cuba por los supuestos ataques a su personal

Washington se reafirma en la decisión que tomó en septiembre de tener en La Habana la menor cantidad posible de empleados

Pablo de Llano Neira
La embajada de EE UU en La Habana.
La embajada de EE UU en La Habana.YAMIL LAGE (AFP)

El Departamento de Estado de Estados Unidos se ha reafirmado en su decisión de mantener bajo mínimos por tiempo indeterminado el servicio de su embajada en Cuba. En un comunicado difundido este viernes la cancillería informa de que la legación "continuará operando con el mínimo personal necesario para desarrollar las principales funciones diplomáticas y consulares", y afirma que el motivo de esta medida son los "ataques a la salud" que han afectado a empleados de la embajada en La Habana. Washington sostiene que al menos 24 de sus empleados en Cuba sufrieron síntomas como sordera, mareos y leves afecciones cerebrales en episodios salteados entre noviembre de 2016 y agosto de 2017.

Estados Unidos contempló al principio la posibilidad de que se hubiera tratado de supuestos "ataques sónicos", incluyéndose la hipótesis del uso de instrumentos acústicos de alta tecnología, pero hasta la fecha no ha aportado ninguna prueba que indique tal cosa y a estas alturas se limita a emplear la expresión "ataques a la salud". En la nota de prensa divulgada este viernes, el Departamento de Estado reconoce que sigue sin saber qué pasó: "Aún no tenemos respuestas definitivas sobre la causa y origen de los ataques, y una investigación sobre esos ataques aún está en marcha".

Estados Unidos no ha atribuido en ningún momento al Gobierno cubano la responsabilidad directa de estos misteriosos hechos, propios de película de espías de la Guerra Fría, pero sí lo ha culpado de no cumplir con su deber de velar por la seguridad del personal diplomático extranjero. Agencias de inteligencia estadounidenses y cubanas han cooperado en la investigación y oficiales del FBI han llegado a viajar a la isla para realizar sus pesquisas sobre el terreno con el permiso de Cuba. El régimen asegura que también ha realizado su propia indagación y que no ha encontrado rastro alguno de los supuestos ataques, definiendo la hipótesis sónica como "ciencia ficción". Otra conjetura que ha surgido en este culebrón es que tras lo ocurrido esté la mano negra de un tercer país enemigo de Estados Unidos y con buenas relaciones con la inteligencia cubana, como Rusia, Corea del Norte o Irán.

El recorte drástico de personal en la embajada tuvo lugar ya en septiembre. Como reacción a los supuestos ataques, el Departamento de Estado expulso de Washington a 15 diplomáticos cubanos y redujo en su sede en La Habana la plantilla poniendo como límite para devolver a EE UU a los que permanecieron el próximo domingo 4 de marzo. El comunicado de hoy explica eso y que el mismo lunes llegará otro turno de empleados a La Habana, que no excederá ni en número ni en funciones el que estaba desde septiembre como equipo provisional de emergencia. Los nuevos empleados que comienzan su trabajo la semana que viene en Cuba no podrán ir acompañados de familiares por motivos de seguridad. Algunos de los supuestos afectados por los ataques habrían sufrido sus afecciones estando en su domicilio particular y otros en hoteles.

La jibarización de la embajada ha traído problemas a los ciudadanos cubanos. En La Habana se han dejado de tramitar visas y se ha indicado a los cubanos que deben viajar a Bogotá (Colombia) para realizar allí estos procesos administrativos. Diplomáticamente, estos supuestos ataques han motivado la mayor crisis entre Cuba y Estados Unidos desde que ambos países restablecieran sus lazos diplomáticos en 2015, después de medio siglo de ruptura y desconfianza.

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