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El Consejo de Seguridad de la ONU aprueba una tregua de 30 días en Siria

Rusia acepta la resolución tras duras negociaciones en medio de la barbarie en Guta Oriental

Amanda Mars
Delegados en el Consejo de Seguridad sobre Siria el pasado jueves en Nueva York.
Delegados en el Consejo de Seguridad sobre Siria el pasado jueves en Nueva York.BRENDAN MCDERMID (REUTERS)

El Consejo de Seguridad de la ONU logró aprobar por unanimidad este sábado un alto al fuego de 30 días para permitir sin dilación la entrada de ayuda humanitaria en Siria y la evacuación de heridos tras una grave escalada de violencia en Guta Oriental, el reducto rebelde a las afueras de Damasco. La negociación se encalló y alargó de forma insoportable por las reticencias rusas mientras la zona,  donde hay unas 400.000 personas atrapadas, vivía una semana cruenta. Desde el pasado domingo los ataques del régimen de Bachar el Asad en la periferia damascena han causado más de 500 muertos.

El objetivo de estos días en Nueva York, cuartel general de la ONU, era evitar el bloqueo de Rusia, que es aliada de El Asad y, junto a Estados Unidos, Francia, China y Reino Unido, uno de los cinco países con capacidad de veto en el Consejo de Seguridad. "Cada minuto que el Consejo esperó por Rusia, el sufrimiento humano aumentó", criticó la embajadora estadounidense ante Naciones Unidas, Nikki Haley. "En los tres días que tardamos en acordar esta resolución, ¿cuántas madres han perdido a sus hijos?", se preguntó.

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El organismo llevaba días negociando y tenía previsto votar la resolución, impulsada por Kuwait y Suecia, el pasado viernes, pero después de varios retrasos acabó por aplazar la cita para este sábado. Para lograr evitar el veto de Rusia, las referencias a que el alto el fuego comenzaría en el plazo de 72 horas desaparecieron del texto y fueron sustituidas por la expresión “sin dilación", según AFP. La expresión “inmediato” también desapareció en lo relativo a la entrega de ayuda y las evacuaciones. La tregua tregua, por demanda rusa, excluye a los grupos terroristas del Estado Islámico y Al-Qaeda, así como los “individuos, grupos, empresas y entidades” asociadas a ellos. Es lo que permite a El Asad continuar su ofensiva contra Al-Qaeda en Idlib, la única capital provincial en manos rebeldes.

Cientos de miles personas (unas 320.000 personas, según el Observatorio Sirio para los Derechos Humanos; 470.000, con los datos del Banco Mundial) han muerto en la guerra de Siria desde que comenzó en 2011. Y esta que se supone es su fase final se ha enquistado en Guta oriental, de las primeras zonas en sumarse a la ola de protestas de la primavera árabe. La zona entró en una fase crítica a partir del 14 de noviembre, cuando el Ejército regular sirio lanzó una operación aérea para contra los insurrectos. La población allí atrapada queda ahora a merced de las bombas y el hambre.

"Lo que Rusia e Irán y Siria han hecho recientemente es una desgracia humanitaria", dijo Trump en rueda de prensa mientras la cuestión se discutía en Nueva York. "Nosotros estamos ahí por una sola razón, para acabar con el Estado Islámico y volver a casa, no estamos ahí por ninguna otra razón y casi hemos conseguido nuestro objetivo. Pero lo que esos tres países han hecho a la gente recientemente es una desgracia", agregó.

Rusia ha usado su poder de veto 11 veces desde el inicio de la guerra siria. Esta semana París y Berlín presionaron al Kremlin hasta este mismo viernes para que la tregua saliera adelante “Francia y Alemania llaman a Rusia a asumir sus responsabilidad” de cara a conseguir un alto al fuego que permita la ayuda humanitaria, dijeron ambos gobiernos en un comunicado conjunto. También la Alta Representante de Política Exterior de la UE, Federica Mogherini, emitió un comunicado en el que instaba al régimen sirio “a cesar inmediatamente de perseguir a su propia gente y cumplir su responsabilidad primera, que es protegerlos".

Moscú se había mostrado abierto a apoyar la resolución si obtenía algunas garantías de su cumplimiento. “¿Dónde están las garantías de que los grupos armados respetarán esta tregua humanitaria, y dónde están las garantías de que no seguirán bombardeando los barrios residenciales de Damasco? Esas garantías no nos las dan", cuestionó el viernes el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov. “Para que la resolución sea efectiva —y estamos preparados para consensuar un texto que así lo haga— proponemos una fórmula que haría real el ato al fuego, basado en garantías para todos los que estén tanto dentro como fuera de Guta Oriental”, añadió.

Más de 500 muertos en el sexto día de la ofensiva aérea sobre Guta Oriental

Natalia Sancha / Beirut

Durante las 48 horas de negociaciones a contra reloj que ha mantenido la ONU en Nueva York, más de 100 personas han perdido la vida en Guta Oriental, periferia noreste de Damasco y uno de los mayores enclaves insurrecto del país. Son ya 520 los muertos y 2.500 los heridos en el sexto día de la ofensiva aérea lanzada por el Ejército regular, según datos de Médicos Sin Fronteras.

Atrapados entre insurrectos y tropas regulares sirias, unos 250.000 civiles (según organizaciones locales) a 400.000 (según la ONU) se han encerrado desprovistos de víveres en sótanos y refugios para preservar la vida. Tras cinco años de cerco, las múltiples rondas de negociaciones entre el Gobierno de Damasco y Jeish el Islam (avalada por Riad y principal facción islamista en Guta) han caído en saco roto. Guta supone para el Gobierno de El Asad un estratégico enclave desde donde el pasado mes de noviembre varios grupos islamistas lanzaron una ofensiva conjunta con el fin de atacar el corazón del país a través de los túneles cavados durante el último lustro.

Entre 2.000 y 6.000 insurrectos islamistas se atrincheran en un puñado de poblaciones en una extensión de 97 km cuadrados, a los que la Organización Human Rights Watch ha acusado de cometer crímenes de guerra contra los civiles. El Ejército sirio ha reforzado los bombarderos desde el pasado domingo, en lo que se antoja un castigo colectivo hacia la población asediada. Por su parte, los insurrectos han intensificado el lanzamiento de morteros sobre la capital forzando a sus conciudadanos de Damasco a encerrase en sus hogares. Durante los últimos tres meses, la lluvia de proyectiles insurrectos ha segado la vida de más de 120 personas (entre ellos 18 niños) y herido a más 600, según datos del Observatorio Sirio para los Derechos Humanos.

En Guta Oriental se libra una de las últimas batallas intrínsecas a la Guerra Civil que recuerdan a la vivida por la Alepo oriental el pasado mes de diciembre. Y ello, en una contienda en la que, a punto de cerrar el sexto año, participan media docena de potencias regionales e internacionales. La ofensiva ha ahondado en las redes sociales las grietas existentes entre la opinión pública siria y visibilizado el respaldo de los habitantes de Damasco a la ofensiva del Ejército regular.

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Sobre la firma

Amanda Mars
Directora de CincoDías y subdirectora de información económica de El País. Ligada a El País desde 2006, empezó en la delegación de Barcelona y fue redactora y subjefa de la sección de Economía en Madrid, así como corresponsal en Nueva York y Washington (2015-2022). Antes, trabajó en La Gaceta de los Negocios y en la agencia Europa Press

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