Una niña que sobrevivió un tiroteo escribe a Trump: “¿Vas a mantener a los niños a salvo?”
Ava Olsen padece estrés postraumático y ahora recibe clases en su casa por la tragedia que sufrió
Ava tiene siete años, pero ya no es una niña pequeña. En septiembre de 2016, perdió la inocencia cuando vio a su mejor amigo, Jacob, caer muerto a tiros en el patio de la escuela. Su profesor también fue herido. Golpeada por la tragedia, Ava fue diagnosticada con estrés postraumático y ahora recibe sus clases en casa por el miedo de los médicos a un bajón psicológico. Todavía tiene pesadillas y revive el terror: Jesse Osborne, de 14 años, se baja del vehículo, saca una pistola, apunta y dice: “Odio mi vida”. 12 segundos de disparos.
Casi un año después del incidente, Ava se armó de coraje y escribió sobre una hoja en blanco: “Querido Señor Presidente, mi nombre es Ava Rose Olsen. El año pasado, era estudiante en el Colegio Elemental de Townville. Viví el tiroteo que ahí ocurrió. Escuché y vi todo lo que pasó y estaba muy asustada. Mi mejor amigo, Jacob, fue disparado y murió. Le quería mucho y me iba a casar con él algún día. Odio las armas. Una destrozó mi vida y se llevó a mi mejor amigo. No quiero que vuelva a ocurrir. ¿Vas a mantener a los niños a salvo?”.
Los presidentes suelen recibir miles de cartas al día. La amplia mayoría no llegan a la mesa del presidente, pero Barack Obama, por ejemplo, leía unas diez cada noche, seleccionadas por su equipo. En algunos casos, incluso contestaba con su puño y letra. Para sorpresa de Ava, varios meses después, en diciembre de 2017, un sobre blanco llegó a la puerta de su casa en Carolina del Sur. En la esquina superior derecha se leía: “La Casa Blanca”.
“Querida Ava, gracias por tu carta. Eres muy valiente por compartir tu historia conmigo. La señora Trump y yo estamos entristecidos por la pérdida de tu amigo, Jacob. Las escuelas son lugares donde los niños crecen y aprenden con amigos. Sus pasillos deben estar exentos de miedo. Es mi objetivo como presidente mantener la seguridad de los niños para que puedan crecer en ambientes seguros y así brindarles la mejor oportunidad para dar lo mejor de sí mismos”, replicó Donald Trump.
La pequeña quedó sorprendida y satisfecha por la atención del presidente. Pero le duró poco. “No ha dicho cómo va a mantener a los niños seguros”, le dijo a su madre a principios de enero de este año, antes de sentarse a escribir otra carta. “A veces pienso que volverá a ocurrir. Si tienes tiempo, tengo algunas ideas para mantener a los estudiantes y las escuelas seguras. A veces, es la gente que los ha vivido quien tiene mejores ideas”, escribió la niña.
Ava pedía lo que millones de estadounidenses solicitan desde hace años: medidas para regular las armas. Ni Trump ni los republicanos antes que él han aceptado negociar medidas para regular la venta o el uso de las armas, un bien de compra fácil en Estados Unidos. El debate lleva ya años flotando sobre la realidad política del país y se agudiza cada vez que ocurre una masacre. En 2017, ni 59 muertos en un concierto de Las Vegas, ni 26 en una iglesia de Texas, sirvieron para que cambiaran las cosas. Tampoco lo hicieron 20 niños de la edad de Ava en una escuela elemental de Connecticut en 2012. Por aquel entonces, el presidente Barack Obama instó al Congreso a pasar una reforma pero sus suplicios no tuvieron éxito.
El lobby de las armas, la NRA, tiene gran parte de la culpa. El negocio es enorme y genera millones de dólares anuales, que la organización utiliza para financiar y donar a campañas legislativas de republicanos a cambio de su lealtad en la defensa de la segunda enmienda de la Constitución, que garantiza “el derecho a la autoprotección”.
Sin acciones concretas, las palabras de Trump a Ava pierden aún más sentido si se contrastan con la efusiva defensa de la posesión de armas que ha hecho el republicano desde que llegó a Washington. “Tenéis un verdadero amigo y activista en la Casa Blanca. El Gobierno no tratará de menospreciar los derechos y libertades de los americanos, ni perseguirá a los que poseen armas dentro de la legalidad”, afirmó ante la NRA en un discurso el año pasado.
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