Merkel y Schulz aplazan la formación de un nuevo Gobierno otras 24 horas
Dos reivindicaciones socialdemócratas alargan la llegada del pacto por la gran coalición en Alemania
La presión que pesa sobre las tres formaciones políticas que negocian un acuerdo para formar un nuevo Gobierno en Alemania es enorme y todos los protagonistas desean poner fin a la parálisis política que vive el país desde hace más de cuatro meses. Sin embargo, Angela Merkel y sus socios bávaros (CDU/CSU) han vuelto a postergar este lunes 24 horas más las negociaciones con el líder socialdemócrata (SPD), Martin Schulz, para cerrar un pacto que haga posible otra gran coalición para los próximos cuatro años.
Desde el lunes por la mañana, la casa Willy Brandt, la sede del SPD en Berlín, se ha convertido en el epicentro de una carrera contra reloj para buscar el ansiado acuerdo que debía haberse anunciado el domingo pasado. Pese a que Merkel y Schulz habían logrado un acuerdo para poner fin a las políticas de austeridad en la Unión Europea, el socialdemócrata admitió que aún persistían serias diferencias con la canciller respecto a dos reivindicaciones de su partido: la reforma del sistema de salud para reducir las desigualdades entre los asegurados públicos y privados y la estricta supervisión de los contratos de trabajo de duración determinada.
Schulz, que tiene especial interés en obtener estas concesiones para no perder crédito ante sus electores y los miembros de su partido, dejó claro que su formación se tomaría todo el tiempo necesario para conseguir un acuerdo que debe ser “sólido”.
La resolución de las negociaciones para formar una nueva gran coalición por cuarta vez en la historia del país desde 1945 debe ser aprobada por las bases del SPD, donde existe una fuerte corriente contra el pacto con Angela Merkel. Por este motivo, una vez cerrado el acuerdo, el líder socialdemócrata tiene previsto iniciar una intensa campaña destinada a convencer a las juventudes del partido y a un amplio sector del ala de izquierda.
El pasado septiembre, el SPD obtuvo el peor resultado electoral de su historia, con un 20,5% de los votos. Pese a que Schulz prometió la noche de los comicios que su partido engrosaría las filas de la oposición en el Parlamento Federal, su posterior decisión de sentarse a la mesa de negociaciones ha provocado que los socialdemócratas sigan cayendo en las encuestas. Además, según un sondeo reciente, una gran mayoría de los militantes del SPD espera que su líder no acepte un ministerio y tampoco el cargo de vicecanciller en un hipotético nuevo Gobierno.
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