El SPD dice sí a Merkel

Con la aprobación ayer por mayoría del congreso del SPD, los socialdemócratas alemanes han dado luz verde a sus representantes para que acuerden la formación de un Gobierno de gran coalición con los democristianos de Angela Merkel. Se reedita así la fórmula que ha gobernado en Alemania durante los últimos años. Es una buena noticia porque promete estabilidad en el motor económico de la UE precisamente cuando debe afrontar cuestiones tan complicadas como el Brexit y la profundización de la Unión Econónica y Monetaria.

El acuerdo debe ser ahora ratificado por las bases en las próximas semanas —aunque los militantes solo votarán una vez que el programa de Gobierno esté listo— y si todo marcha según lo previsto probablemente haya un Gobierno en Alemania para Semana Santa. Se alejaría así la inestabilidad que generarían tanto un Gobierno democristiano en minoría como la posibilidad de una repetición electoral.

Cabe resaltar el sentido de Estado que han demostrado los líderes socialdemócratas alemanes. A pesar del descenso continuado de votos en los últimos años, en lugar de ceder a la tentación de la radicalización populista, han optado por una fórmula que antepone la estabilidad del país.

La decisión no ha sido fácil ni exenta de riesgos. Deja al partido dividido internamente —el resultado de la votación fue de 362 votos a favor sobre un total de 642— y, sobre todo, convierte a la extrema derecha xenófoba y antieuropeísta que representa Alternativa por Alemania (AfD) en el principal partido de la oposición. Toca ahora a Merkel ser generosa con sus socios, darles protagonismo en el nuevo Gobierno y atender a las políticas progresistas que defiende el SPD para que el electorado perciba la utilidad de votar a los socialdemócratas frente a la alternativa populista que ofrece la AfD.