El heredero del grupo Samsung sale en libertad tras quedar suspendida su condena por corrupción
El tribunal da la razón a Lee Jae-yong al considerar que no maniobró para encaminar su sucesión
Lee Jae-yong, el magnate surcoreano heredero del todopoderoso grupo Samsung, saldrá de la cárcel de forma inmediata. Un alto tribunal surcoreano ha rebajado y suspendido su pena de cinco años de prisión al exculparle de varios cargos por los que fue condenado el pasado agosto, principalmente los que le acusaron de haber formado parte de un mayúsculo escándalo de corrupción que afectó a la élite política y económica del país. Los jueces, tras analizar el recurso de apelación de Lee contra la sentencia de primera instancia, ordenaron la suspensión del fallo y libraron de culpa al empresario de cargos como soborno, malversación de fondos u ocultación de bienes en el extranjero. El tribunal rebajó la pena a dos años y medio de cárcel y concedió al empresario la libertad condicional tras haber permanecido prácticamente un año entre rejas.
Lee, de 50 años, fue declarado inicialmente culpable de haber sobornado con casi 6,5 millones de euros a Choi Soon-sil, amiga íntima de la expresidenta surcoreana Park Geun-hye, a cambio de que esta intercediera para lograr el visto bueno del Gobierno surcoreano a la fusión de dos filiales del grupo Samsung, una operación que fructificó y dejó a Lee en muy buena posición para convertirse en el heredero del inmenso conglomerado. Una trama que el anterior tribunal calificó como “el clásico ejemplo de compadreo entre el poder político y el capital”.
El empresario siempre negó estas acusaciones, y el alto tribunal le da ahora la razón al considerar que no maniobró para encaminar su sucesión en el grupo y, por lo tanto, “no hizo ninguna solicitud explícita o implícita” en este sentido a la expresidenta Park ni recibió beneficio alguno del Gobierno, informa la agencia surcoreana Yonhap.
Lee, formalmente vicepresidente de Samsung Electronics, se convirtió de facto en la cabeza pensante del conglomerado en 2014, cuando su padre Lee Kun-hee quedó incapacitado tras sufrir un infarto. El considerado como hombre más poderoso de Corea del Sur fue detenido en febrero de 2017 y encarcelado de forma preventiva. Durante el juicio, celebrado el pasado verano, la Fiscalía pidió 12 años de cárcel al acusarle de haber pagado sobornos por valor de 32 millones de euros.
Durante el proceso, Lee confirmó que Samsung realizó pagos ilícitos a Choi, pero aseguró que lo hizo por la presión de Park. La defensa ha basado su argumentación en el hecho de que no hay pruebas concluyentes que relacionen estas transferencias con la fusión entre las dos filiales del grupo, una operación realizada “bajo criterios estrictamente empresariales”, según los letrados. Se espera que la Fiscalía recurra esta decisión ante el Tribunal Supremo del país asiático.
Las investigaciones del caso y las manifestaciones multitudinarias en Seúl contra el anterior Ejecutivo acabaron por apartar del poder a la expresidenta Park, que permanece a la espera de que se resuelva su proceso judicial. La anterior jefa de Estado surcoreana está acusada de soborno, abuso de poder y coerción. El tribunal de apelación dio este lunes un mazazo a su causa al cargar de culpa tanto a ella como a Choi, acusándolas de coludir para forzar a los grandes conglomerados a darles dinero.
El giro de la justicia, aunque esperado por algunos expertos, ha sorprendido a la mayoría de la opinión pública surcoreana, que veía en este proceso la esperanza de que un castigo duro sentara precedente y acabara con los privilegios hacia las grandes empresas surcoreanas, conocidas como chaebol. El actual presidente, Moon Jae-in, ganó las últimas elecciones con la promesa de hacer limpieza y reformar estos grandes conglomerados para reducir su influencia sobre la política. Pero el periplo judicial del empresario surcoreano recuerda más a tiempos pasados: su padre, Lee Kun-hee, también fue declarado culpable en dos ocasiones por sobornos, pero en ambos casos terminó con sentencias más reducidas tras apelarlas y finalmente recibió el perdón presidencial. Los surcoreanos, al ver como la historia parcialmente se repite, comentaron la decisión de la Justicia en las redes sociales con la ilustrativa etiqueta “República de Samsung”.
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