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Los socialistas franceses se ven obligados a hacer caja con la venta de su sede

El emblemático palacete parisino fue adquirido por François Mitterrand en 1981 y ha sido vendido por 45,5 millones de euros

La recién vendida sede del Partido Socialista francés en la calle Solférino
La recién vendida sede del Partido Socialista francés en la calle SolférinoCHRISTOPHE PETIT TESSON (EFE)
Silvia Ayuso

Los socialistas franceses ya tienen fecha de mudanza. Como muy tarde, el 30 de septiembre de 2018 deberán haber hecho las maletas y cajas y haber despejado su emblemática sede parisina, el palacete en el número 10 de la calle Solférino adquirido por François Mitterrand en 1981, y vendido ahora a una promotora inmobiliaria especializada en centros comerciales por 45,5 millones de euros.

Pero por muy jugosa que sea la cifra, incluso en el ya de por sí exagerado mercado inmobiliario parisino —donde el metro cuadrado ronda los 10.000 euros de media— la venta es un trago amargo para el partido que hace solo un año dominaba aún el Elíseo y el Parlamento.

El que fuera símbolo del poder socialista durante décadas se había convertido en una imposible carga tras la debacle electoral de este 2017 que ahora acaba, en el que el PS obtuvo los peores resultados de su historia reciente. Algo que no solo ha provocado una profunda crisis de la formación, descabezada desde hace meses y sin visos aún de recomponerse. También dejó un profundo agujero financiero que con esta operación inmobiliaria se pretende subsanar, al menos en parte.

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Debido a la fuerte pérdida de escaños en la Asamblea Nacional —tiene 250 diputados menos desde las legislativas de junio— el PS ha pasado de recibir 27 millones de euros de financiación pública el año pasado a solo siete millones anuales durante este quinquenio. Solo el mantenimiento del palacete de más de 3.000 metros cuadrados en el elegante distrito VII de París, en la rive gauche, la orilla izquierda del Sena, muy cerca de la Asamblea Nacional, costaba un millón de euros anuales. En vista de que el PS no va a poder conservar ni siquiera a todos sus empleados —según Le Monde solo mantendrá 42 de los cien puestos fijos que tenía—, su venta, aunque “dolorosa”, según reconocieron los socialistas cuando aprobaron la operación en septiembre, se hacía necesaria.

La decisión de vender fue tomada exclusivamente “por motivos financieros”, reconoció el Partido Socialista al revelar ahora la consumación de la transacción. Sin embargo, agregó en un comunicado, también hay razones “políticas”: se trata de una oportunidad, consideran los socialistas, de buscar una nueva sede “adaptada a un partido refundado”.

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Una refundación que todavía tardará en realizarse. La fecha del congreso socialista se ha fijado para comienzos de abril. No hay un líder claro en una formación que, según un sondeo publicado esta semana por el diario Libération, el 56% de los franceses cree que está abocada a desaparecer del paisaje político.

Solférino seguirá sin embargo ahí. ¿Pero de qué manera? Tras conocerse que tras la venta está Apsys, una empresa conocida por aparecer en los Panama Papers y por construir centros comerciales, el temor a que el emblemático palacete socialista se convierta en una sede de comercios de lujo fue muy real. La compañía sin embargo ha asegurado que su intención es establecer allí su sede social. En cualquier caso, Solférino no volverá a significar lo mismo.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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