Los socialistas franceses ponen a la venta su sede en Solférino
La decisión se ha tomado tras la debacle electoral, que dejó al partido con los fondos muy mermados
El Partido Socialista (PS) francés va a desprenderse de uno de sus grandes símbolos, su mítica sede en el número 10 de la calle Solférino, en la orilla izquierda del Sena, a pocos pasos de la Asamblea Nacional y del Musée d’Orsay. No se trata de una renovación de imagen tras la debacle electoral, sino de mera supervivencia de la formación política que, tras sus pésimos resultados en las urnas, tiene que ahorrar dinero de donde sea. Y el elegante palacete de 3.000 metros cuadrados adquirido por François Mitterrand hace casi cuatro décadas en el acomodado distrito VII de París es una fuente segura —y jugosa— de ingresos.
“El PS ha tomado la decisión de principio de poner a la venta la sede de Solférino”, anunció la noche del martes en rueda de prensa el tesorero de la formación socialista, Jean-François Debat.
La “difícil” decisión, como la calificó Debat, de colgar el cartel de “se vende” en un edificio tan simbólico para la formación fue tomada por el buró nacional del PS y deberá ser ratificada por el consejo nacional del partido, convocado para el 30 de septiembre. Pero pocos creen que este órgano, algo así como el parlamento de la formación, vaya, o pueda, echarse atrás. Porque los socialistas tienen que buscar fondos de donde sea. El partido que estuvo en el Gobierno desde 2012 y dominó la Asamblea Nacional durante los últimos cinco años no ha parado de recibir golpes. Primero, su candidato presidencial, Benoît Hamon, no consiguió ni siquiera clasificarse para la segunda vuelta. La formación siguió perdiendo votos en las legislativas de junio, que le dejaron con solo 30 diputados, frente a los 284 que tuvo en el último quinquenio.
Y la debacle no es solo política, también es económica. En Francia, las dotaciones económicas públicas a los partidos están condicionadas a sus resultados electorales, sobre todo los legislativos. Y la pérdida de diputados conlleva una fuerte pérdida de fondos: de 27 millones anuales, el PS pasará a recibir solo 7 millones al año, según confirmó el tesorero del PS. Dicho de otra manera: los socialistas deberán aprender a vivir con cien millones menos de presupuesto este quinquenio.
Unas finanzas que no permiten seguir contando con una sede como la de Solférino, cuyo mantenimiento, reveló Debat, cuesta alrededor de un millón de euros al año.
El tesorero no quiso revelar el precio de venta. Sin embargo, según la prensa francesa, el lujoso palacete podría costar entre 40 y 70 millones de euros. Un dinero que a los socialistas le vendría muy bien para continuar su buscada “refundación” que, según insistió Debat, puede hacerse en otro lugar, aunque no sea tan histórico como Solférino.
La venta de la sede es “el fin de una época, de una era”, reconoció Debat. “Pero también hay que admitir —continuó— que la refundación se puede hacer en otro lugar”. Aunque desde 1981 Soférino ha sido sinónimo del PS, al fin y al cabo “es un edificio, son muros”, insistió el dirigente socialista, que llamó a “no dramatizar” un paso que intentó presentar una y otra vez como “una decisión política para preparar el futuro” de una formación que lleva meses buscando la forma de renovarse y volver a ser una voz contundente en la esfera política francesa.
La idea de vender Solférino, adquirida por Mitterrand en 1980, no es nueva. Ya la propuso Ségolène Royal en 2008. Y los rumores de su posible venta o alquiler circulaban desde que las legislativas de junio confirmaron los peores temores financieros de los socialistas. Incluso un bromista colocó un anuncio de venta en una de las páginas web inmobiliarias de París a finales de junio. La próxima vez, será un anuncio de verdad.
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