Corea del Sur aprueba nuevas sanciones contra Pyongyang antes de la llegada de Trump
Con esta medida, Seúl responde al desarrollo del programa nuclear y de misiles de Corea del Norte
Corea del Sur ha anunciado este lunes que impondrá nuevas sanciones unilaterales contra Corea del Norte en respuesta al desarrollo de su programa nuclear y de misiles. La decisión se ha tomado la víspera de la llegada del presidente de EE UU, Donald Trump, a Seúl.
La medida prohíbe transacciones con 18 norcoreanos pertenecientes a cinco entidades bancarias estatales con operaciones en el exterior y supuestamente vinculadas a los programas de armas del régimen, según se explica en un boletín oficial del Gobierno surcoreano.
Las sanciones tienen en realidad un valor simbólico, puesto que las transacciones entre los dos países vecinos -que técnicamente se mantienen en guerra desde hace casi siete décadas- están prohibidas desde hace años.
La aprobación de este nuevo paquete de sanciones unilateral se produce un día antes de que aterrice en Corea del Sur el presidente estadounidense Donald Trump en el marco de su gira asiática, en la que la actual crisis con Corea del Norte juega un papel central.
Trump, tras su llegada a Japón este domingo, volvió a endurecer el tono con Pyongyang al advertir que "ningún régimen y ningún dictador deberían subestimar la determinación de EE UU". Por su parte, Seúl espera con esta nueva medida subrayar nuevamente el mensaje del actual Gobierno del presidente liberal Moon Jae-in, que pasa por la necesidad de endurecer los castigos contra el régimen de Kim Jong-un para lograr que retorne a las negociaciones sobre su desnuclearización.
Los 18 individuos de esta nueva lista surcoreana ya fueron incluidos por el Gobierno estadounidense en un paquete de sanciones aprobado a finales de septiembre en respuesta a la prueba nuclear que Pyongyang llevó a cabo a principios de ese mismo mes.
Los movimientos de Seúl y Washington están en sintonía con la resolución 2375 del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas, aprobada para penalizar precisamente el mencionado ensayo atómico y que es hasta la fecha el castigo más duro activado contra el régimen de los Kim.
Las continuas pruebas de armas de Pyongyang, unidas a la dura retórica del mandatario estadounidense, han elevado la tensión en la península a cotas no vistas desde el fin de la Guerra de Corea (1950-1953).
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