La conservadora Erna Solberg repite mandato al frente de Noruega

Erna de hierro. Así se conoce en Noruega a la primera ministra conservadora, Erna Solberg, que a partir de este lunes repetirá mandato por segunda vez consecutiva al frente del país más feliz del mundo.

El bloque conservador conformado por el Partido de Solberg (Høyre), los populistas xenófobos del Partido del Progreso (Fremskrittspartiet), el partido Liberal (Venstre) y los democristianos (Kristelig Folkeparti) ha obtenido la mayoría absoluta de 89 asientos en un Parlamento de 169 escaños. A pesar de ello, el Partido Laborista, liderado por Jonas Gahr Støre, es el que ha conseguido más porcentaje de voto (27,4%), pero no podrá gobernar porque el juego de alianzas no le otorga los escaños suficientes para hacerse con la mayoría necesaria en la Cámara conocida como Storting.

"Tenemos que ser un poco prudentes, pero parece que tendremos una mayoría no socialista", expresó Solberg a última hora de la noche poco después de conocerse los resultados preeliminares que daban una participación de casi el 78%, un punto por debajo que en los pasados comicios hace cuatro años. Para Støre, los resultados son "decepcionantes", dijo. Los Laboristas, a pesar de que siguen siendo la fuerza más votada, han sufrido el segundo descalabro electoral, esta vez perdiendo seis escaños (49 frente a los 55 de los anteriores comicios). Los conservadores, en cambio, han perdido la mitad.

Los populistas del Partido del Progreso quedarían prácticamente igual que en los comicios pasados de 2013 y sufren la pérdida de tan solo un escaño con un porcentaje de voto que se mantiene en el 15%, según datos de la Oficina Electoral. Los grandes ganadores en estas elecciones son el Partido de Centro, que ha subido ocho escaños, y los Socialistas, que incrementan en cuatro sitios su presencia en el Parlamento de uno de los países más ricos del mundo. Se trata de una fuerza muy presente en las zonas rurales del país y antieuropeísta declarado, aunque la pertenencia o no a la UE ha estado ausente en la campaña y según analistas como Christophe Hillion, del Instituto Noruego de Asuntos Internacionales, ni siquiera estará en la agenda política de esta legislatura porque la mayoría de la población tiene claro que por el momento no desea entrar en el club comunitario. Los Verdes y los comunistas del Partido Rojo se quedan fuera de la Cámara por no haber conseguido reunir el 4% de los votos que estipula el umbral electoral en el país escandinavo.

Solberg se enfrentaba en las urnas a una legislatura complicada en cuanto a tres temas principales, según los analistas: la crisis del petróleo —que obligó al Gobierno a hacer uso del mayor fondo soberano del mundo—, la inmigración y la crisis de refugiados en Europa y las prospecciones petrolíferas en el Ártico. "Nos hemos encontrado con desafíos y ahora hemos ganado la confianza de la gente durante los próximos cuatro años", señaló con indudable seguridad la conservadora. 

De confirmarse, pues, la coalición de derechas de la nueva legislatura, se esperan nuevas rebajas fiscales, la continuidad de las políticas de extracción de crudo y unas duras medidas antiinmigración promovidas por el ala más reaccionaria del Ejecutivo: el Partido del Progreso.