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‘Kwassa kwassa’, la broma sin gracia sobre inmigrantes de Macron

El presidente francés, criticado por reírse a costa de una embarcación usada por inmigrantes africanos

Silvia Ayuso
Macron en una visita a un barco de rescate marítimo, la semana pasada
Macron en una visita a un barco de rescate marítimo, la semana pasada STEPHANE MAHE (REUTERS)

Una broma desafortunada ha venido a manchar la hasta ahora aplaudida política de comunicación del presidente francés, Emmanuel Macron. Su comentario en torno a las kwassa kwassa, precarias embarcaciones de la zona de las Comores que, por su uso para llegar a Mayotte, territorio francés, son un símbolo de la arriesgada inmigración ilegal por mar, ha recibido tantas críticas en los últimos días que el Elíseo ha tenido que echar marcha atrás. Primero, reconoció en los pasados días que el presidente no estuvo muy afortunado cuando hizo ese comentario, la semana pasada. Y este lunes fue el propio Macron el que habló con su par de Comores, Assoumani Azali, para “calmar” los ánimos de una comunidad que se ha sentido insultada con unos comentarios “desconsiderados”.

El presidente francés culminaba la noche del jueves con solo cinco palabras una exitosa estrategia diplomática que también incluyó un calculado apretón de manos con su par estadounidense, Donald Trump. “Make the planet great again”, dijo Macron en inglés parafraseando el lema de Trump “Make America great again” (Hacer América grande de nuevo), al final de su dura respuesta a la decisión de Washington de retirarse del Acuerdo de París. La frase, rápidamente tuiteada por el propio Macron, se hizo viral en poco tiempo y puso al presidente francés a la cabeza de la respuesta internacional a la política de Trump.

Pero cuando los franceses todavía se felicitaban por la agudeza de su presidente, la cadena TMC retransmitía, la noche del viernes, un desliz de Macron. El mandatario visitaba el 1 de junio el Centro regional de vigilancia y salvamento en el Atlántico (Cross) en Etel, en Bretaña, cuando, en una charla distendida sobre las diferentes embarcaciones usadas por los migrantes, hizo su desafortunada broma. Intentando mostrar su conocimiento en la materia, Macron interrumpe a su interlocutor, que le hablaba de tapouilles, unas embarcaciones de pesca típicas de Guyana, y de kwassa kwassa, en el sureste de África, precisando: “Las kwassa kwassa están en Mayotte”, la isla francesa vecina a Comores. El problema fue lo que agregó a continuación. “Pero las kwassa kwassa pescan poco, sirven para llevar a comorenses, eso es diferente”, dijo riéndose.

En el vídeo se puede ver que, aunque algunos sonríen ante su broma, las palabras del presidente crearon inmediatamente un momento incómodo. Quizás consciente de ello, Macron intentó romper el hielo agregando un comentario más inocuo: “Las tapouilles son (barcos) camaroneros”.

Las kwassa kwassa son, en el océano Índico, lo que que los cayucos o las pateras representan en el Mediterráneo. Cada año, cientos de personas pierden la vida intentando atravesar en estas embarcaciones los 70 kilómetros que separan las Comores de la isla de Mayotte, un departamento francés desde 2011 y, desde 2014, parte también de la Unión Europea. Según datos del Senado francés de 2012, desde 1995 y hasta ese año, entre 7.000 y 10.000 comorenses murieron cuando se hundieron las kwassa kwassa en las que intentaban llegar a Mayotte. Desde entonces, la cifra no ha dejado de aumentar, en una tragedia migratoria que es un espejo de la que se vive en el Mediterráneo.

Lo que tampoco ha dejado de crecer es la reacción negativa que ha provocado la broma de Macron, sobre todo en plena campaña por las legislativas que comienzan este domingo. “Es una forma de desprecio de clase”, criticó el líder izquierdista Jean-Luc Mélenchon. “Indigno”, condenó Pierre Laurent, secretario nacional del Partido Comunista de Francia, recuerda el diario Libération. François Baroin, jefe de filas de Los Republicanos para las legislativas, dijo a la agencia France Presse que se trata de una broma preocupante. “Es chocante, sobre todo cuando se es presidente”, subrayó. La exministra de Ecología del Gobierno de Nicolas Sarkozy, Cécile Duflot, consideraba por su parte que si hubiera sido el expresidente conservador el que dijera algo así, “el escándalo habría sido gigantesco”.

Consciente de la metedura de pata, fuentes del Elíseo reconocieron durante el fin de semana que “fue una broma poco afortunada sobre un tema serio” del que el presidente es “plenamente consciente” y que por ello “es completamente lamentable e inapropiado”.

Unas explicaciones que no fueron suficientes para las autoridades de Comores, que finalmente han logrado poner al teléfono al propio Macron. Según cita AFP al Elíseo, en la charla “cordial” ambos presidentes acordaron este lunes “reforzar la cooperación” bilateral para “impedir nuevos dramas humanos”, para lo que se celebrará una reunión próximamente del Alto Consejo franco-comorense para abordar “los desafíos de seguridad y de desarrollo” compartidos.

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Sobre la firma

Silvia Ayuso
Corresponsal en Bruselas, después de contar Francia durante un lustro desde París. Se incorporó al equipo de EL PAÍS en Washington en 2014. Licenciada en Periodismo por la Universidad Complutense de Madrid, comenzó su carrera en la agencia Efe y continuó en la alemana Dpa, para la que fue corresponsal en Santiago de Chile, La Habana y Washington.

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