Incidente racista: hallan una soga en el Museo Afroamericano de Washington
Es el último episodio en pocos días en Estados Unidos con simbología contra la población negra
Alguien entró el miércoles en el Museo Nacional de Historia y Cultura Afroamericana, en Washington, subió hasta la segunda planta, entró en la galería sobre segregación de la población negra, dejó una soga y se marchó. El episodio reaviva los peores fantasmas del racismo que siguen sacudiendo Estados Unidos y se suma a otros incidentes racistas recientes en la capital norteamericana y en el país. Las autoridades han abierto una investigación.
La policía encontró el pasado sábado una soga colgando de un árbol frente al museo de arte moderno Hirshhorn, situado también en la explanada del National Mall. A principios de abril, se hallaron plátanos colgando de sogas en el campus de la American University, en Washington, el mismo día en que la primera mujer negra asumió la presidencia del órgano estudiantil del centro.
El trasfondo histórico detrás de esos actos racistas es inequívoco. Las sogas colgadas de árboles eran uno de los métodos que utilizaban en el pasado los supremacistas para ejecutar a negros en EE UU.
Desde la victoria electoral de Donald Trump en noviembre, el Southern Poverty Law Center, la institución de referencia en el estudio del extremismo en EE UU, alerta de un efecto Trump que ha alentado los ataques discriminatorios en el país. Atribuye el crecimiento en 2016 por segundo año consecutivo del número de grupos de odio a que la derecha radical se siente “energizada” por Trump.
El republicano, que en febrero visitó el museo afroamericano, ha lanzado guiños a la derecha racista, que se siente reforzada tras su éxito electoral por las coincidencias con su retórica contra la inmigración y la corrección política.
A mediados de mayo, Richard Spencer, un supremacista blanco que elogió la victoria de Trump, encabezó una protesta en Virginia con antorchas de fuego —como las que usaba el Ku Klux Klan— contra la retirada de una estatua de un general de la Confederación de Estados esclavistas durante la guerra civil.
El fantasma de los linchamientos
Se estima que entre 1877 y 1950, entre los fines de la Guerra Civil y la Segunda Guerra Mundial, murieron unos 4.000 negros en “linchamientos raciales” en el sur de EE UU, donde se concentraba la mayor parte de la población afroamericana y donde fue legal y extendida la segregación racial hasta 1964.
La estimación procede de una investigación en 2015 de la organización Equal Justice Initiative, que aumenta los cálculos conocidos hasta entonces. El objetivo de las ejecuciones extrajudiciales era mantener el “control racial” de los blancos “al victimizar a toda la comunidad afroamericana” ante cualquier tentación de rebelarse contra la élite blanca que regía sus vidas.
El Museo Nacional Afroamericano de Washington abrió sus puertas el pasado septiembre. Al acto de inauguración acudieron el entonces presidente Barack Obama y su antecesor George W. Bush. Es el primer museo público de los que hay en el Mall que aborda la historia de discriminación de la población negra.
“La familia Smithsonian permanece unida en la condena a este acto de odio e intolerancia, especialmente repugnante en un museo que afirma y celebra los valores estadounidenses de inclusión y diversidad”, señaló David J. Skorton, responsable de la Smithsonian Institution, en un comunicado tras el hallazgo de la soga.
“La soga ha representado durante tiempo un acto deplorable de cobardía y depravación, un símbolo de violencia extrema contra los afroamericanos”, dijo Lonnie Bunch, el director fundador del museo. “El incidente es un recordatorio doloroso de los desafíos que continúan afrontando los afroamericanos. Es un acto horrible pero un duro recordatorio de por qué nuestro trabajo es tan importante”.
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