La UE ofrece sus buenos oficios para desbloquear la crisis de Yemen
“No podemos dejar que Saná se convierta en otro Alepo”, advierte la embajadora europea en el país árabe
La guerra de Yemen ha entrado en su tercer año en medio de la más absoluta desesperanza. La ONU, cuya mediación ha fracasado hasta ahora, alerta de la falta de alimentos y medicinas que sufren dos tercios de los yemeníes. El inminente asalto al puerto de Hodeida por parte de la coalición árabe que apoya al Gobierno internacionalmente reconocido hace temer que se agrave la catástrofe humanitaria, ya que se trata del último acceso al mar en manos de los rebeldes. La Unión Europea acaba de ofrecer sus buenos oficios para buscar una salida. “No podemos dejar que Saná se convierta en otro Alepo”, defiende su embajadora para Yemen, la española Antonia Calvo.
La advertencia no es exagerada. De los 26 millones de habitantes que Yemen tenía antes de la guerra, al menos 17 millones dependen de la asistencia exterior para sobrevivir (y de ellos 7,3 millones corren el riesgo de morir por falta de alimentos). La mayoría se halla en el noroeste del país, en la zona bajo control de los rebeldes, una alianza entre la milicia Huthi y la parte del Ejército leal al expresidente Ali Abdalá Saleh, para quienes el puerto de Hodeida es la única salida al exterior y la puerta de entrada del 70 % de la ayuda humanitaria y productos básicos. Ante el temor de que también lo sea de armas iraníes, la coalición que dirige Arabia Saudí estableció primero un bloqueo naval y ahora planea tomarlo.
“El objetivo es sellar la costa para obligar a los rebeldes a negociar una rendición”, interpreta un analista. Pero después de resistir dos años los bombardeos de una fuerza muy superior, los Huthi (un grupo que se atribuye la representación de la comunidad chií zaydí) no parecen dispuestos a capitular, e incluso han dado pruebas de querer llevar la batalla a suelo saudí. “A ninguna de las partes le importa que la población se muera de hambre”, asegura la fuente.
En medio de esa dinámica diabólica, el Consejo de la UE anunció a principios de abril que va a aumentar su apoyo a Naciones Unidas en la búsqueda de un arreglo político a la crisis de Yemen, e incrementar su ayuda humanitaria a la población en todo el país. La embajadora Calvo se encontraba en Abu Dhabi, la capital de Emiratos Árabes Unidos (EAU), primera escala de una gira regional para explicar los planes europeos a los implicados en el conflicto. EAU es el principal socio de Arabia Saudí en la coalición, y las fuerzas yemeníes que coordina y financia controlan el sur y el este de Yemen.
“Nuestras propuestas están teniendo buena acogida”, asegura a EL PAÍS.
Los dos elementos clave de la estrategia europea son un debate interyemení sobre seguridad local y un diálogo regional al margen de los canales oficiales, lo que en la jerga política se llama diplomacia oficiosa (track two diplomacy). Ambos están programados para el próximo mes de mayo. El primero, que podría celebrarse en una ciudad española, va a tratar sobre la necesidad de reconciliación e incluirá a partidos políticos, empresarios y a algunos gobernadores y líderes tribales especialmente influyentes. El segundo, en Abu Dhabi, será un seminario de alto nivel sobre el estrecho de Bab el Mandeb, la vía de agua que comunica el mar Rojo con el océano Índico y cuya seguridad está amenazada por la inestabilidad en Yemen.
Otras iniciativas previstas, y que como las anteriores ya tienen asegurada la financiación, son un foro para debatir las prioridades económicas y de desarrollo, una conferencia tribal, un encuentro de paz para jóvenes y el relanzamiento de los comités para reducir la tensión miliar. La UE ya organizó el año pasado en Kuwait un primer contacto entre militares de ambos bandos para establecer medidas de confianza ante las conversaciones de paz apadrinadas por la ONU. Pero el fracaso de éstas dejó ese proyecto en el aire.
“Por supuesto, los comités para reducir la tensión militar no pueden ponerse en marcha hasta que no haya un alto el fuego, pero eso no significa que entretanto tengamos que quedarnos de brazos cruzados”, señala Calvo. Mientras sus planes de diplomacia paralela echan a andar, la delegación de la UE también ha lanzado un proyecto de seguridad alimentaria y otro de salud. “La guerra tendrá que acabar algún día y debemos apoyar a los yemeníes para que sea cuanto antes”, concluye.
El International Crisis Group (ICG), un centro de análisis para la resolución de conflictos, considera que la UE está “bien situada para ayudar a reconstruir la credibilidad del diálogo que promueve la ONU y empujar a las partes hacia un arreglo”. Bruselas ha defendido de forma continuada la urgencia de un alto el fuego y una solución política bajo los auspicios de Naciones Unidas, evitando tomar parte por ninguno de los beligerantes y manteniendo canales de comunicación con todos ellos.
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