Acusan de plagio al juez nombrado por Trump para el Tribunal Supremo
El juez Neil Gorsuch está atrapado en una dura batalla entre demócratas y republicanos por su confirmación, prevista para el viernes
La imagen de Neil Gorsuch como candidato intachable empieza a resquebrajarse. El juez federal, nombrado por Donald Trump para ocupar un cargo vitalicio en el Tribunal Supremo, ha sido acusado de plagio apenas dos días antes de que se celebre la votación en el Senado para confirmar su puesto. Gorsuch es además el protagonista entre una dura batalla entre demócratas y republicanos que amenaza con dividir la cámara legislativa durante los próximos años.
Las primeras alegaciones de plagio las publicó Buzzfeed el martes por la noche. POLITICO se sumó poco después con imágenes que muestran el original que habría plagiado Gorsuch y el texto de éste, publicado varios años después. La Casa Blanca ha negado las acusaciones, pero no ha podido aplacar las dudas sobre las credenciales de Gorsuch. El juez federal, con más de una década de experiencia en la Corte de Apelaciones, ha sido alabado precisamente por la calidad de sus textos legales y sentencias.
Las acusaciones alegan que Gorsuch copió casi literalmente un artículo publicado en 1984 en el Indiana Law Journal. Esos párrafos aparecieron en su libro de 2006 sobre la eutanasia, una obra que está considerada como el manual de referencia en el campo del suicidio asistido. “En otros pasajes de ese libro y en un artículo publicado en 2000, Gorsuch se apropió de las ideas, citas y estructuras de textos académicos y de investigación sin citar sus fuentes”, agrega POLITICO.
La Casa Blanca respondió en un comunicado que se trata de un “ataque falso” y que ha sido refutado por varios expertos, “incluidos aquellos que revisaron, examinaron y editaron los textos académicos del juez Gorsuch”. El portavoz Steven Cheung añadió que la única explicación de estas acusaciones es “justificar con calumnias de última hora el esfuerzo para bloquear a un nominado al Tribunal Supremo”.
La Administración Trump ha enviado a varios medios estadounidenses las declaraciones de la autora del texto original supuestamente plagiado por Gorsuch. Abigail Lawlis Kuzma, que hoy ocupa el cargo de asistente del fiscal general de Indiana, considera que “no hay un conflicto a pesar de que el lenguaje sea similar”. “Los pasajes son factuales, no analíticos. Habría sido muy difícil y extraño que el juez Gorsuch tuviera que utilizar un lenguaje distinto.
Entre los defensores de Gorsuch se encuentran desde Kuzma o el supervisor de su tesis hasta el responsable de la editorial que publicó su libro. Ellos aportan dos argumentos. El primero es que el juez estaba simplemente reiterando los hechos de un caso judicial, pero no los argumentos ni los análisis de la autora, por lo que no constituye un plagio. El segundo es que las citaciones en los textos legales están sujetos a criterios distintos que los de otros trabajos académicos.
Sin embargo, medios como POLITICO y Buzzfeed cuentan con testimonios de expertos que aseguran que el trabajo de Gorsuch no hubiera superado el criterio impuesto por numerosas universidades. “Cada uno de estos ejemplos constituyen una violación de la ética académica”, afirma la profesora de Syracuse Rebecca Moore. “Nunca he visto un código contra el plagio que no estaría incumpliendo”.
Las acusaciones contra Gorsuch coinciden con una intensa pelea en el Senado con motivo de su ratificación para el Supremo. Los senadores demócratas, a pesar de estar en minoría, han lanzado una iniciativa para bloquear el voto de su confirmación. La estrategia se conoce como “filibuster” y permite a cualquier senador tomar el turno de palabra en el pleno durante el tiempo que aguante —el primero de ellos ha cumplido ya más de 15 horas de intervención.
Los demócratas anunciaron además este lunes que rechazarán el nombramiento de Gorsuch, que necesita 60 votos para ser confirmado en el cargo. Como los republicanos solo cuentan con 52 senadores —de un total de 100—, el líder de la mayoría republicana, Mitch McConnell, ha amenazado con invocar la conocida como opción “nuclear”. Esto permitiría a Gorsuch sacar adelante la votación con una mayoría simple (51 votos), pero también creará un antes y un después en la Cámara.
El juez federal puede convertirse en el primero de los 16 últimos miembros del Supremo que no cuenta con un apoyo suficiente de los dos partidos políticos. La opción “nuclear”, además, no se ha empleado hasta ahora en el caso de un nombramiento al Supremo, por lo que los demócratas temen que sirva para nominar en un futuro a candidatos mucho más radicales ya que no será necesario que convenzan a senadores de todos los sectores para ser confirmados.
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