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Alemania admite que 224 islamistas “potencialmente peligrosos” aún viven en el país

Algunos afrontan una expulsión inmediata que no se puede poner en práctica por la falta de documentos

Un policía alemán vigila la Puerta de Brandeburgo, en Nochevieja.
Un policía alemán vigila la Puerta de Brandeburgo, en Nochevieja.FABRIZIO BENSCH (REUTERS)

Las autoridades alemanas encargadas de velar por la seguridad en el país reconocieron este domingo que tienen clasificadas a 224 personas como gefährder (islamistas potencialmente peligrosos), que aún residen en Alemania. A 62 de estas personas les ha sido rechazada la petición de asilo que presentaron, una realidad que les confronta a una expulsión inmediata que aún no se puede poner en práctica porque carecen de documentos válidos, según ha informado la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA).

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La denominación de gefährder se aplica a las personas que, en opinión de la policía o de los servicios secretos, son personas susceptibles de cometer “delitos de motivación política de considerable importancia”, como fue el caso de Anis Amri, el tunecino de 24 años, que atacó con un camión de alto tonelaje un mercadillo navideño, el 19 de diciembre pasado en Berlín.

Amri había sido clasificado por las autoridades alemanas como una amenaza terrorista en febrero del año pasado y, en el mes de junio de ese año, las autoridades denegaron su solicitud de asilo y el terrorista fue trasladado a un centro de detención de refugiados para deportarle. Pero Amri fue puesto en libertad al cabo de un par de días, porque no tenía pasaporte y las autoridades tunecinas no lo reconocían como ciudadano de ese país.

Amri también había sido investigado por terrorismo y aunque existían muchas evidencias de su vinculación con el islamismo radical, nunca presentaron cargos en su contra, porque carecían de pruebas fehacientes para dictar una orden de arresto.

El atentado en Berlín, en el que murieron doce personas y otras 48 resultaron gravemente heridas, puso en evidencia que los organismos de seguridad no supieron detectar el peligro que representaba Amri para el país y admitieron que el terrorista había desaparecido del radar de la policía poco después de que las autoridades rechazaran su petición de asilo, una medida que debería haber concluido con la deportación del tunecino.

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La certeza de que en Alemania aún viven 224 gefährder ha vuelto a revivir en Alemania el debate sobre la eficacia de los organismos de seguridad y las barreras legales que tienen, para actuar de forma rápida y eficaz y expulsar del país a las personas que han sido clasificadas como “islamistas potencialmente peligrosos”.

Las autoridades también han reconocido de mala gana que las personas clasificadas como gefährder y que no están encarceladas deberían están bajo una estricta vigilancia policial, pero la observación no funciona debido a la escasez de personal. Desde este domingo, la opinión publica sabe ahora, gracias a sendas iniciativas del periódico Welt am Sonntag y de la agencia de noticias, DPA, que solicitaron información a la Oficina Federal de Investigación Criminal (BKA), sobre el número de islamistas peligrosos que aún residen en el país, que 224 personas podrían llevar a cabo un atentado y que otras 62 deberían ser expulsadas, pero siguen en libertad.

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