Trump presiona para frenar en la ONU el voto sobre los asentamientos israelíes
Netanyahu recurrió al presidente electo para que Egipto retirara la propuesta pero cuatro países vuelven a plantearla
Cuatro países –Nueva Zelanda, Venezuela, Malasia y Senegal– han vuelto a plantear ante el Consejo de Seguridad de la ONU una resolución de condena a los asentamientos judíos en territorios ocupados palestinos después de que Egipto la retirara tras las presiones del presidente electo de Estados Unidos, Donald Trump a petición de Israel. Bajo la presidencia española por turno en el Consejo, el inicio del debate previo a la votación de la resolución está previsto este viernes a las 14.00, hora de la costa este norteamericana (las 19.00 GMT, 20.00 hora peninsular española). El borrador de la iniciativa establece que “los asentamientos israelíes en territorios palestinos, incluido Jerusalén Este, no tienen validez legal” (…) “y su actividad debe cesar inmediatamente". Fuentes del Gobierno de Israel aseguraron que si se confirma que la Administración del presidente Barack Obama no ejerce el derecho de veto y permite la aprobación del texto, ello supondrá un "abandono" del Estado judío por parte de Washington.
Trump parecía haber reforzado con sus gestiones la relación entre Estados Unidos e Israel tras ocho años de desavenencias entre Obama y el primer ministro Benjamín Netanyahu. Cuatro semanas antes de tomar posesión del cargo, el presidente electo republicano había subido el jueves por primera vez a la escena internacional para pedir al mandatario demócrata que vetase la propuesta de resolución contra los asentamientos ante el Consejo de Seguridad. Pocas horas antes de que se sometiera a votación en la tarde del jueves la iniciativa original de El Cairo, Trump telefoneó al presidente egipcio, Abdelfatá al Sisi, quien poco después ordenó la retirada del texto “para efectuar nuevas consultas”, lo que forzó un aplazamiento indefinido de la sesión.
La Administración del presidente Obama ha defendido la solución de los dos Estados y se ha opuesto a la expansión de las colonias. La Casa Blanca impulsó negociaciones de paz entre israelíes y palestinos a partir de 2012, pero el diálogo directo entre ambas partes permanece roto desde 2014. Un alto responsable del Gobierno israelí dijo a Reuters que sospechaba que el actual Gobierno de Estados Unidos había actuado de forma coordinada con los palestinos para organizar una “emboscada vergonzosa” en el Consejo de Seguridad de espaldas a Israel que "daría alas al terrorismo y al boicoteo". “Ha sido una violación del compromiso básico (de EE UU) de proteger a Israel en la ONU, que rompe con décadas de una política constante y socava las perspectivas para poder trabajar con la próxima Administración en la consecución de la paz”, agregó la misma fuente.
"Pedimos a Estados Unidos que permanezca junto a nosotros. Esperamos que nuestro mayor aliado mantenga su política y vete esta resolución", ha dicho el embajador israelí ante la ONU, Dany Danon, a través de Twitter. El diplomático ha asegurado que se trata de un texto elaborado por los palestinos para "dañar a Israel".
El próximo inquilino de la Casa Blanca no había actuado por cuenta propia ante El Cairo, según fuentes israelíes, sino a petición del primer ministro israelí. Netanyahu temía que la Administración Obama se negara esta vez a ejercer su derecho de veto —como hizo en 2011 ante un debate similar en la ONU— y se limitara a abstenerse. Cuando el Gobierno israelí tomó conciencia tras repetidos silencios de la Casa Blanca y del Departamento de Estado de que el veto no iba a ser la opción adoptada por EE UU en el Consejo de Seguridad, sus representantes diplomáticos entraron en contacto con “el más alto nivel” del equipo de transición de Trump para pedirle que interviniera.
El resultado de la inusual gestión de un presidente electo no se hizo esperar. La Presidencia egipcia ha reconocido este viernes que Al Sisi recibió una llamada del nuevo mandatario de EE UU. "La llamada telefónica afectó al proyecto de resolución ante el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas sobre los asentamientos israelíes", puntualizaba un comunicado oficial en El Cairo. "Los dos líderes coincidieron en la importancia de darle a la nueva Administración (estadounidense) la oportunidad de tratar de manera exhaustiva todos los aspectos de la causa palestina para lograr un arreglo integral", añadía la nota de la Presidencia.
Como copatrocinadores de la propuesta de resolución, Nueva Zelanda, Venezuela, Malasia y Senegal la recuperaron este viernes después de que Egipto la retirara definitivamente. El texto que se someterá a votación mantiene la petición del Consejo de Seguridad de la ONU para que Israel detenga la actividad y la expansión de los asentamientos y advierte de que la comunidad internacional no reconocerá ninguna alteración de las fronteras establecidas antes de la guerra de 1967 si no hay un acuerdo previo entre las partes. En caso de salir adelante, la resolución puede abrir la vía a la imposición de sanciones internacionales a Israel.
Unos 600.000 colonos se han instalado desde hace casi medio siglo en la parte oriental de la Ciudad Santa, anexionada por el Estado judío, y en más de dos centenares de colonias repartidas a lo largo de Cisjordania. Tras los Acuerdos de Oslo de 1993, el Ejército de Israel ejerce el control pleno sobre el 60% de territorio cisjordano e interviene alegando razones de seguridad en el resto; mantiene además un bloqueo terrestre y naval sobre la Franja de Gaza, de donde se retiró hace una década.
Trump está considerado como más favorable a Israel que Obama después de había prometido durante la campaña electoral que ordenará trasladar de Tel Aviv a Jerusalén la Embajada norteamericana, una decisión que puede desencadenar una ola de inestabilidad en Oriente Próximo. El presidente electo defendió sin rodeos el jueves que Washington debe usar su veto para bloquear la propuesta contra los asentamientos. "La resolución que se está considerando en el Consejo de Seguridad de las Naciones Unidas con respecto a Israel debería ser vetada", dijo a través de Twitter. De ser aprobada, argumentó más tarde en un comunicado, "situaría a Israel en una posición muy débil para negociar (…) La paz entre israelíes y palestinos solo llegará a través de un acuerdo negociado por ambas partes y no por las imposiciones de Naciones Unidas”.
El presidente Al Sisi, quien expresó su admiración por Trump durante la campaña electoral, intenta reforzar su relación con Estados Unidos, que ofrece a Egipto una ayuda militar anual de 1.300 millones de dólares desde hace casi cuatro décadas, la segunda más elevada después de la que recibe Israel. Egipto se ha ido alejando de sus tradicionales aliados árabes suníes a causa de su posición favorable al presidente Bachar el Asad en el conflicto de Siria, y ha perdido gran parte del generoso apoyo financiero que le ofrecían Arabia Saudí y las monarquías del Golfo tras el golpe de Estado de 2013 en el que derrocó al presidente islamista Mohamed Morsi.
Altos cargos del gabinete del primer ministro israelí hablaron el jueves también con dirigentes egipcios, aunque no hubo confirmación de que Netanyahu conversara telefónicamente con El Sisi, con quien mantiene una fluida y estrecha relación. La cooperación antiterrorista entre ambos se ha incrementado hasta niveles no conocidos antes a causa de la amenaza que representa la presencia de grupos afines al Estado Islámico en la frontera común en la península del Sinaí.
Netanyahu canceló el jueves su agenda oficial tras verse sorprendido por el anuncio de una votación en el Consejo de Seguridad. El primer ministro israelí ya había expresado en reiteradas ocasiones su temor a que Obama pudiese dejar de vetar una resolución de condena a las colonias tras las elecciones del pasado noviembre, que dieron la victoria al republicano Trump, pero no esperaba que se fuera a producir de forma inmediata.
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