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China se reconcilia con Noruega tras seis años de aislamiento por el Nobel de la Paz a un disidente

El salmón noruego, con una cuota del 94% en el mercado del gigante asiático, será el sector más beneficiado

El ministro de Exteriores chino recibe a su homólogo noruego, Borge Brende, para restablecer las relaciones comerciales, congeladas desde 2010.
El ministro de Exteriores chino recibe a su homólogo noruego, Borge Brende, para restablecer las relaciones comerciales, congeladas desde 2010. Zhang Ling (AP)

Noruega y China reiniciarán la próxima primavera los contactos para restablecer una relación comercial bilateral después de seis años sin dirigirse la palabra. Y el sector del salmón, el producto estrella noruego en el mundo por excelencia junto al petróleo, será el primer beneficiario. Los dos países decidieron normalizar sus relaciones después de una reunión entre el primer ministro chino, Li Keqiang, y el ministro de Asuntos Exteriores noruego, Borge Brende, de visita inesperada en Pekín.

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"El Gobierno noruego (...) concede gran importancia a los intereses de China y sus principales preocupaciones, no apoyará las acciones que los socaven y hará todo lo posible para evitar cualquier daño futuro a las relaciones bilaterales", declaró Brende a principios de semana desde Pekín.

El motivo que llevó a China a congelar sus relaciones con Noruega fue la concesión del Nobel de la Paz a Liu Xiaobo, quizás el más mediático de todos los disidentes chinos. Liu participó en la redacción de un manifiesto que pedía profundas reformas como la separación de poderes o la democracia legislativa. La justicia china le condenó en 2009 a once años de cárcel por subversión y, tras un clamor casi unánime fuera del país que exigía una liberación que no llegó, el comité del Nobel le otorgó el galardón.

Este reconocimiento enfureció a China. Además de su significado, el premio permitía a todo el planeta conocer de primera mano el caso de Liu. Y, aunque el Gobierno noruego no tiene relación alguna con el comité del Nobel —decidido en Estocolmo—, Pekín no tardó en tomar represalias ante lo que a sus ojos era galardonar a "un criminal".

El entonces presidente chino Hu Jintao dio portazo al país escandinavo justo cuando se iba a concluir el acuerdo de libre comercio entre ambos países y el salmón tuvo que encontrar nuevos mercados. Las exportaciones al gigante asiático de este pescado desaparecieron por completo de las cuentas oficiales, según el portal especializado Nortrade.

Los chinos no son especialmente grandes comedores de salmón , pero sí son un mercado con un "enorme potencial" por su población, sostiene al teléfono Askal Bergel, editor de la publicación líder en la industria de este pez IiLaks. Bergel explica sin pudor que, aunque las pérdidas fueron mayúsculas, el salmón noruego seguía penetrando en China a través de Vietnam. ¿Cómo? "Gracias a los traficantes", reconoce. De esta forma, tan solo en 2016 China compró a Noruega —a través de Vietnam— 16.000 toneladas del pez naranja lo que equivale, según Bergel, a "algo más de 110 millones de euros".

Con el anuncio de la normalización de los lazos Noruega cuenta ahora con poder exportar unas 70.000 toneladas de salmón a China. La de salmón noruego, además, representaba en 2010 —cuando las relaciones entre ambos países quedaron congeladas— el 94% de la cuota de todo el salmón que el gigante importaba de otros países.

"Arrodillarse" ante Pekín

Tanto Amnistía Internacional como el propio Bergel consideran, sin embargo, que este movimiento del Gobierno noruego responde a un "arrodillamiento" de Oslo ante la fortaleza económica y comercial de Pekín. "Tiene un potencial enorme", repite este experto una y otra vez.

"China y Noruega reconocen que los dos pueblos gozan de una relación de amistad", reza el comunicado oficial de dos páginas del Gobierno de Pekín. Y eso es precisamente lo que piensa la prensa y la opinión pública en el país escandinavo: "Noruega tiene la tradición de querer ser amigo de todo el mundo. Al Gobierno no le gusta la idea de tener problemas con ningún país", intuye Bergel.

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