Boise: Más refugiados sirios que Nueva York y Los Ángeles juntos
La capital de Idaho tiene una marcada cultura de acogida. Desde este año, también ayudan los mormones.
La capital de Idaho está a orillas del río Boise, cerca de la falda de las Montañas Rocosas. Muchos amantes de los deportes al aire libre se reúnen en Boise de nuevo. Y refugiados. Desde hace años, la ciudad ha acogido a muchos refugiados en comparación con el resto del país, solo el año pasado fueron 1,200 personas. Sobre todo el número de refugiados sirios (123) es considerable. Son más de los que han acogido las metrópolis de Nueva York y Los Ángeles juntas.
"Estoy muy orgulloso de nuestro programa de reinserción", afirma el alcalde demócrata David Bieter. Intenta inculcarle a la comunidad la cultura de acogida y está muy contento. "A la gente de Boise le gusta ayudar, desde antes de que yo fuera alcalde", añade. Y lleva en el cargo 12 años.
El camino que recorre un refugiado hasta llegar a Idaho es largo. Primero la agencia de la ONU para los refugiados, ACNUR, examina a la persona por ejemplo en Grecia, en un campamento de recogida. Ellos deciden si la persona es apta para los Estados Unidos. A continuación, una organización estadounidense examina a la persona mediante distintas pruebas de seguridad. Por último, otra instancia decide si la persona puede venir a Boise o a otra ciudad.
«El camino es largo, pero hemos generado buenas experiencias de ello», explica Julie Bayard, jefa de voluntarios de la «Agency for New Americans» (Agencia para los nuevos estadounidenses). Esta organización apoya a los refugiados y organiza eventos, clases de inglés y encuentros con los vecinos. En estos momentos cuentan con 200 voluntarios. «Este año especialmente ha ayudado mucha gente, fundamentalmente porque los refugiados salen ahora en todos los medios».
¿Pero quiénes vienen a Boise? Ahora vienen refugiados cuyas familias ya estaban aquí. Además se aceptan familias de hasta cuatro miembros. «No acogemos a familias numerosas. La búsqueda de una vivienda es complicada porque no solo tiene que ser económica sino estar bien conectada con el transporte público». Además, el idioma es una gran barrera. «Tenemos personas que ya sabían inglés y otras que nunca habían escuchado el idioma», asegura Bayard.
Este año no solo han ayudado particulares sino cada vez más también la Iglesia. «La Iglesia de Jesucristo de los Santos de los Últimos Días dijo a sus fieles esta primavera que había que ayudar a los refugiados», explica Bayard. Hay muchos mormones en la región por lo que la organización ha notado mucho la ayuda de sus miembros. La gente está mejor informada y organizan en los barrios eventos para recaudar fondos.
También la ciudad está involucrada. «El departamento de policía trabaja duro junto con distintas organizaciones de refugiados», cuenta el alcalde de Boise, David Bieter. Desde hace poco se designó a un policía para que solo se ocupara de los asuntos de los refugiados. «Muchos refugiados asocian a la policía con algo malo. Queríamos cambiar eso. «El objetivo era que las personas generaran confianza con la policía y que les dieran parte». Además con ello se impide que arraiguen la violencia y el terrorismo». Un proyecto que se va a presentar ahora en todo Estados Unidos y que, eventualmente, llevarían a cabo los colegios.
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